icolás Beaudroit es bisnieto de productores de leche. Con su firma de yogures Familia Beaudroit, revoluciona el mercado con un producto de etiqueta limpia y sin agregados. Apuntando a consumidores jóvenes y conscientes, la marca cuenta con una gran presencia en redes sociales.
Tras recibirse como ingeniero agrónomo en 2001, Nicolás Beaudroit tomó el mando de la empresa familiar, supervisando el tambo ubicado en General Las Heras, provincia de Buenos Aires. “Siempre me gustó mucho la comida en general y, observando la cadena de comercialización de la leche en el país, empecé a analizar alternativas. Me gustó mucho el producto yogur. En el mercado, hace cinco o seis años había más nombres pero pocas alternativas”, afirma el empresario.
Con una inversión inicial de US$600.000 en maquinaria y otros US$300.000 para poner en marcha la producción, comenzó a fabricar los yogures Familia Beaudroit. “Salimos a la calle en febrero de 2019 y ya tenemos 120 puntos de venta en Capital Federal y algunos distribuidores en el Gran Buenos Aires. Elaboramos dos veces por semana cerca de 20.0000 yogures, que es lo que estamos comercializando. La idea es llegar a los $4 millones mensuales de facturación”, explica Nicolás.
Con foco en la preocupación de la gente respecto al origen de los alimentos y su trazabilidad, Beaudroit encontró un nicho de mercado. Los yogures están elaborados con leche, leche en polvo y poca azúcar (un 4%, cuando otros yogures llegan al 12%). Consciente de los intereses de las nuevas generaciones que evitan el consumo de alimentos ultra procesados, se trata de un producto de etiqueta limpia, con pocos ingredientes pero nobles. “Nuestro producto es libre de gluten y sin TACC. No usamos fécula ni gelatinas. Utilizamos pectina natural cítrica y fermentos. Todo lo que logramos en el producto lo logramos por el proceso”, resalta.
La joven marca apunta a una fuerte estrategia comunicacional en redes sociales. Con un storytelling distinto, se muestra desde la vida de las vacas en el tambo hasta los procesos de industrialización láctea en la fábrica. “Es el ADN de la empresa. Le estamos mostrando a la gente cómo trabajamos todos los días y ese es nuestro diferencial”, concluye el empresario.