Mendoza. Capital Internacional del Vino. Ubicada al pie de las más altas montañas de Los Andes, Mendoza es la puerta obligada al Océano Pacífico. El clima es agradable, templado con escasas lluvias y muy pocos días de viento, gracias a la protección de la cordillera.
A la Ciudad se puede llegar por avión, vía Aeropuerto Internacional Francisco Gabrielli, o por tierra, a través de las rutas nacionales Nº 40 y 7 que comunican Mendoza con todo el país de Norte a Sur y de Este a Oeste y también con Chile.
La ciudad posee una dinámica actividad artística y cultural: teatros, museos, galerías de arte y muestras de artesanías enriquecen la oferta cotidiana. Abierta y siempre viva, los pubs, locales para distenderse y bailar, teatros, cines y casinos, permanecen abiertos hasta altas horas de la noche.
La Ciudad es el punto de partida ideal para realizar excursiones hacia los importantes atractivos turísticos de la provincia, como los Caminos del Vino, la montaña, ríos, termas y reservas naturales. Por todo esto, la Ciudad de Mendoza, invita al visitante a reencontrarse con la naturaleza, la historia, nuevos amigos y por qué no, consigo mismo.
La Ciudad de Mendoza, nombrada el 30 de octubre de 1987 como Capital Internacional del Vino por la OIV y también designada 8ª Capital Mundial del Vino, forma parte de una Red Mundial junto a otras famosas ciudades vitivinícolas como Bordeaux o Florencia, entre otras, hecho que coloca a los vinos mendocinos en una inmejorable posición en el mundo, siendo su variedad insignia el “Malbec”. Además, la Ciudad se posicionó entre las 21 Ciudades Maravillosas del mundo en el concurso “New 7 Wonders Cities”.
Cuenta con gran variedad de mamíferos. Entre los carnívoros pueden mencionarse el zorro -tanto gris como colorado-, zorrinos, hurones, pumas y comadrejas. Cuenta además con gran variedad de mamíferos carnívoros y avícolas que se refugian en cuevas durante el día, especialmente pumas o leones de montaña. Hay ejemplares cavícolas que se refugian durante el día en cuevas, como el pichiciego mendocino. En el distrito andino se ven cóndores y en el subandino aves de rapiña: águilas y gavilanes, a lo que se suman roedores como ratones y cuises, búhos, pecho colorado, pititorras y distintos tipos de ofidios e insectos. Hacia el sur se visualizan zorrinos, vizcachas, guanacos, perdices, ñandúes, y aves como cardenales y cotorritas. También habitan la región aves acuáticas, como el cisne de cuello negro, la garza y los flamencos. Asimismo el ñandú y ñandú petiso, que es una especie de ave terrestre, típica de zona montañosa.
Encontramos distintas regiones; en la región andina, paralela a la cordillera, se encuentran plantas gramíneas y arbustos como la ortiga de la sierra, yerbas del guanaco y palán. La zona subandina y provincia del monte, al este de la anterior, es muy extensa y abarca el piedemonte, la planicie y la región de las Huayquerías. La característica de esta área es la vegetación arbustiva como jarilla en sus distintas variedades, el piquillín, espinillos, garabatos y penca. Hacia el este se observan molles, retamos y chañares, y al noreste algarrobos y caldenes. En las quebradas por donde fluyen los ríos se desarrolla una vegetación mucho más variada y rica que la región del monte. En el sur mendocino, que incluye toda la zona de la Payunia, predomina la estepa arbustiva y se observa juncos y gramíneas, chilcas, jume y otros. En la región cordillerana se encuentran plantas gramíneas y arbustos de hojas apretadas, que le permiten resistir las bajas temperaturas. Hacia la llanura encontramos árboles de hasta 20 metros de altura, con predominio de vegetación arbustiva. Hacia el sur se encuentran pastos y arbustos característicos de zonas esteparias y hacia el este prevalecen los espinales.