Las recientes lluvias intensas que afectan al norte y centro del Perú llevaron al SENAMHI - Servicio de Metereologia e Hidrologia de Perú-a emitir una alerta naranja, encendiendo las alarmas en el sector agropecuario. Según publicó AgroLatam.com, la organización Cultivida advirtió que las condiciones actuales de temperatura y humedad están impulsando la aparición de nuevas plagas y enfermedades que amenazan la productividad y estabilidad de los agricultores peruanos.
De acuerdo con el informe, los efectos del cambio climático están alterando los patrones climáticos tradicionales, generando ambientes más favorables para la propagación de insectos y patógenos capaces de adaptarse con rapidez.
“El cambio climático hace cada vez más probable la aparición de plagas y enfermedades que pueden afectar seriamente los cultivos”, señaló Cultivida en declaraciones citadas por AgroLatam.com. “Por ello, es urgente reforzar las prácticas agrícolas sostenibles y el manejo integrado para proteger la producción y garantizar la seguridad alimentaria”.
La entidad impulsa un conjunto de medidas orientadas a prevenir el impacto de estas amenazas, priorizando la sostenibilidad y la adaptación del sistema agrícola. Entre las principales estrategias se destacan:
Estas prácticas buscan fortalecer la seguridad alimentaria nacional, especialmente en regiones donde el exceso de lluvias y las variaciones de temperatura aceleran la propagación de plagas.
Para Cultivida, el cambio climático dejó de ser una amenaza futura y se ha convertido en una realidad que exige respuestas inmediatas.
“Si no actuamos con prevención, innovación y sostenibilidad, nuestra agricultura será más vulnerable ante cada evento climático extremo”, advirtió la institución.
El fortalecimiento de la educación agrícola, la investigación biotecnológica y la coordinación público-privada aparecen como pilares esenciales para avanzar hacia un modelo de agricultura resiliente, capaz de sostener la productividad sin comprometer los recursos naturales.
Con estos lineamientos, Perú enfrenta el desafío de producir más alimentos en un entorno climático cada vez más imprevisible, apostando por la sostenibilidad como herramienta de adaptación y supervivencia.