Argentina habilita la venta de combustible a buques exportadores y busca fortalecer la logística y el negocio energético

El Gobierno nacional resolvió levantar la prohibición que impedía a los buques que cargan mercadería en la Argentina abastecerse de combustible en puertos locales, una restricción que llevaba años vigente y que, según el Ejecutivo, generaba distorsiones en la logística del comercio exterior. La decisión fue formalizada este martes, mediante la Resolución 5797/25 de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), publicada en el Boletín Oficial, y fue destacada por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, quien la vinculó con el proceso de normalización económica que impulsa la administración de Javier Milei.

La norma elimina una limitación que autorizaba a los buques a comprar únicamente el combustible indispensable para llegar al siguiente puerto internacional, aun cuando hubieran cargado mercadería para exportar desde la Argentina. Para el Gobierno, se trata de una medida relevante porque apunta a mejorar la eficiencia logística, reducir costos operativos, minimizar riesgos ambientales y potenciar un negocio asociado a la venta de combustibles, en un contexto en el que el país busca consolidarse como proveedor de energía.

Desde el Ejecutivo sostienen que la prohibición afectaba directamente a la actividad productiva y al comercio exterior, al imponer una regla que no se condice con las prácticas habituales de la navegación internacional. Además, remarcan que la restricción implicaba resignar ingresos y oportunidades económicas para el país, sin aportar beneficios concretos en términos de control o seguridad.

La resolución de ARCA establece que los operadores deberán ajustarse a las pautas previstas en el “Manual para el Registro de Operaciones de Rancho de combustibles y suministros en el SIM”, disponible en el sitio web del organismo, dentro de la sección destinada a Operadores de Comercio Exterior. Allí se detallan los procedimientos que deben seguirse para formalizar las operaciones de abastecimiento a buques que salgan del territorio aduanero tras cargar mercadería en puertos argentinos.

De acuerdo con el texto oficial, la solicitud de carga de mercadería con destino a rancho, provisiones de a bordo o suministros deberá formalizarse ante el servicio aduanero mediante el registro de los subregímenes habilitados en el Sistema Informático Malvina (SIM). Asimismo, se aclara que el registro de la declaración de rancho tiene carácter de declaración aduanera comprometida, en lo que respecta a la identificación de la operación, las cantidades, los valores y las características del medio de transporte involucrado.

Con este esquema, el Gobierno busca garantizar trazabilidad y control aduanero, pero sin recurrir a prohibiciones que, según su diagnóstico, terminaban afectando la competitividad del sistema portuario argentino. En ese sentido, la medida se presenta como un ajuste normativo que apunta a ordenar la operatoria, sin imponer restricciones que encarezcan o compliquen la actividad.

Tras la publicación de la resolución, Federico Sturzenegger se refirió públicamente al cambio y lo encuadró dentro de la agenda de desregulación que impulsa el Ejecutivo. “Argentina se va normalizando, se ve en los pequeños detalles”, afirmó el ministro, al explicar que la prohibición ahora eliminada era un ejemplo de regulaciones que se mantuvieron durante años sin una justificación clara.

Sturzenegger señaló que la restricción “afectaba la actividad productiva”, ya que los buques que cargaban mercadería en el país solo podían comprar el combustible necesario para llegar al próximo puerto internacional. Según explicó, esta limitación obligaba a modificar la planificación logística habitual y generaba costos adicionales para las empresas navieras.

En ese contexto, el funcionario detalló que el resultado práctico era que muchos buques optaban por llegar a la Argentina con los tanques llenos, para evitar depender del abastecimiento local. “El resultado es que los buques venían con el tanque lleno, cosa de no arriesgar tener que cargar acá”, sostuvo. A su entender, esta situación no solo generaba ineficiencias económicas, sino que también implicaba un riesgo ambiental, al navegar con mayores volúmenes de combustible por vías fluviales sensibles como el río Paraná.

Además, Sturzenegger remarcó que la prohibición terminaba “destruyendo negocios en la Argentina”, al impedir que el país captara una demanda legítima de combustible por parte de buques que operan regularmente en sus puertos. En ese sentido, subrayó que la logística internacional se rige por criterios de eficiencia y previsibilidad, y que las trabas regulatorias van en sentido contrario a esos objetivos.

El ministro vinculó la decisión con una estrategia más amplia del Gobierno orientada a reducir regulaciones que considera innecesarias. “A medida que Argentina se normaliza y además se consolida como exportador de energía gracias al equilibrio fiscal y al programa de libertad económica que propicia Javier Milei, vamos eliminando esas locuras con las que nos acostumbramos a convivir”, afirmó.

En la misma línea, destacó que cada cambio normativo de este tipo puede traducirse en más actividad económica y mejores condiciones para producir y exportar. “Cada barrera normativa menos es una oportunidad más para que el país crezca produciendo y exportando”, concluyó, al celebrar la publicación de la resolución.

La eliminación de la prohibición también fue bien recibida por actores vinculados al comercio exterior y a la actividad portuaria, que desde hace tiempo venían señalando la necesidad de adecuar la normativa local a los estándares internacionales. Si bien la resolución no introduce incentivos económicos directos, el cambio es interpretado como una señal favorable para mejorar la competitividad de los puertos argentinos frente a otros de la región.

La medida se inscribe, además, en un contexto de reformas más amplias impulsadas por el Gobierno nacional, orientadas a simplificar trámites, reducir costos y atraer inversiones, especialmente en sectores considerados estratégicos como la energía, la logística y el comercio exterior. En ese marco, la habilitación del abastecimiento de combustible a buques exportadores aparece como una decisión puntual, pero alineada con una agenda de transformación más profunda.

Con la Resolución 5797/25 ya en vigencia, el Ejecutivo busca dejar atrás una restricción que, según su visión, no aportaba beneficios y sí generaba distorsiones, y avanzar hacia un esquema más compatible con las prácticas habituales del comercio marítimo internacional. La información fue difundida originalmente por el medio Río Negro.