San Juan suma una inversión minera clave al RIGI y consolida su perfil como polo estratégico del sector

El Gobierno nacional aprobó el ingreso de un nuevo proyecto minero al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). Se trata del desarrollo Gualcamayo, en la provincia de San Juan, que demandará una inversión superior a los USD 600 millones, permitirá extender la vida útil de una mina en etapa de agotamiento y generará 1.700 empleos directos. El anuncio fue realizado este lunes, por el ministro de Economía, Luis Caputo, en el marco de la estrategia oficial para dinamizar la minería y captar inversiones de gran escala, según informó Infobae.

De acuerdo con la comunicación oficial, el Comité Evaluador del RIGI dio luz verde al proyecto, que contempla un desembolso total de USD 665 millones para el desarrollo de minería de oro y plata. La iniciativa se apoya en la incorporación de un tipo distinto de mineralización, lo que habilita la continuidad operativa de un yacimiento que se encontraba próximo a su cierre, con impacto directo en el empleo y la actividad regional.

Con esta aprobación, el RIGI alcanza 10 proyectos validados desde su puesta en marcha, con una inversión acumulada que supera los USD 25.000 millones. El régimen se convirtió en una de las herramientas centrales del Ejecutivo para recomponer el flujo de inversión extranjera directa, especialmente en sectores intensivos en capital como energía y minería.

El anuncio se produce en un contexto de creciente interés empresarial por adherir al esquema de incentivos. A mediados de diciembre, el Ministerio de Economía informó que BHP y Lundin Mining presentaron su solicitud para ingresar al RIGI con el proyecto Vicuña, también en San Juan, una iniciativa de cobre, oro y plata que podría convertirse en la mayor inversión minera de la historia argentina, con un desembolso mínimo estimado en USD 2.000 millones durante los primeros dos años.

Ese proyecto fue postulado bajo la modalidad de Proyectos de Exportación Estratégica de Largo Plazo (PEELP), una categoría especial dentro del RIGI que extiende los beneficios por 40 años, diez más que el régimen general. Entre las ventajas se incluyen menores plazos para la eliminación de derechos de exportación, repatriación de utilidades y estabilidad fiscal y regulatoria, elementos clave para desarrollos de largo aliento.

En paralelo, el Gobierno analiza extender por un año el período de inscripción al RIGI, ante la cantidad de propuestas en evaluación y elaboración. La normativa vigente establece un plazo de dos años desde la entrada en vigencia para adherir, con la posibilidad de una prórroga adicional de hasta 12 meses. De no aprobarse la extensión, el régimen cerraría nuevas adhesiones en julio de 2026; con la prórroga, el plazo se estiraría hasta julio de 2027.

Desde el área de Energía y Minería señalaron que más de 27 proyectos ya fueron presentados, principalmente en minería y energía, y que el interés privado se mantiene activo. La eventual extensión del régimen apunta a sostener el ritmo de anuncios y consolidar un marco previsible para inversiones de gran escala, en un contexto de competencia regional por capitales.

El atractivo del RIGI se explica por un paquete de medidas que incluye la reducción de la alícuota del Impuesto a las Ganancias del 35% al 25%, la eliminación de retenciones a las exportaciones, la posibilidad de computar el IVA durante la etapa preoperativa y la opción de arbitraje internacional en caso de controversias. Para el Gobierno, estas condiciones son determinantes para destrabar proyectos de alto monto y largo plazo, especialmente en provincias con fuerte potencial geológico.

San Juan se posiciona como uno de los principales beneficiarios del esquema. Además de Gualcamayo y Vicuña, la provincia alberga otros desarrollos estratégicos dentro del RIGI, como Los Azules, enfocado en la explotación de cobre, lo que refuerza su rol como epicentro de la nueva ola de inversiones mineras en el país.

Con la incorporación de Gualcamayo, el Ejecutivo busca enviar una señal de continuidad y previsibilidad al mercado, en un momento en el que la minería aparece como uno de los motores posibles para el ingreso de divisas, la generación de empleo y el desarrollo de infraestructura en las economías regionales. El desafío, hacia adelante, será convertir los anuncios en obras y producción, y sostener el marco de reglas que permita materializar los compromisos asumidos.