La industria cervecera reclama previsibilidad: Quilmes advierte que el crecimiento depende de que la macro llegue a la economía real

Martín Ticinese sostuvo que la producción y el consumo solo repuntarán si se ordenan las variables y avanzan reformas estructurales

La industria cervecera reclama previsibilidad: Quilmes advierte que el crecimiento depende de que la macro llegue a la economía real
lunes 01 de diciembre de 2025

La Cervecería y Maltería Quilmes anticipó que el repunte del consumo y el crecimiento de la producción durante 2026 dependerán del ordenamiento macroeconómico y del avance de reformas estructurales. Así lo afirmó su presidente, Martín Ticinese, al analizar la situación actual de la industria y los desafíos que enfrenta el sector. Las declaraciones forman parte de la información proporcionada por la compañía, sin atribución a un medio periodístico específico.

Ticinese señaló que el punto crítico para el próximo año será la recuperación del poder adquisitivo y la normalización del ciclo económico. “De cara a 2026 tenemos la expectativa de que el consumo se reactive. Para eso, necesitamos que este periodo de transición, que fue más largo de lo proyectado, se ordene y la industria y la producción local puedan empezar a crecer”, afirmó el ejecutivo. Para la compañía, la estabilidad macroeconómica debe traducirse en mejoras tangibles en la microeconomía, algo que consideran clave para que la actividad industrial pueda recomponerse.

De acuerdo con el presidente de Quilmes, el último año se caracterizó por un comportamiento desigual entre sectores, con un mejor desempeño en las actividades primarias y una recuperación todavía lenta en aquellas intensivas en mano de obra, entre las que mencionó a la construcción y al comercio. En ese contexto, el consumo masivo —incluido el mercado de bebidas— experimentó una caída relevante. “El 2025 fue un año de performance heterogénea. El consumo, en particular, ha sufrido bastante”, señaló al describir el escenario que atravesó la empresa.

Aun en medio de esa coyuntura, Ticinese remarcó que la compañía sostiene su compromiso con el país. Recordó que Quilmes emplea a más de 5.000 trabajadores directos y genera otros 90.000 puestos indirectos, con presencia en múltiples regiones a través de campos de cebada, plantas productivas, depósitos, centros de distribución y oficinas. “La apuesta e inversión que hacemos en Argentina es continua y de largo plazo. Somos parte del desarrollo socioeconómico del país hace 135 años”, sostuvo.

Uno de los puntos en los que el ejecutivo puso mayor énfasis fue la competitividad. Aseguró que, para lograr un crecimiento sostenido, el país necesita enfrentar dos desafíos centrales: el llamado “costo argentino” y la competencia desleal. Según explicó, la carga tributaria actual sobre la cerveza ronda el 53%, lo que limita la capacidad de las compañías para expandirse, invertir y competir tanto a nivel local como regional. A esto se suma, advirtió, la aparición de nuevos actores que no operan bajo las mismas reglas fiscales y regulatorias, lo que genera una distorsión en el mercado.

En paralelo a esta problemática, la empresa también destacó inversiones recientes orientadas a diversificar su portafolio. En 2025, Quilmes destinó US$3 millones a la construcción de una planta desalcoholizadora en Zárate, destinada a producir Stella Artois sin alcohol y Corona Cero. Se trata de un segmento pequeño pero con fuerte potencial. Según los datos presentados por la compañía, hoy la categoría de cervezas sin alcohol representa apenas el 1% del consumo, aunque proyectan que podría alcanzar el 10% en el mediano plazo, en línea con las tendencias de otros mercados globales.

El desarrollo de este tipo de productos está alineado con los cambios en los hábitos de consumo y con las estrategias globales de AB InBev, el grupo internacional propietario de Quilmes. De hecho, Ticinese adelantó que a partir del 1° de enero asumirá un nuevo rol dentro del holding, como presidente de Marcas Core de AB InBev en Estados Unidos. Su salida de la conducción local se producirá después de un período marcado por la desaceleración económica, aunque con inversiones estratégicas y la continuidad de proyectos a largo plazo.

Respecto de las perspectivas para 2026, el ejecutivo reiteró que la posibilidad de que la industria retome un sendero de expansión dependerá de que la estabilización económica impacte en el bolsillo de los consumidores y en los costos de producción. “Es fundamental que el orden de las variables macroeconómicas se traslade a la microeconomía. El gran desafío es cruzar el puente entre todos, conectando la eficiencia con el crecimiento, de la mano de las reformas estructurales que necesita Argentina”, subrayó.

La compañía también destaca que su red de producción e infraestructura está distribuida en todo el país, con presencia en la cadena completa de valor: desde el cultivo de cebada y la operación de malterías hasta la producción de cerveza, gaseosas y bebidas no alcohólicas. Este entramado, remarcan, es lo que permite mantener la actividad en tiempos de incertidumbre y planificar inversiones de forma sostenida.

En su análisis, Quilmes enfatiza que la generación de empleo, el desarrollo de proveedores locales y la presencia territorial de la industria son factores que requieren previsibilidad para proyectar crecimiento. En ese sentido, la empresa sostiene que la recuperación del consumo será un indicador clave del éxito de las medidas económicas que se implementen durante los próximos meses.

Aunque la compañía confía en que la estabilidad pueda consolidarse, reconoce que la transición ha sido más extensa y compleja de lo previsto. Esa demora, señalan, impacta tanto en la demanda como en la capacidad de planificación a mediano plazo. Por eso plantean que el desafío central es lograr que la economía real acompañe la corrección de las variables macroeconómicas.

Quilmes, una de las mayores productoras de bebidas del país, mantiene una participación histórica dentro del mercado argentino y ha atravesado múltiples ciclos económicos. Los ejecutivos sostienen que la empresa continuará apostando por el desarrollo local, siempre que las condiciones permitan recuperar un entorno más dinámico y competitivo.

De cara a los próximos meses, la estrategia de la compañía combina contención de costos, innovación y un fortalecimiento sostenido del vínculo con consumidores y clientes. Según señalaron fuentes consultadas por Clarín, el objetivo es transitar este período de ajustes con la mira puesta en llegar a 2026 con un escenario más favorable, que permita volver a impulsar la producción, dinamizar las ventas y reactivar el flujo de inversiones.



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