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Eduardo Costantini adelantó este lunes cuáles serán los próximos pasos del megaemprendimiento Nordelta, en el marco del festejo por sus 25 años, donde detalló nuevas inversiones, objetivos urbanos y desafíos futuros. El encuentro se realizó en zona norte, donde el fundador del emprendimiento explicó por qué la próxima década será decisiva para completar el proyecto de más de 1600 hectáreas que transformó el corredor de Tigre.
Costantini confirmó que aún restan por desarrollarse cerca de 50 hectáreas estratégicas que darán forma al futuro centro urbano, una pieza que —según afirmó— permitirá “crear comunidad” y consolidar la vida cotidiana más allá de los barrios residenciales. Allí se prevé la construcción de 500.000 metros cuadrados, que incluirán viviendas, oficinas, locales comerciales, espacios culturales y propuestas gastronómicas, además de servicios educativos y nuevas áreas destinadas al diseño.
El empresario también remarcó que, aun después de más de dos décadas de obras, queda pendiente una inversión estimada en US$1500 millones, vinculada al potencial urbanístico del suelo disponible. Actualmente viven en Nordelta unas 50.000 personas, pero se proyecta que la cifra ascenderá a 80.000 cuando el desarrollo esté finalizado.
En diálogo con periodistas, Costantini explicó que la clave del próximo período será el fortalecimiento de la oferta educativa, un eje que ya muestra resultados con los cinco colegios que funcionan en el predio y que reúnen a más de 6000 alumnos. Sin embargo, la novedad es la llegada de universidades, entre ellas la UCA, la Austral y la Universidad Torcuato Di Tella, interesadas en integrarse al nuevo centro urbano.
La expansión educativa se enlaza con otro proyecto en marcha: Areabeta Nordelta, el distrito educativo y tecnológico que funcionará como un hub de innovación. El espacio se inaugurará en marzo del próximo año y enlazará a emprendedores, empresas y centros de formación superior. De acuerdo con Costantini, su objetivo es generar un entorno universitario capaz de atraer talento joven y estimular la creación de nuevos proyectos. Hacia principios de 2026, también comenzará a funcionar el campus de la Universidad de San Andrés, lo que consolidará a Nordelta como un polo académico en crecimiento.
Mirando hacia adelante, Costantini estimó que todavía quedan entre 200.000 y 300.000 metros cuadrados por desarrollar en la zona donde se encuentra la estación de servicio en el ingreso de Bancalari, un área que cobrará especial relevancia con el avance de la construcción de una nueva estación de tren proyectada para mejorar la conectividad del complejo.
Según sus cálculos, la urbanización completa demandará al menos 15 años más, dado que los trabajos se realizan en etapas para evitar que los barrios compitan entre sí o que los nuevos proyectos afecten el equilibrio del conjunto. El empresario destacó que esta planificación por fases fue fundamental para sostener el valor de los lotes y acompañar los ritmos de la demanda.
Una tendencia que creció en los últimos años es la compra de casas con más de dos décadas de antigüedad para demolerlas y construir nuevas viviendas. Para Costantini, este fenómeno se explica por la revalorización del suelo, que impulsó a muchas familias a encarar proyectos modernos sobre terrenos ya consolidados dentro de barrios muy demandados.
Hasta el momento, en Nordelta se desarrollaron 30 barrios, de los cuales 28 ya están entregados, se vendieron más de 6500 lotes, se construyeron más de 4900 casas y se levantaron alrededor de 7000 departamentos, cifras que grafican la magnitud del emprendimiento.
Durante el encuentro, el empresario hizo un balance sobre el recorrido del emprendimiento desde sus primeras etapas. Describió la iniciativa como una “creación compleja” y reconoció una lección aprendida con el tiempo: “Nos equivocamos con los tiempos. En nuestro plan original preveíamos un crecimiento más rápido”, señaló, según recoge La Nación. Para Costantini, la envergadura del proyecto fue determinante para superar los desafíos propios de cualquier ciudad en construcción.
También remarcó la importancia de haber sostenido desde el inicio reglas definidas para preservar la estética y la convivencia del entorno. En ese sentido, recordó decisiones adoptadas desde el diseño original: no construir torres y evitar la instalación de cartelería publicitaria en el corredor troncal, lineamientos que —según afirmó— se respetaron durante todo el proceso.
Sobre la convivencia con la fauna local, Costantini se refirió a los carpinchos, especie emblemática de la zona. Contó que, junto a su esposa Elina, trabaja en el desarrollo de un hospital para mascotas y un centro de recuperación de fauna, con el objetivo de fortalecer un “ecosistema de equilibrio” y mejorar las condiciones de conservación.
El festejo por los 25 años incluyó un video que repasó los hitos más importantes del proyecto: desde los primeros planos conceptuales y las obras iniciales, hasta la llegada de las primeras familias y la consolidación del espacio comunitario. El material, narrado por el propio Costantini, reconstruyó el paso a paso del emprendimiento y su evolución hasta convertirse en la “ciudad-pueblo” que es hoy.
El evento también ofreció un emotivo momento de recuerdo para Giuliano Astolfoni, cofundador de Nordelta y socio de Eduardo Costantini en la creación del emprendimiento. Durante la ceremonia se descubrió una placa en su homenaje y se anunció que la plaza central llevará el nombre “Parque Giuliano Astolfoni”, un gesto que busca reconocer su aporte decisivo, su mirada urbanística de largo plazo y su influencia en la identidad del proyecto. Según destacó La Nación, este tributo refuerza el legado de uno de los visionarios que impulsó el crecimiento del megaemprendimiento.
