Por Agroempresario.com
En el marco del III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen” / Cumbre Mundial de la Bioeconomía, realizado en el Hilton Hotel de Puerto Madero, referentes del sector privado y de la innovación sostenible debatieron sobre el futuro de los negocios en clave de triple impacto, la neutralidad de carbono y la necesidad de un liderazgo empresarial orientado a la sostenibilidad.
El panel, encabezado por Néstor Sibaja, titular de CoCreaBiz, junto a Martín y Nicolás Ciarfaglia, cofundadores de EcoGaia, y Juan Córdoba, CEO de Bioeléctrica S.A., propuso una reflexión profunda sobre cómo el sector productivo argentino puede adaptarse a las exigencias globales de sustentabilidad y cambio climático, transformando los desafíos en oportunidades de crecimiento.
“El liderazgo empresarial del futuro será sostenible o no será”, afirmó Néstor Sibaja, al abrir el panel. Desde su experiencia en CoCreaBiz, el consultor destacó que la sostenibilidad dejó de ser un accesorio corporativo para convertirse en un factor estructural de competitividad.
“El triple impacto implica que un líder de negocios le otorgue la misma importancia al resultado económico, social y ambiental. No se trata sólo de rentabilidad, sino de responsabilidad y propósito”, subrayó Sibaja.
El referente explicó que el enfoque del triple impacto funciona como un trípode sobre el que se apoya el desarrollo empresarial sostenible. En ese sentido, llamó a los empresarios a definir “qué juego quieren jugar” ante el desafío del cambio climático, señalando que la agenda ambiental “va mucho más allá de los gobiernos de turno y llegó para quedarse”.
“El desafío no depende del tamaño de la empresa, sino de la magnitud de la decisión de liderar una agenda sostenible”, afirmó, utilizando la metáfora del “perro en la pelea” para ilustrar la actitud necesaria del empresariado frente al cambio global.
La exposición de los hermanos Martín y Nicolás Ciarfaglia, cofundadores de EcoGaia, introdujo una mirada técnica sobre el cálculo de la huella de carbono, la generación de créditos de carbono y las implicancias regulatorias de los compromisos internacionales hacia el 2030.
“El mercado del carbono será el tablero en donde se defina quién va a recibir financiamiento, quién va a poder exportar y quién va a liderar la próxima década”, aseguró Martín Ciarfaglia, CEO de la empresa, especialista en energías renovables y descarbonización.
EcoGaia, con presencia en más de 13 países, trabaja en proyectos de reforestación, energías renovables y agricultura regenerativa, generando créditos certificados bajo estándares internacionales. Estos créditos representan una tonelada de CO₂ evitada o removida de la atmósfera, y constituyen una herramienta clave para que las empresas compensen emisiones y avancen hacia la neutralidad de carbono (Net Zero).
“Una empresa que mida, mitiga y compensa sus emisiones no sólo reduce su impacto ambiental, sino que también se posiciona mejor frente a los mercados internacionales”, agregó Ciarfaglia.
Por su parte, Nicolás Ciarfaglia, Chief Growth Officer de EcoGaia, explicó el efecto dominó que la nueva regulación europea tendrá sobre toda la cadena de valor:
“Europa obliga desde 2025 a medir la huella de carbono y avanzar en planes de Net Zero. Y como todos somos proveedores de alguien, esa exigencia impacta directamente en las pymes y productores argentinos”, advirtió.
El especialista señaló que estas normativas no sólo responden a cuestiones ambientales, sino que definirán condiciones de acceso a mercados, inversiones y certificaciones internacionales, posicionando a la sostenibilidad como un criterio económico determinante.
El cierre del panel estuvo a cargo de Juan Córdoba, CEO de Bioeléctrica S.A., quien presentó el modelo de la empresa como ejemplo concreto de economía circular y valor agregado en origen.
“En Bioeléctrica desarrollamos proyectos de triple impacto generando energía en origen a partir de los residuos agroindustriales. Transformamos desechos en activos energéticos”, explicó Córdoba.
La compañía, con diez años de trayectoria y diez plantas operativas en Argentina, utiliza biodigestores para convertir los desechos del agro en biogás, que luego se transforma en electricidad, energía térmica o biometano. Este proceso reduce las emisiones de metano —gas con un potencial de calentamiento 28 veces mayor que el CO₂— y permite descarbonizar la matriz energética nacional.
“El biometano puede reemplazar al gasoil en el transporte de larga distancia y reducir 500 veces la huella de carbono de los productos transportados”, ejemplifica el empresario cordobés.
Además, Bioeléctrica ha comenzado a expandirse hacia Brasil y Estados Unidos, con nuevos proyectos de energía distribuida y biometano industrial, consolidando el liderazgo argentino en tecnologías limpias y descentralizadas.
“Un país sin energía y sin infraestructura no se puede desarrollar. La energía en origen genera desarrollo en comunidades, economías regionales y un ambiente sustentable”, concluyó Córdoba.
El panel dejó en claro que la sostenibilidad ya no es un discurso ambientalista, sino una estrategia de competitividad y supervivencia empresarial. Las empresas que adopten modelos de triple impacto no solo mitigan riesgos regulatorios y ambientales, sino que también accederán a nuevos mercados, financiamiento verde y mayor reputación internacional.
Néstor Sibaja remarcó que el cambio de paradigma implica una nueva cultura empresarial, donde el impacto positivo se mide tanto en ganancias como en bienestar social y salud del planeta. En tanto, los hermanos Ciarfaglia subrayan la oportunidad que representan los mercados voluntarios de carbono, estimando que el precio global del crédito de carbono se duplicará en los próximos años, impulsando la demanda de proyectos certificados.
Por su parte, Bioeléctrica mostró que la tecnología y la innovación local pueden ser el motor de la transición energética, especialmente en un país agroindustrial como Argentina. “Tenemos los recursos, el conocimiento y el talento para liderar esta revolución verde”, coincidieron los disertantes.
El desafío, coincidieron todos, será alinear a los distintos actores del ecosistema productivo —empresas, gobiernos, instituciones y consumidores— en torno a una agenda de carbono neutral y desarrollo sostenible.
En ese sentido, los expertos enfatizaron que la sostenibilidad no es una meta aislada, sino un proceso continuo que requiere innovación, cooperación y decisión política. “La responsabilidad empresarial no puede delegarse. Cada empresa debe hacerse cargo de su impacto y de su contribución al futuro común”, sintetizó Sibaja.
El III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen”, organizado por Agroempresario.com, volvió a posicionar a la Argentina como referente regional en bioeconomía, sostenibilidad y valor agregado, reafirmando que el liderazgo productivo del siglo XXI estará determinado por la capacidad de innovar sin dañar el planeta.
El mensaje central del panel fue contundente: el cambio climático no es una amenaza futura, sino una realidad presente que redefine los negocios, el comercio y la inversión.
Las empresas argentinas que adopten estrategias de triple impacto, carbono neutralidad y energía limpia no solo estarán contribuyendo a un planeta más equilibrado, sino también asegurando su permanencia en un mercado global cada vez más exigente.
En palabras de Néstor Sibaja, “liderar en sostenibilidad no es una opción; es una decisión estratégica que define el futuro de cada empresa y de todo un país”.