El empresario estadounidense Harold Hamm, fundador de Continental Resources y considerado uno de los pioneros del shale en Estados Unidos, confirmó su desembarco en Vaca Muerta con la adquisición del bloque Los Toldos II Oeste, un activo estratégico que pertenecía a Pluspetrol. La operación, anunciada tras varios meses de evaluaciones y una reunión reciente con el presidente Javier Milei en Buenos Aires, marca la llegada de un nuevo jugador internacional al corazón energético del país, en un momento de reconfiguración del mapa petrolero local.
El acuerdo, cuyo monto no fue revelado por ninguna de las partes, otorga a Continental el 90% del bloque, mientras que Pluspetrol conservará el 10% restante hasta que se complete el proceso de cesión, aún sujeto a condiciones regulatorias. La petrolera argentina informó ante la Comisión Nacional de Valores (CNV) que los detalles económicos de la operación no se harán públicos por ahora y que la finalización del traspaso dependerá del cumplimiento de requisitos administrativos y técnicos.
Los Toldos II Oeste se encuentra ubicado en una zona de altísima competitividad geológica, lindante con dos áreas emblemáticas de la cuenca neuquina. Por un lado, Bajo del Choique, un bloque que Pluspetrol había adquirido a ExxonMobil por una cifra récord. Por el otro, Los Toldos II Este, operado por Tecpetrol, donde la compañía del Grupo Techint planea invertir US$ 2.000 millones con el objetivo de escalar su producción hasta 70.000 barriles diarios.
Para Continental Resources, la adquisición implica ingresar directamente en una de las ventanas más productivas de Vaca Muerta, donde la infraestructura, el aprendizaje operativo de las compañías y la curva de eficiencia perforadora han avanzado significativamente en los últimos cinco años. El interés creciente de jugadores globales por activos disponibles en la formación neuquina refleja, además, la mejora del clima de negocios percibida desde el exterior.
Apodado en Estados Unidos como “el camionero más rico del mundo” por sus orígenes como transportista en la industria del Oil & Gas, Harold Hamm hoy está entre los empresarios más influyentes del sector energético global. Comenzó su carrera a finales de los años 60 transportando combustible en Oklahoma y a lo largo de las décadas fue construyendo uno de los imperios petroleros privados más grandes del país.
La historia de Hamm está profundamente ligada a la expansión del shale. En los años 90 se interesó por la formación Bakken, en Dakota del Norte, donde los ingenieros comenzaban a ensayar técnicas de perforación horizontal. A pesar de que los pozos de la época apenas producían 150 barriles diarios, Hamm insistió en combinar esta técnica con la fractura hidráulica, siguiendo los avances de Mitchell Energy en Texas. El resultado fue revolucionario: los pozos de Bakken pasaron a rendir hasta 1500 barriles diarios, transformando a Continental en un actor central del boom petrolero estadounidense.
Su patrimonio personal también da cuenta del impacto que tuvo su apuesta técnica y financiera. En 2014 protagonizó uno de los divorcios más costosos de la historia del país, con un acuerdo de US$ 975 millones, y según las estimaciones de Forbes, su fortuna actual supera los US$ 16.000 millones. Hoy, a sus 79 años, continúa al frente de la expansión de Continental y mantiene una influencia significativa en el debate energético norteamericano.
Hamm fue históricamente cercano al expresidente Donald Trump, con quien mantiene un vínculo fluido desde hace más de una década. Sus críticas a las políticas climáticas de la administración demócrata de Joe Biden, sumadas a la incertidumbre regulatoria en torno al fracking en Estados Unidos, aceleraron su interés por diversificar inversiones fuera del país.
La visita de Hamm a la Casa Rosada meses atrás, donde mantuvo un encuentro reservado con Javier Milei, marcó un punto de inflexión en su análisis sobre la Argentina. La posibilidad de acceder al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) para desarrollar infraestructura de evacuación, plantas de procesamiento y sistemas de producción fue determinante en su decisión.
El RIGI es señalado por distintos actores del sector como un instrumento clave para destrabar inversiones de magnitud, al ofrecer beneficios fiscales, cambiarios y aduaneros que permiten mejorar el horizonte de retorno de proyectos de largo plazo. Para Continental, acceder a ese régimen podría resultar esencial dependiendo de las metas de producción que establezca para Los Toldos II Oeste.
La llegada de Harold Hamm se suma a los desembarcos recientes de compañías como Fluxus, GeoPark, ENI y ADNOC, la petrolera estatal de Abu Dabi. Estos movimientos contrastan con la salida de firmas como ExxonMobil, Petronas y la venta parcial del negocio de TotalEnergies, que habían marcado años anteriores de retracción.
Si bien el número de operadoras activas sigue siendo menor al de hace una década, la entrada de jugadores con músculo financiero y trayectoria en shale se interpreta como un signo de recomposición del atractivo del país. En este contexto, Continental Resources se convierte en otro actor de peso que ve oportunidades competitivas en Argentina, en un momento de precios internacionales favorables y una demanda creciente de crudo no convencional.
Especialistas del sector señalan que el bloque adquirido ofrece condiciones geológicas atractivas y que la experiencia de la compañía en plays hipercompetitivos como Bakken y Permian podría acelerar su curva de aprendizaje local. No obstante, advierten que el éxito del desarrollo dependerá tanto de la macroeconomía como de la estabilidad regulatoria que se mantenga en los próximos años.
La operación coloca nuevamente a Vaca Muerta en el radar de los grandes fondos y petroleras independientes estadounidenses. Para Hamm, representa un primer paso en América del Sur y un ingreso ordenado a un país que busca inversiones de largo plazo en su sector energético. Para la Argentina, implica sumar un inversor con know-how en shale en un bloque que aún tiene un desarrollo incipiente, pero rodeado de áreas altamente productivas.
En los próximos meses se esperan definiciones sobre los planes de trabajo, la solicitud de acceso al RIGI y la estrategia operativa que Continental desplegará en la cuenca. Por ahora, la llegada del empresario “hecho a sí mismo”, pionero del fracking moderno, agrega una pieza inesperada al tablero energético nacional, tal como destacó Forbes al referirse a su desembarco y trayectoria.