El presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Santiago Bausili, afirmó este martes en Buenos Aires que el objetivo del programa económico “no puede ser la acumulación de reservas a cualquier costo”, al exponer en el 30º Simposio Internacional de Economía organizado por los Amigos de la Universidad de Tel Aviv. Según expresó, la autoridad monetaria prioriza la estabilidad macroeconómica y la consolidación fiscal antes que una compra acelerada de divisas, un proceso que –sostuvo– deberá surgir de manera sostenible y no por intervenciones que distorsionen el mercado.
Durante su discurso de cierre, Bausili destacó que la acumulación de reservas internacionales será una “consecuencia del éxito del programa de estabilización”, no su motor. Enfatizó que, en esta etapa, el Banco Central evita impulsar un tipo de cambio real artificialmente alto que derive en una economía deprimida, y remarcó que la estrategia apunta a generar un “ciclo virtuoso de desarrollo” que permita fortalecer el balance de la entidad monetaria sin comprometer la recuperación.
El funcionario explicó que el objetivo final de su gestión es la flotación total del tipo de cambio y la competencia de monedas, aunque reconoció que ese proceso tomará tiempo y requerirá condiciones técnicas que todavía se están consolidando. Señaló que el avance hacia un esquema plenamente libre se dará gradualmente, apoyado en un mercado de cambios más profundo, un sistema financiero más robusto y una estructura económica menos vulnerable a shocks externos.
Bausili definió al plan económico como “uno de los programas de reformas y estabilización más ambiciosos a nivel global en tiempos recientes”, y adjudicó su viabilidad a la convicción del presidente Javier Milei, que –según señaló– priorizó medidas de fondo para restablecer un entorno de crecimiento y previsibilidad.
Al analizar el rumbo actual, aseguró que la economía argentina atravesó una mejora sustancial en sus fundamentos durante los últimos dos años, lo que, en su visión, abre la puerta a un nuevo punto de inflexión. Sin embargo, advirtió que el mayor desafío no es técnico sino psicológico: la persistencia de expectativas negativas tras décadas de inestabilidad. “Cada error puede costar todo el esfuerzo hecho hasta ahora”, subrayó, al justificar la postura conservadora adoptada por el Banco Central en la implementación de cambios.
El titular de la entidad repasó la situación heredada por la actual administración: un sistema con USD 13.000 millones en depósitos, USD 11.000 millones en encajes, USD 50.000 millones en deuda comercial de importadores, y “cero en la caja”. Según dijo, este condicionamiento inicial forzó una estrategia gradual para ordenar pagos, recomponer reservas y recuperar la confianza de los depositantes.
Hoy, remarcó, el sistema financiero exhibe el mayor nivel de depósitos en dólares de su historia, con alrededor de USD 35.000 millones, mientras que los créditos en moneda extranjera se ubican cerca del 98% de los depósitos, evidenciando un mercado más estable y con mayor capacidad de intermediación.
Respecto al proceso de normalización cambiaria, Bausili explicó que se transita de una etapa de corrección de desequilibrios a otra de flexibilización regulatoria. Detalló que el país opera actualmente bajo un régimen de bandas cambiarias amplias, que permitirán avanzar de manera ordenada hacia la flotación total a medida que mejora la liquidez del mercado y se completan los ajustes normativos, como la apertura para la distribución de dividendos de multinacionales prevista para 2025.
En línea con esto, sostuvo que la política cambiaria deberá seguir equilibrando dos metas: reducir la inflación mediante el equilibrio monetario y reforzar el balance del Banco Central con acumulación de reservas internacionales. Para Bausili, ambas metas son compatibles, dado que la economía cuenta con margen para una remonetización, la cual –indicó– se encuentra hoy en torno al 50% de los niveles históricos.
Recordó que la base monetaria pasó de representar 2,5 puntos del PBI a 4,5 puntos en dos años, en un contexto de caída de la inflación y reducción total de los pasivos remunerados, que anteriormente cuadruplicaban la base. Una vez que el Tesoro recupere el acceso a los mercados de capitales, agregó, la remonetización se traducirá más directamente en reservas sin que el Banco Central deba intervenir para cubrir pagos.
Bausili sostuvo que la Argentina sigue siendo “una de las economías más cerradas del mundo”, con exportaciones concentradas en recursos naturales cuya oferta no responde al tipo de cambio y con importaciones compuestas en más de un 85% por bienes intermedios vinculados a la actividad económica. En ese escenario, advirtió que la acumulación de reservas no provendrá de un salto del tipo de cambio sino del crecimiento económico sustentado en la confianza y el equilibrio fiscal.
Añadió que una economía en expansión puede convivir con un déficit moderado de cuenta corriente siempre que esté financiado por la cuenta capital y que existan señales claras de sostenibilidad. Lo contrario –explicó– sería apostar por una política cambiaria que fomente la recesión para acumular divisas artificialmente.
En cuanto al sistema financiero, Bausili enumeró las reformas realizadas: resolución de deudas comerciales, eliminación de controles de precios y tasas, ajustes tarifarios y liberación del mercado de alquileres. Sostuvo que hoy los precios relativos reflejan oferta y demanda, lo que mejora la asignación de recursos y sienta las bases para un ciclo de expansión del crédito.
Aunque los niveles de mora crecieron en los últimos meses, afirmó que se mantienen dentro de lo previsto y que tanto bancos como clientes están reconstruyendo su historial y sus criterios de evaluación de riesgo. Además, anticipó que el crecimiento del crédito incorporará herramientas tecnológicas y nuevos originadores vinculados al ecosistema fintech.
De cara al mediano plazo, proyectó que la demanda de capital aumentará hacia mediados de 2026, en paralelo a una economía más integrada, con mayor inversión y un sistema financiero más eficiente. En el cierre de su presentación, Bausili sintetizó el rumbo del programa económico: consolidar la estabilidad, reforzar el balance del Banco Central, avanzar hacia una economía con mayor libertad, y fortalecer una moneda confiable que compita en igualdad de condiciones. Parte de estas declaraciones fueron realizadas en el marco del evento y reproducidas originalmente por Infobae.