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La startup tecnológica Wiagro, fundada en 2019 en Argentina, desarrolló un sistema basado en nanosensores, Internet de las cosas (IoT) e inteligencia artificial (IA) para monitorear la calidad de los granos de soja en silobolsas, desde el almacenamiento hasta el transporte, con el objetivo de reducir pérdidas y hacer más sostenible la producción de alimentos. La innovación surge en un contexto global crítico: según la FAO, un tercio de la producción mundial de alimentos se pierde o desperdicia sin llegar a ser consumida.
El proyecto comenzó en 2018 como un trabajo final de carrera de Martín Cordasco y Ulises Mickelsen, estudiantes de Ingeniería en la UADE. Su sistema inicial consistía en sensores colocados dentro de las silobolsas que medían parámetros como temperatura, humedad y presencia de dióxido de carbono, transmitiendo los datos a los productores vía internet satelital. La información obtenida permite a los productores anticipar problemas en los granos, evitando pérdidas económicas y contribuyendo a la eficiencia del almacenamiento.
“Durante dos años hicimos bootstrapping mientras hacíamos pruebas de concepto con algunos productores”, explicó Ariel Ismirlian, cofundador de la compañía, a IProfesional. Gracias a estas pruebas, lograron contar con clientes en campos que van desde Tartagal, en Salta, hasta Junín, en la provincia de Buenos Aires. Posteriormente, se sumaron al proyecto Santiago Badran y Ariel Ismirlian, consolidando un equipo capaz de transformar la idea inicial en una startup de alcance nacional e internacional.
Wiagro ofrece actualmente tres servicios principales: monitoreo de silobolsas, seguimiento de granos durante el transporte en barcazas y asesoría técnica a productores. La integración de IA y sensores avanzados permite anticipar condiciones que podrían afectar la calidad de los granos, optimizando decisiones de almacenamiento y logística. Este tipo de soluciones se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que buscan reducir el desperdicio de alimentos a nivel global.
La compañía inició su etapa de financiamiento en 2021 con una ronda de inversión liderada por Kamay Ventures, un fondo respaldado por Coca Cola y Arcor. Luego recibieron inversiones de Murchison Ventures, con capitales locales, y posteriormente de fondos internacionales de Australia y Reino Unido, alcanzando un total de 1,3 millones de dólares. “La inversión nos permitió escalar nuestra tecnología y consolidar nuestra presencia en el mercado argentino y latinoamericano”, señaló Ismirlian.
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En pleno siglo XXI, la pérdida y el desperdicio de alimentos constituyen uno de los principales desafíos globales. La FAO estima que aproximadamente un tercio de los alimentos producidos se pierde antes de llegar al consumidor final. Este fenómeno ocurre en diferentes etapas: desde la cosecha y el almacenamiento —donde se produce la mayor parte de la pérdida— hasta la comercialización y el consumo en los hogares, donde se genera el desperdicio.
Argentina, como uno de los principales productores mundiales de soja, enfrenta este problema de manera significativa. Las silobolsas, ampliamente utilizadas para almacenar granos, pueden sufrir deterioro por factores como humedad, temperatura inadecuada y presencia de gases, lo que reduce la calidad y el valor comercial de los granos. En este escenario, la tecnología aplicada por Wiagro ofrece una solución práctica y escalable.
“La idea es que el productor pueda conocer en tiempo real el estado de sus granos, anticiparse a problemas y optimizar la cadena logística”, explicó Ariel Ismirlian a iProfesional. Esta tecnología no solo reduce pérdidas económicas sino que también tiene un impacto ambiental positivo al disminuir la necesidad de generar nuevos recursos para reemplazar los alimentos perdidos.
El sistema de Wiagro combina nanosensores, IoT y algoritmos de IA para monitorear de forma constante la calidad de los granos. Los sensores recogen información crítica sobre temperatura, humedad y concentración de gases dentro de las silobolsas. Estos datos se procesan mediante algoritmos que detectan patrones y alertan sobre condiciones que podrían comprometer la integridad de los granos.
Este enfoque ofrece ventajas competitivas frente a los métodos tradicionales de monitoreo, que generalmente implican inspecciones manuales, esporádicas y menos precisas. La tecnología de Wiagro permite un seguimiento remoto en tiempo real, lo que reduce riesgos de pérdida, optimiza la logística de transporte y garantiza una mayor rentabilidad para los productores.
Además, la compañía complementa su propuesta con servicios de asesoramiento técnico, ayudando a los productores a interpretar los datos y tomar decisiones estratégicas para mejorar la conservación de los granos. Esta combinación de tecnología y soporte especializado ha sido clave para atraer tanto a clientes locales como a inversores internacionales.
Desde su fundación, Wiagro ha crecido de manera sostenida. Tras dos años de autofinanciamiento (bootstrapping) y pruebas de concepto, la startup logró consolidar una base de clientes sólida en distintas provincias argentinas. La llegada de inversiones estratégicas permitió a la empresa expandirse, mejorar la tecnología de los sensores y desarrollar soluciones adicionales para el transporte de granos.
La expansión internacional es un objetivo claro de la compañía, que busca replicar su modelo en otros países productores de soja y cereales. La inversión de fondos internacionales no solo respalda la tecnología sino que también abre oportunidades para acceder a mercados con necesidades similares de monitoreo de granos y reducción de pérdidas alimentarias.
Wiagro se enmarca en la búsqueda de soluciones sostenibles para la producción de alimentos, contribuyendo a reducir el desperdicio en una etapa crítica de la cadena productiva. Según sus fundadores, la tecnología tiene un impacto directo en la economía de los productores y, a su vez, aporta al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, particularmente en lo relacionado con el hambre cero y el consumo responsable.
“La tecnología no solo optimiza los resultados económicos sino que también tiene un efecto positivo en la sustentabilidad del sistema agroalimentario”, indicó Ismirlian. Al reducir las pérdidas de granos, se disminuye la presión sobre los recursos naturales y se mejora la eficiencia del sector, generando un modelo más responsable y rentable para todos los actores involucrados.
El futuro de Wiagro apunta a consolidar su presencia en el mercado argentino y expandirse internacionalmente, adaptando sus soluciones a diferentes tipos de granos y condiciones de almacenamiento. Los desafíos incluyen la integración de nuevas tecnologías, la formación de alianzas estratégicas y la adaptación a regulaciones locales e internacionales sobre seguridad alimentaria y tecnología de monitoreo.
La experiencia de Wiagro demuestra que la innovación tecnológica aplicada al agro puede generar impactos significativos tanto económicos como sociales. La combinación de nanosensores, inteligencia artificial y conectividad representa un ejemplo de cómo la tecnología puede transformar sectores tradicionales y contribuir a resolver problemas globales de manera eficiente y sostenible.
En un contexto donde un tercio de los alimentos producidos se pierde antes de llegar al consumidor, soluciones como la de Wiagro muestran que la innovación y la tecnología aplicada no solo son rentables, sino también estratégicas para garantizar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad del sector agroindustrial.
