En el marco de la Segunda Temporada de “De Villanos a Héroes”, recibimos a Juan Manuel Baruffaldi, CEO y Founder de DeepAgro, en una entrevista exclusiva con Carlos Becco. Desde su ciudad natal, Casilda, en el sur de Santa Fe, el joven emprendedor impulsa una innovación que conecta el conocimiento científico con la realidad del campo. “Tratamos de cambiarle la vida a los productores”, afirma con convicción.
Juan Manuel Baruffaldi nació y creció en Casilda, una ciudad de fuerte tradición agropecuaria. Su historia personal está marcada por la unión entre el campo y la tecnología: “Vengo de una familia agropecuaria, al igual que varios del equipo. Mi padre es productor y, al mismo tiempo, emprendedor”, contó. Un vínculo clave para entender las necesidades reales del sector.
Su formación académica se orientó hacia la Ciencia de la Computación, donde se especializó en inteligencia artificial (IA). Desde ese ámbito comenzó a imaginar cómo la tecnología podía resolver problemas cotidianos del productor. “No soy agrónomo, soy de la parte más técnica del mundo de la inteligencia artificial”, explica, pero “alimenta esta pasión por emprender, sobre todo esta pasión por cambiar el mundo”. Contento de perseguir esa pasión expresó los sentimientos que le generaron al ver que generó “cambios disruptivos” en la forma de trabajar que tiene su padre, “un productor común de Argentina”.
De esa inquietud nació DeepAgro, una compañía que combina conocimiento agronómico, ingeniería y software avanzado para desarrollar soluciones que optimizan el uso de insumos. Con el tiempo, su visión lo llevó a conectar con el ecosistema global de innovación tecnológica. Participó en capacitaciones y congresos donde conoció a expertos de Nvidia, compañía que luego incorporó a DeepAgro dentro de su programa de startups Inception, y brindó asesoramiento, capacitaciones y acceso a hardware de alto rendimiento.
Ese vínculo con Nvidia les permitió mejorar los sistemas y anticipar las tendencias tecnológicas. Así como también, les abrieron las puertas a su ecosistema y los acompañaron en todo el proceso, explicó Baruffaldi. Así, una idea nacida en el interior de Santa Fe comenzó a ganar escala internacional.

DeepAgro se enfoca en una problemática concreta y global: el uso excesivo de productos químicos en la agricultura. “El productor aplica el 100% de la superficie con herbicidas, aunque muchas veces el problema está solo en un 10% o 15% del lote. Nuestra tecnología permite detectar las malezas en tiempo real y aplicar el producto solo donde es necesario, reduciendo entre un 70% y 80% el uso de herbicidas”, detalla Baruffaldi.
El sistema utiliza cámaras y computadoras con algoritmos de inteligencia artificial que “leen” el lote a medida que avanza la maquinaria. Cuando el software detecta una maleza, activa un pico eléctrico que libera el químico únicamente sobre esa zona. “Es una aplicación de la ciencia sobre la naturaleza”, explica y continua: “donde la máquina aprende a diferenciar un cultivo de una maleza y decide en milisegundos”.
Esa precisión no solo disminuye el impacto ambiental, sino que también reduce costos, optimiza el rendimiento y protege los suelos. La idea no fue solo crear un software, sino ofrecer una “solución completa”, explica el fundador y agregó: “Eso nos llevó a desarrollar nuestros propios módulos, que son las placas que procesan en tiempo real”. Además, “Queríamos que el productor pudiera usar la tecnología en su propia maquinaria, transformándola en un equipo inteligente”, afirmó.
El sistema, llamado SprAI, combina un software de visión artificial con hardware de alto rendimiento. Los algoritmos se actualizan de forma remota, lo que permite incorporar mejoras o nuevos cultivos sin reemplazar equipos. “Es una computadora que tiene un sistema operativo de DeepAgro y lo que nosotros hacemos es instalar algún algoritmo nuevo. Incluso cuando mejora un algoritmo también se actualiza remota”, explica Baruffaldi.
Con esta solución, DeepAgro logró uno de los objetivos más ambiciosos del sector: usar la inteligencia artificial para cuidar el ambiente y hacer más rentable la producción. En palabras del fundador: “Hacemos ciencia, vendemos soluciones y tratamos de cambiarle la vida, hacerle más eficiente su día a día”.
DeepAgro nació en Argentina, pero su proyección ya es global. Luego de consolidarse en el país, la empresa dio sus primeros pasos en Brasil y Estados Unidos, dos mercados clave para la agricultura mundial. “Nos dimos cuenta de que no estábamos atrasados: había muy pocas iniciativas similares en el mundo, y muchas estaban cometiendo los mismos errores que nosotros ya habíamos aprendido a evitar”, comenta.
Baruffaldi destaca que este crecimiento fue posible gracias al apoyo de los productores argentinos innovadores que apostaron por la tecnología desde el inicio. “Gracias a los productores innovadores en Argentina que nos ayudaron a crecer rápido, a equivocarnos rápido y aprender para que hoy estemos quizás un pasito más adelante y podamos ofrecer esta tecnología en otros países”, subraya.

Actualmente, DeepAgro permite que cada productor personalice su kit tecnológico según sus necesidades. “Le permitimos al productor que arme su equipo para resolver su necesidad. Es decir, el productor que quiera usarla en algodón le compra la licencia y quien no quiera y quiera soja, compra la licencia de soja. El que no quiere ningún cultivo está en barbecho”, explica.
Además, la empresa trabaja en nuevas líneas de desarrollo que integran doble tanque y doble línea de aplicación, lo que permitirá combinar productos distintos según el tipo de maleza. A largo plazo, la meta es aún más ambiciosa. Imaginan un futuro donde la máquina pueda aplicar distintos químicos con “manejo autónomo”, o incluso reemplazar los agroquímicos por nuevas tecnologías, como electricidad o energía dirigida, para eliminar malezas sin dañar el ambiente, explicó Baruffaldi.
Para el CEO, esa visión de futuro combina innovación, sustentabilidad y compromiso con el productor. Lo que la empresa quiere es: “Acercar ese tipo de tecnologías al productor agropecuario por medio de una solución que ya se reduce al 70 u 80% del producto químico”.
Desde una ciudad del interior argentino, DeepAgro representa una de las mayores apuestas por la agricultura sustentable y la digitalización del agro. Su historia demuestra que la combinación entre ciencia, pasión y propósito puede cambiar la manera en que se produce alimentos en el mundo.
Su sueño era usar la inteligencia artificial para resolver un problema concreto y Baruffaldi resalta que se puede “cambiar el mundo” desde el agro, ayudando a construir una producción más eficiente y sostenible.