Lamb Weston, gigante estadounidense de la industria de papas congeladas, acaba de inaugurar su primera planta en Latinoamérica, ubicada en Batán, provincia de Buenos Aires, tras una inversión superior a los 300 millones de dólares. La decisión de establecer operaciones en Argentina responde a una combinación de factores estratégicos, según Romina Broda, vicepresidente para Latinoamérica de la compañía. La calidad de la papa producida en el país y el potencial de crecimiento de la región son los pilares de esta millonaria apuesta.
“Argentina tiene una papa de calidad superior, comparable con las mejores regiones productoras del mundo, como el noroeste de Europa o Estados Unidos”, explica Broda. La planta, situada en el parque industrial de Batán, en el sudeste bonaerense, se encuentra en una zona que se caracteriza por sus condiciones ideales para el cultivo de papa, como el suelo de Balcarce y Mar del Plata. Este terreno permite que la materia prima utilizada para la producción de papas congeladas cumpla con los altos estándares de la empresa.

Desde su apertura en julio, la planta ya ha comenzado a producir a gran escala, con una capacidad de 300 toneladas por hora. Actualmente, más del 80% de la producción está destinada a exportación, principalmente a Brasil, que concentra la mayor parte del mercado de papas congeladas en Latinoamérica. Otros destinos incluyen México y Centroamérica. La planta, que se encuentra en pleno proceso de integración con la comunidad local, ya emplea a 450 personas, en su mayoría jóvenes egresados de universidades locales.
Lamb Weston ha sido un actor global en el mercado de papas congeladas, con presencia en más de 100 países. Según Broda, el negocio está creciendo anualmente a un ritmo de 3,5% a nivel global, y aún más rápido en Latinoamérica, donde se estima un crecimiento interanual del 6,5%. Este aumento se debe a factores como la sustitución de proteínas animales por productos vegetales, el avance tecnológico en la trazabilidad de los alimentos y un cambio cultural que favorece el consumo de alimentos congelados, en especial entre las mujeres con menor tiempo para cocinar debido a su inserción laboral.
“Estamos apostando al mercado regional porque la demanda de papas congeladas crece rápidamente en países como Brasil, Colombia, Argentina y Chile, que representan el 75% del consumo en la región. Además, la calidad de la papa argentina es inmejorable”, asegura Broda.
La planta en Argentina no solo apunta a abastecer el mercado regional, sino también a servir como plataforma de crecimiento para el futuro. A pesar de las dificultades económicas que enfrenta el país, la ejecutiva subraya que Lamb Weston tiene un enfoque estratégico a largo plazo. "Estamos aquí para quedarnos. La inversión se hizo con la mirada puesta en el futuro", señala. La empresa considera que las fluctuaciones del mercado local, aunque desafiantes, no afectan sus planes a largo plazo.
Con un consumo de 6 kilos per cápita de papa congelada por año en Argentina, Broda señala que el mercado tiene un enorme potencial de crecimiento. En comparación, países como Inglaterra o Estados Unidos consumen más de 60 kilos por persona anualmente, lo que demuestra la oportunidad de expansión de la industria en la región.

La relación con los productores locales también es una prioridad para Lamb Weston. La compañía ha establecido alianzas estratégicas con más de 35 productores en Argentina, con el objetivo de mejorar las prácticas agrícolas y fomentar la sustentabilidad. Parte de la inversión está destinada a la modernización de las técnicas de cultivo, especialmente mediante la implementación de agricultura regenerativa y el uso de maquinaria más avanzada.
Además, Lamb Weston se compromete a reducir su huella de carbono. En línea con su estrategia de sustentabilidad, la compañía busca optimizar su logística para reducir el impacto ambiental, con el objetivo de comenzar a operar desde el puerto de Mar del Plata cuando la planta alcance una mayor capacidad.
El modelo de negocios de Lamb Weston en Latinoamérica está centrado principalmente en el segmento B2B (business to business), con un enfoque en el canal de food service, especialmente en cadenas de restaurantes y en la industria de comida rápida, como McDonald’s y Burger King. Aunque la empresa cuenta con una pequeña participación en el mercado minorista (retail), en el corto plazo no tiene planes de introducir sus productos en las góndolas de supermercados de la región.
Broda resalta la importancia de ofrecer valor agregado a sus clientes, ofreciendo asesoramiento personalizado a los restaurantes sobre recetas, porciones y eficiencia operativa. “Queremos ser más que proveedores, ser socios estratégicos que ayuden a crecer a los negocios de nuestros clientes”, concluye.

Para el año próximo, los planes de Lamb Weston en Argentina se centran en consolidar el negocio en la región y optimizar la planta. El enfoque estará en mejorar las relaciones comerciales con distribuidores y operadores, y seguir fortaleciendo la capacidad de la planta para satisfacer la creciente demanda regional. Además, la compañía continuará invirtiendo en la formación de su equipo y en la mejora de sus procesos.
En cuanto a las expectativas del mercado, Broda se muestra optimista. En diálogo con Forbes, afirmó: “Si bien el contexto económico es desafiante, nuestra inversión está pensada en el largo plazo. Creemos que el mercado de la papa congelada seguirá creciendo y estamos listos para abastecer esa demanda”.