La provincia de Santa Fe logró este martes colocar USD 800 millones en los mercados internacionales, a través de un bono a 9 años con un cupón anual del 8,10%, en una operación que superó las expectativas oficiales y que, según la gobernación, constituye uno de los mejores accesos al crédito externo obtenidos por un emisor argentino en los últimos años. La emisión, realizada bajo ley de Nueva York, fue relevada a fines de esta semana con datos oficiales proporcionados por el gobierno provincial.
La colocación despertó un fuerte interés: llegaron ofertas por USD 1.800 millones de parte de más de un centenar de grandes fondos internacionales y más de mil inversores minoristas. Dentro de ese total, se destacó la participación de inversores locales por USD 350 millones, señal que la provincia interpreta como una muestra de confianza interna en su solidez fiscal y en su historial crediticio.
De acuerdo con lo informado por la administración de Maximiliano Pullaro, la emisión se destinó a asegurar financiamiento para obras estratégicas en infraestructura energética, vial, de seguridad y social, con el objetivo de reforzar la competitividad provincial y acelerar el plan plurianual de inversiones.
La gobernación confirmó que, aunque inicialmente había evaluado una emisión cercana a USD 500 millones, la alta demanda permitió ampliar el monto hasta los 800 millones, dentro de una banda informal que se manejaba entre 700 y 1.000 millones. El ministro de Economía, Pablo Olivares, destacó que la respuesta del mercado internacional fue “una señal de confianza en el presente y en el futuro de la Provincia”, según declaraciones recogidas por Infobae.
El funcionario subrayó que los inversores valoraron tres factores centrales: la solidez fiscal, el bajo nivel de endeudamiento y una característica infrecuente entre los gobiernos subnacionales argentinos: Santa Fe es, junto con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, una de las pocas jurisdicciones que nunca reestructuró su deuda. Ese antecedente, remarcó, resulta decisivo para obtener condiciones competitivas en los mercados globales.
Este punto cobra relevancia porque, en los últimos meses, funcionarios del Gobierno nacional habían manifestado su preocupación por el retorno de algunas provincias al mercado internacional. En declaraciones citadas por Infobae, un alto integrante del equipo económico nacional había cuestionado la conveniencia de que jurisdicciones subnacionales tomen deuda externa al afirmar: “¿Dónde se vio en el mundo que las provincias salgan a tomar deuda? No son generadoras de dólares y en la mayoría de los casos después terminan reestructurándola”.
El contraste se profundizó porque días antes, la Ciudad de Buenos Aires también había logrado una emisión destacada: la nueva Serie 13 del Bono Tango por USD 600 millones, a una tasa del 7,8%, celebrada públicamente por su jefe de Gobierno, Jorge Macri.

El gobierno santafesino precisó que los recursos se asignarán a proyectos considerados críticos para el desarrollo económico y productivo. Entre ellos se destacan:
Según la comunicación oficial, el financiamiento internacional permitirá “acelerar estas intervenciones y dotar de mayor previsibilidad al plan plurianual de obra pública”.
Para Pullaro y su equipo, la operación representa un hito financiero para la provincia y, al mismo tiempo, una señal de que la Argentina comienza a recomponer su relación con el crédito externo, aunque el acceso siga siendo restringido para el Estado nacional. Dentro del Gobierno santafesino consideran que el éxito de la emisión se apoya en la reputación histórica de la provincia como pagadora confiable, su estabilidad fiscal y su capacidad productiva.
La recuperación del crédito internacional subnacional se da tras un período prolongado en el que las provincias argentinas quedaron prácticamente excluidas de los mercados debido al riesgo país y a la incertidumbre macroeconómica. Solo algunas jurisdicciones con mejores indicadores fiscales y menor exposición financiera —como Santa Fe y CABA— habían logrado preservar su reputación crediticia incluso en contextos adversos.
Este nuevo escenario coincide con una mejora en el interés de fondos internacionales por activos argentinos, impulsada por el repunte de las obligaciones negociables corporativas durante noviembre y por expectativas favorables sobre la evolución macroeconómica, según interpretan tanto bancos colocadores como analistas consultados por la prensa.
El proceso de emisión se realizó bajo legislación estadounidense, un estándar habitual para títulos soberanos y subnacionales argentinos, que da seguridad jurídica a los acreedores. Fuentes oficiales remarcaron que se trató de una de las mejores tasas obtenidas por un emisor argentino reciente, incluso en comparación con empresas que colocaron deuda semanas atrás.
La demanda superior a la oferta también permitió calibrar mejor el perfil de vencimientos y consolidar un costo financiero competitivo para los próximos años, un punto clave para una provincia que mantiene niveles bajos de endeudamiento y que busca sostener su programa de inversiones sin comprometer su equilibrio fiscal.
Para Santa Fe, la operación representa no solo un logro financiero sino también un mensaje político: reafirmar su lugar como una de las provincias con mejor reputación crediticia del país y avanzar en un ambicioso plan de infraestructura que se financia con recursos externos, en un contexto en el que la obra pública nacional continúa restringida.