Eduardo Elsztain, CEO del Grupo IRSA, compartió su visión sobre el mercado inmobiliario, la inversión en minería y el potencial económico argentino durante la tercera edición del evento del Hogar, organizado por el Banco Hipotecario. Ante más de 200 empresarios de todo el país, Elsztain subrayó que, aunque el contexto económico aún es desafiante, existen oportunidades significativas para quienes se animen a invertir y emprender a largo plazo.
“Me gusta lo que está pasando, tener previsibilidad, reglas claras y largo plazo nos permite arriesgar y emprender. La Argentina tiene un potencial y un talento humano con capacidad para sobrevivir”, afirmó el empresario en diálogo con medios presentes. Señaló que, históricamente, el país estuvo más preparado para repetir crisis que para emprender, y destacó la importancia de las reformas impositiva y laboral para consolidar un escenario con mayor claridad para la inversión privada.
Elsztain detalló su apuesta a sectores como Vaca Muerta, la minería, el litio y el desarrollo agrícola, señalando que el verdadero valor de estos activos depende del talento humano y la profesionalización de los equipos. “Los activos que están bajo tierra no tienen valor si no tienen un equipo de trabajo profesional que los ponga en movimiento”, explicó. Citó el ejemplo de Brasil, que triplicó su producción agrícola en los últimos 15 años, y aseguró que los recursos argentinos ganarán valor cuando se activen y se aproveche el capital disponible.
El empresario remarcó su experiencia en minería: hace una década compró una mina en San Juan que, tras un período de mantenimiento, volverá a entrar en producción en los próximos meses. “No es importante el activo, sino el activo en movimiento”, sintetizó, enfatizando la necesidad de pasar de la teoría a la acción para generar valor real.

El sector inmobiliario argentino, según Elsztain, tiene un potencial extraordinario, pero su desarrollo está limitado por la falta de crédito. “Mientras las operaciones sean de contado, los precios estarán por debajo de un mercado con crédito. Argentina solo representa el 0,5% del PBI en crédito hipotecario, cuando el promedio mundial es muchas veces mayor”, indicó.
El ejecutivo explicó que el Banco Hipotecario fue pionero en lanzar créditos a largo plazo, algo que requirió asumir riesgos importantes. “Los mejores negocios siempre los hice con miedo… pero el crédito es confianza”, señaló, remarcando que la reconstrucción de la confianza será clave para el crecimiento del sector.
Sobre proyectos concretos, Elsztain destacó Ramblas, un desarrollo en el sur de Buenos Aires que demoró casi tres décadas en concretarse desde su adquisición en 1997 hasta la aprobación final. “Nuestra proyección original era arrancar con cuatro edificios, y llevamos firmados quince”, contó, destacando que el proyecto combina rambla única, parque y proximidad al aeropuerto y al centro, elementos que aseguran su atractivo en el mercado.
En relación a la innovación, Elsztain explicó la importancia de apostar por jóvenes emprendedores y proyectos disruptivos, citando el caso del coworking en DOT, que combina oficinas con canchas de pádel, salas de juegos y espacios de descanso. “Innovar es invertir en gente joven que habla el idioma actual. Probablemente si lo hubiese diseñado yo, sería una oficina aburrida”, aseguró.
Asimismo, destacó que el aprendizaje de errores pasados es fundamental. “En el año 2000 invertimos en compañías de Internet con gente mayor que no entendía el idioma y la mayor parte de las inversiones fueron a pérdida. Hoy, asociándonos con jóvenes, logramos proyectos exitosos en el agro y el real estate”, afirmó.

Elsztain reiteró que esperar el contexto perfecto puede impedir el crecimiento. Recordó desarrollos realizados en momentos de crisis, como torres alrededor de una laguna en Uruguay, cerradas justo antes del colapso financiero global de Lehman Brothers. “Cuando hay una oportunidad y uno siente que lo tiene que hacer, si espera el contexto perfecto no lo hace nunca”, indicó.
El empresario enfatizó que el equipo es más importante que la visión, porque sin profesionales capacitados para implementar un proyecto, incluso las ideas más prometedoras fracasan. “Si cada uno hace lo que puede y sabe, mueve la economía de forma más real”, concluyó.
Durante su exposición en Canadá, Elsztain compartió la historia de una moneda emitida en 1881, que tras la inflación y devaluaciones acumuladas llegó a multiplicar su valor original en millones de pesos, ilustrando la experiencia argentina frente a la emisión monetaria y la inflación. Este conocimiento, según el empresario, constituye un activo único que los argentinos pueden aprovechar para invertir en sectores estratégicos.
En términos generales, Elsztain mantiene que la Argentina ofrece un escenario con enormes oportunidades, siempre que se combine la inversión con el talento y la ejecución profesional. Los sectores con mayor potencial, según su análisis, son el real estate, la minería, la producción agrícola y la generación de crédito hipotecario, todos vinculados a la confianza y al largo plazo.
El mensaje central de Elsztain, según lo reportó La Nación, es que la acción y el talento son más relevantes que esperar un contexto perfecto: quienes se animen a emprender e invertir, aun en momentos de incertidumbre, podrán capitalizar los activos del país y generar un impacto económico significativo. “Tenemos que salir de la trampa del decir ‘tenemos’ a ‘hacemos’”, concluyó, dejando una reflexión sobre la importancia de la ejecución en la economía argentina.