Durante el China Agribusiness Day, realizado en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y organizado por la Cámara Argentino China junto a la Asociación de Semilleros Argentinos, referentes del sector público y privado coincidieron en que Argentina tiene margen concreto para expandir su presencia en el mercado chino.
El encuentro puso el foco en la necesidad de acelerar acuerdos comerciales, profundizar el diálogo institucional y avanzar en cooperación tecnológica para transformar el potencial en resultados sostenidos.
Uno de los puntos centrales fue la creciente exigencia del mercado chino. Gustavo Idígoras remarcó que se trata de un destino “trascendental” para el país, pero que hoy demanda estándares más estrictos. Entre ellos, destacó la necesidad de garantizar la trazabilidad completa de los productos, desde el lote de origen hasta el puerto de embarque.
Este requisito se consolida como una condición clave para sostener y ampliar el acceso de los alimentos argentinos.
Los datos presentados durante la jornada reflejaron la magnitud del vínculo bilateral. Cerca del 80% de lo exportado por Argentina a China corresponde a productos agroindustriales. Entre 2020 y 2023, la soja y la carne bovina explicaron el 65% del valor total de esas ventas.
Actualmente, más del 12% de las exportaciones agroindustriales argentinas dependen del mercado chino. En productos específicos como soja, carne bovina y sorgo, la participación de China supera el 80% e incluso el 90%.
Las economías regionales fueron protagonistas de los mayores anuncios de crecimiento posible:
Maní: exportaciones por USD 1.200 millones en 2024, con potencial de llegar a USD 1.500 millones si se reducen aranceles.
Legumbres: Sergio Raffaelli señaló que las exportaciones de arvejas, hoy en USD 30–40 millones, podrían escalar hasta USD 200 millones.
Arándanos: el sector proyecta un potencial de USD 1.000 millones anuales si se alivian las barreras arancelarias.
El diagnóstico fue unánime: las oportunidades existen, pero requieren previsibilidad, acuerdos técnicos y una estrategia de comercio exterior de largo plazo.
En el panel de biotecnología, Manuel Chiappe subrayó las ventajas de un trabajo conjunto entre Argentina y China en investigación y desarrollo. Destacó que ambos países pueden producir semillas en contraestación, lo que permite disponer de nuevos materiales una temporada antes, una ventaja considerada estratégica para la competitividad.
La presidenta de COPAL, Carla Martin Bonito, sintetizó el espíritu del encuentro al afirmar que Argentina “puede y debe crecer en China”, haciendo hincapié en la necesidad de ampliar la presencia de alimentos nacionales en ese mercado.
En la misma línea, Javier Lozada, de la Cámara Argentino China, remarcó que un mayor volumen de exportaciones impacta directamente en la producción, el empleo y la actividad económica: “Más exportación significa más trabajo”.
El evento dejó una conclusión compartida por todos los participantes: Argentina cuenta con recursos, calidad y capacidad industrial para consolidarse en China, pero es imprescindible acelerar los acuerdos sanitarios, técnicos y comerciales mediante un trabajo coordinado entre el sector público y el privado.