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La provincia de Córdoba presentó este año un laboratorio de producción de árboles nativos que busca transformar la gestión forestal local mediante la propagación masiva y tecnológica de especies autóctonas. La iniciativa, impulsada por el Ministerio de Bioagroindustria provincial, se desarrolla en distintos puntos del territorio y apunta a responder a las metas del Plan Provincial Agroforestal (PPA), vigente desde la sanción de la Ley N° 10.467. La información fue publicada por Economía Sustentable, que destacó la relevancia del programa por su impacto ambiental y productivo.
El nuevo esquema combina investigación científica, tecnología aplicada y disponibilidad de plantines para productores rurales obligados a forestar entre el 2% y el 5% de sus campos, según cada zona. El proyecto se integra al Plan Gen Nativo, un sistema provincial de viveros que funciona como “multiplicador” de especies locales y abastece a los establecimientos que deben cumplir la normativa. El objetivo es asegurar una provisión constante de ejemplares y acelerar los procesos de germinación y crecimiento en ambientes controlados.
La política foresto-industrial argentina se apoya en dos pilares: proteger el patrimonio natural y promover un sector competitivo que genere valor agregado. En ese marco, Córdoba consolidó una estrategia que integra ambos enfoques y se alinea con los lineamientos nacionales de manejo sostenible, regulados por la Ley de Bosques Nativos (26.331) y por el Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN).
De acuerdo con Economía Sustentable, la provincia busca avanzar hacia 2030 con un plan que fortalezca la bioeconomía, aumente la superficie de bosques cultivados y promueva sistemas de manejo de bosques con ganadería integrada (MBGI). A nivel nacional, estas políticas se complementan con fondos de compensación e incentivos económicos que promueven inversiones forestales, estabilidad fiscal por tres décadas y aportes no reintegrables para cubrir los costos iniciales de implantación.
El Plan Gen Nativo es la herramienta operativa central del programa cordobés. Según fuentes provinciales citadas por Economía Sustentable, sus instalaciones ya funcionan en Corralito, San Francisco, Laboulaye, Coronel Moldes y Despeñaderos, con una capacidad de producción que varía entre 10.000 y 30.000 plantas por mes. Allí se cultivan especies como algarrobos, espinillo, tusca, cina cina, manzano de campo, chañar y aguaribay, entre otras.
Los laboratorios cuentan con sistemas automatizados de temperatura, humedad y luz, además de grupos electrógenos propios. Este equipamiento permite una germinación acelerada y un desarrollo controlado de los plantines. En el caso del laboratorio de Corralito, la producción puede alcanzar 7.000 ejemplares cada diez días, según los lineamientos del plan.
La bióloga Luisina Battistón, jefa del Área Agroforestal de la Secretaría de Agricultura y Recursos Naturales, explicó a Economía Sustentable que el propósito del programa es “asegurar una oferta constante de ejemplares, reduciendo los costos para los productores y acercando los viveros a sus zonas”. Además, destacó que la forestación con nativas permite “restaurar agroecosistemas y generar servicios ambientales”.
Por su parte, Marcos Blanda, secretario del área, sostuvo que se trata de una política que busca “cuidar y generar recursos naturales con una mirada integral y sostenible”, y definió al programa como un espacio que produce árboles nativos y, al mismo tiempo, fortalece la biodiversidad.
El proceso productivo contempla tres fases principales:
Según Economía Sustentable, la selección de especies se basa en su capacidad para aportar servicios ecosistémicos como regulación hídrica, atracción de polinizadores, recuperación de suelos degradados y utilidad como cortinas forestales.
El programa trabaja junto al Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV - CONICET) y a la Universidad Nacional de Córdoba para desarrollar tratamientos pregerminativos, evaluar las tasas de adaptación en diferentes regiones y alimentar una red de ensayos distribuida en 25 sitios con más de 15.000 árboles monitoreados. Los resultados se publican de manera abierta en la plataforma Mapas Córdoba, lo que permite a productores y técnicos acceder a información actualizada sobre supervivencia, crecimiento y recomendaciones técnicas.
El esquema provincial apunta a consolidar un modelo forestal sustentable con un horizonte de largo plazo. En 2024 se distribuyeron 50.000 árboles entre productores privados e instituciones, y la meta para este año es duplicar ese número. Se incorporaron además los Proyectos Forestales Asociativos, que permiten escalar acciones colectivas y ampliar su impacto territorial.
La estrategia se integra al PPA, que obliga a los propietarios rurales a forestar un porcentaje de sus campos con el fin de proteger los suelos, regular el ciclo hídrico, conservar la biodiversidad y mejorar el ambiente general de los establecimientos. De este modo, la provincia busca vincular la actividad productiva con la restauración ecológica y avanzar hacia un sistema agropecuario resiliente frente al cambio climático.
De cara al futuro, el desafío central será mantener una estructura tecnológica capaz de suministrar árboles nativos durante todo el año, ampliar la red de laboratorios y sostener la inversión en investigación. Con esta iniciativa, Córdoba se posiciona como una de las provincias con mayor desarrollo en materia de forestación sostenible y fortalecimiento de la bioeconomía regional.
