El alcaucil, también conocido como alcachofa, vuelve a ocupar un lugar destacado entre los cultivos predilectos de huertas domésticas y proyectos agroecológicos. La información surge de un reciente contenido publicado por De Raíz, en el que se destacan sus cualidades productivas y estéticas, así como recomendaciones prácticas para cultivarlo sin complicaciones.
Quienes trabajan en huertas suelen coincidir: pocas especies combinan sabor, rusticidad y belleza como el alcaucil. Durante una recorrida por Huerta Orgánica BA (@huertaorganica.ba), desde De Raíz compartieron una apreciación que sintetiza su espíritu: es una planta perenne, generosa e ideal para cultivadores de todos los niveles.
Además de ofrecer un fruto exquisito cuando se cosecha a tiempo, el alcaucil puede convertirse en una verdadera pieza ornamental si se lo deja florecer. Su inflorescencia, de un violeta profundo, es altamente valorada por polinizadores y amantes de la horticultura.
Si bien su principal atractivo suele ser gastronómico, su comportamiento en la huerta lo vuelve aún más interesante. Tal como explican desde Huerta Orgánica BA en el contenido citado por De Raíz, dejar un alcaucil sin cosechar es casi un acto artístico: florece en un pompón violeta que transforma por completo la planta.
Otra ventaja es su persistencia. Con manejo adecuado, una planta puede dar múltiples cabezas por temporada y volver a brotar año tras año, incluso tras su período de reposo otoñal.

Pese a su aspecto exótico, el alcaucil es de mantenimiento sencillo si se respetan algunos principios básicos:
Exigencias principales
Sol pleno: al menos seis horas diarias.
Sustrato profundo: sus raíces requieren espacio; ideal macetas grandes o canteros amplios.
Riego regular: humedad constante sin encharcar.
Cosecha escalonada: siempre es recomendable dejar uno para florecer.
El clima templado favorece su desarrollo, aunque tolera veranos calurosos si recibe riego sostenido.
El momento óptimo es cuando las brácteas externas permanecen cerradas y firmes. Si empiezan a abrirse en la punta, la planta inicia su transición hacia la floración, por lo que el fruto pierde terneza.
En huertas familiares, se recomienda cosechar todos menos uno, que permitirá disfrutar del atractivo visual del ciclo completo.
En otoño, la planta entra naturalmente en reposo vegetativo. En esta etapa:
No debe extraerse del suelo.
No se aconseja aumentar el riego.
Es importante permitir que complete su descanso.
Al llegar la primavera, retoma el crecimiento con vigor.
Nombre científico: Cynara scolymus
Familia: Asteraceae
Tipo: Perenne, ciclo largo
Origen: Mediterráneo
Altura: 1 a 1,5 metros
Floración: Primavera–verano
Sustrato: Profundo, fértil y bien drenado
Riego: Regular
Sol: Pleno
Cosecha: Con capullos cerrados
Particularidad: Produce varias cabezas por planta
Beneficios adicionales: Favorece polinizadores y enriquece la biodiversidad