La cadena Coto compró este martes un terreno de 15.700 metros cuadrados en la intersección de las avenidas Antártida Argentina y Gendarmería Nacional, en el barrio de Retiro, por US$ 11,9 millones, con el objetivo de asegurar la continuidad operativa de uno de sus hipermercados más emblemáticos. La adquisición se concretó durante una subasta pública de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), en el marco del programa oficial de venta de inmuebles considerados prescindibles por el Gobierno nacional, que busca recaudar hasta US$ 800 millones con más de 300 propiedades disponibles.
El remate —que no contó con otros oferentes y fue adjudicado al precio base— otorgó la titularidad formal a Gepal Sociedad Anónima, empresa operadora del complejo donde, además del hipermercado, funcionan una sucursal del Banco Santander y un local de McDonald’s. La compra garantiza que Coto no pierda su espacio en una zona en plena transformación urbana, impulsada por nuevos desarrollos privados y por obras de infraestructura como el Paseo del Bajo.
Aunque el predio permite un despliegue constructivo superior a los 100.000 m², fuentes del sector indican que la empresa no planea modificar el uso comercial actual, por lo que el hipermercado continuará operando sin cambios significativos en el corto plazo. La ubicación del terreno —en un corredor históricamente relegado de la Ciudad de Buenos Aires— adquiere relevancia ante los proyectos residenciales y corporativos que se están gestando en el área, apuntalada por el interés de desarrolladores de peso.
En esa línea, uno de los actores que viene dinamizando el entorno es Argencons, desarrolladora que en los últimos años impulsó el Distrito Quartier Retiro, un complejo mixto de más de 115.000 m² que contribuyó a revitalizar el sector tras décadas de abandono. La empresa también se adjudicó en la misma jornada otro predio estatal, un megaterreno en Belgrano, por el que pagó una suma que integró los US$ 58,5 millones recaudados por la AABE solo en ese día.

La zona donde se ubica el nuevo activo de Coto forma parte de un paquete mayor de propiedades públicas cuya venta fue habilitada por el decreto 950/24, mediante el cual el Poder Ejecutivo dispuso la enajenación de edificios y terrenos considerados no esenciales para la administración estatal. Entre ellos figura la Casa de la Moneda, ubicada a pocos metros del hipermercado, que el Gobierno anunció que cerrará próximamente. Ese gran bloque gris, ubicado en Antártida Argentina 2085, es parte de los inmuebles que podrían pasar al mercado privado.
También se encuentra en proceso de preparación para su futuro remate el Centro Postal Internacional del Correo Argentino, un predio de 12.820 m² delimitado por las avenidas Antártida Argentina y Comodoro Py, y las calles Letonia y Combate de Costa Brava. Su potencial inmobiliario lo posiciona como uno de los activos más atractivos de los próximos llamados a subasta.
La zona baja de Retiro —cruzada por terminales ferroviarias, edificios administrativos y áreas en desuso— está siendo objeto de una revalorización sistémica. El avance del Paseo del Bajo, que reorganizó la circulación de camiones y mejoró la conectividad norte-sur, abrió la oportunidad para que los grandes desarrolladores imaginen un perfil urbano similar al de Puerto Madero, con nuevas viviendas, oficinas y espacios verdes. De allí que distintas compañías comiencen a competir por posiciones estratégicas en el corredor.
En este contexto, la decisión de Coto de asegurarse la propiedad del terreno donde opera uno de sus hipermercados históricos adquiere una lógica defensiva y, al mismo tiempo, estratégica. No solo evita el riesgo de perder la explotación del predio ante un eventual cambio de uso por parte de futuros dueños, sino que también permite a la compañía conservar visibilidad en un área que podría multiplicar su valor en los próximos años.
El movimiento se da, además, en un marco de reconfiguración del portafolio estatal, donde la venta de inmuebles tiene un rol central en la generación de recursos fiscales. Con cada subasta, el Gobierno busca acelerar un proceso que considera clave para ordenar el patrimonio físico del Estado y reducir costos asociados a estructuras consideradas innecesarias.
La continuidad del hipermercado de Retiro también tiene implicancias para el entorno inmediato: el flujo comercial que genera la tienda sostiene empleos directos e indirectos y forma parte del circuito cotidiano de quienes viven o trabajan en la zona. En un barrio que aún combina áreas degradadas con nuevas inversiones, la permanencia de un actor comercial de gran escala funciona como un ancla de actividad económica.
Los desarrolladores consultados por el sector coinciden en que el corredor Retiro–Catalinas–Puerto Madero experimentará en los próximos años un proceso de transformación acelerada, similar al que atravesó la franja costera sur en la década del 90. Sin embargo, remarcan que la velocidad del cambio dependerá de la disponibilidad de financiamiento, la estabilidad macroeconómica y la continuidad de las políticas urbanas.
Con este movimiento, Coto se posiciona no solo como una cadena que consolida su presencia comercial en áreas de alto tránsito, sino también como un actor que interpreta con precisión las dinámicas inmobiliarias de largo plazo. Tal como señalan analistas consultados por Forbes en relación a la transformación del corredor Retiro–Catalinas, las empresas que aseguran posiciones estratégicas en esta etapa temprana podrían capitalizar una revalorización significativa en los próximos años. En ese marco, la adquisición del terreno de Retiro —aunque motivada por la necesidad de proteger un local clave— se perfila como un activo decisivo dentro de un proceso de reconversión urbana que recién comienza.