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Ford Motor Company anunció este lunes la suspensión de la producción de la F-150 Lightning, su versión 100% eléctrica de la emblemática pick-up, y la reconversión de su programa de vehículos eléctricos hacia opciones híbridas y EREV (Extender Range Electric Vehicle). La decisión, comunicada por el CEO Jim Farley a la cadena CNBC, se produce en un contexto global de estancamiento en la venta de autos eléctricos, donde factores como la falta de reducción de costos de baterías, cambios en la regulación y la disminución de incentivos gubernamentales han afectado la adopción masiva de este tipo de vehículos.
La automotriz estadounidense estimó que la reconversión de su programa eléctrico implicará un impacto financiero de USD 19.800 millones, monto que incluye la cancelación de proyectos de vehículos 100% eléctricos. Según Farley, la decisión responde a un análisis del mercado: “Los últimos meses han sido muy claros para nosotros. El mercado de vehículos eléctricos se contrajo aproximadamente un 5% en EE.UU., pero lo más importante es que los vehículos eléctricos de gama alta, de 50.000, 70.000 y 80.000 dólares, simplemente no se vendían”, afirmó el ejecutivo.
La medida se produce además en un contexto regulatorio en evolución. Mientras la Unión Europea evalúa permitir la producción de autos de combustión más allá de 2035, Estados Unidos redujo algunos subsidios a vehículos eléctricos durante la administración Trump. Estas decisiones, combinadas con la desaceleración de la demanda, llevaron a Ford a reconsiderar su estrategia hacia vehículos electrificados de mayor accesibilidad y funcionalidad.
Aunque la F-150 Lightning dejará de producirse tal como se conocía desde su lanzamiento en 2022, la marca no descarta completamente la electrificación de sus camionetas. La próxima generación de la F-150 incorporará la tecnología EREV, un sistema híbrido donde el motor de combustión actúa únicamente como generador para cargar la batería, mientras que la propulsión es eléctrica.
Actualmente, los híbridos representan alrededor del 30% de las ventas de la F-150 en algunos meses, indicó Farley, quien aseguró que “imaginen lo que será tener una Ford con una línea completa de híbridos y EREV. Luego tendremos esta plataforma EV muy asequible, UEV (Utility Electric Vehicle), a precios muy accesibles de USD 30.000. Creemos que es el punto de inflexión”.
El objetivo, según Farley, es ofrecer soluciones adaptadas al comportamiento de los consumidores estadounidenses, donde la movilidad se caracteriza por largas distancias y uso intensivo de camionetas para remolque. La compañía sostiene que un EREV con autonomía de 1.125 kilómetros y capacidad de aceleración de 0 a 100 km/h en cinco segundos será más atractivo para el mercado que la actual F-150 Lightning totalmente eléctrica.
Farley también destacó que la estrategia de Ford se ajusta a las particularidades de cada mercado. En China, donde más del 50% de los vehículos vendidos son eléctricos, la demanda es distinta a la de Europa, con aproximadamente 25% de ventas eléctricas, y Estados Unidos, con solo 5%. Para el mercado europeo, la marca se asocia con Renault para ofrecer vehículos eléctricos asequibles, evitando inversiones directas en autos eléctricos propios.
“Para el resto del mundo, somos una marca de camionetas y vehículos profesionales, con camionetas pickup y SUV, y la hibridación es una muy buena opción para nosotros”, sostuvo Farley, nacido en Argentina y con amplia experiencia en la industria automotriz global.
A pesar del costo de la reconversión, las acciones de Ford subieron un 2% este martes, una señal de que los inversores perciben la decisión como necesaria e inevitable frente a la falta de validación del mercado para la transición total hacia vehículos eléctricos.
Farley enfatizó que la decisión busca alinear la producción con la demanda real: “Evaluamos el mercado y tomamos la decisión. Estamos siguiendo a los clientes para determinar dónde está el mercado. No donde la gente pensaba que estaría, sino donde está hoy, y ése es realmente el origen de nuestro anuncio. Será mejor para la rentabilidad de la empresa, para los accionistas y para generar muchos nuevos empleos en Estados Unidos”.
El CEO recordó también los aprendizajes obtenidos al estudiar autos eléctricos chinos, que sirvieron de referencia para diseñar soluciones más eficientes y asequibles. Esta experiencia ha impulsado a la compañía a replantear su enfoque hacia vehículos de menor rango y precio, con el fin de estimular la adopción de movilidad eléctrica de manera más gradual y coherente con la capacidad de compra de los consumidores.
La F-150 Lightning fue lanzada en 2022 como una versión completamente eléctrica del vehículo más vendido en Estados Unidos, con expectativas de liderar la transición hacia la electrificación de camionetas pickup. Sin embargo, las ventas no alcanzaron los niveles proyectados y evidenciaron la resistencia de algunos segmentos del mercado a modelos eléctricos de alto precio.
En 2020, aproximadamente el 90% de la industria automotriz inició el camino hacia los vehículos eléctricos, anticipando una rápida transición. Sin embargo, a cinco años de esa proyección, la venta global de autos eléctricos no creció al ritmo esperado. Incluso en China, el principal productor mundial de vehículos a batería, el aumento fue apenas del 3,6% respecto a 2024, según datos citados por Farley.
El giro estratégico de Ford marca un cambio significativo en la industria automotriz, poniendo de relieve que la transición a la movilidad eléctrica no es uniforme ni inmediata. La compañía apuesta por híbridos y EREV para mantener competitividad, reducir costos y adaptarse a las preferencias de los consumidores, mientras sigue evaluando mercados internacionales para definir dónde invertir en electrificación directa.
El anuncio también evidencia la creciente necesidad de flexibilidad industrial y regulación coherente, con la automotriz ajustando su producción a realidades económicas y de consumo concretas, en lugar de depender exclusivamente de proyecciones o incentivos gubernamentales. Según informó Infobae, la decisión fue recibida de manera positiva por los mercados financieros y considerada un paso estratégico frente a la incertidumbre global del sector eléctrico.
