pesar de que muchos productores se preguntan si la implementación de aplicaciones dirigidas realmente les proporciona un ahorro, lo cierto es que parte del repago de la inversión se debe a que no se malgastan los herbicidas ni se desperdicia el agua.
Sin embargo, el verdadero desafío comienza cuando se implementan estas nuevas tecnologías, ya que se requiere un cambio de perspectivas y, por tanto, una nueva manera de manejar el campo.
En cuanto a los sistemas de aplicaciones dirigidas, los disponibles en nuestro país son Weed It (WI) y Weed Seeker (WS). Si bien ambos se utilizan fundamentalmente para trabajar barbechos, tienen diferencias bien marcadas entre sí que es importante conocer a la hora de usarlos.
Las tecnologías tienen diferentes sensores: Weed It mide la relación rojo-rojo lejano que refleja la clorofila, mientras que Wees Seeker mide NDVI, que detecta las malezas pequeñas.
Por otra parte, WI tiene un sensor cada 25 cm de botalón y WS cada 50 cm. Además, WI trabaja con válvulas PWM que permiten regular la dosis aplicada por hectárea; por el contrario, en WS debe ser calibrada en el lote.
Asimismo, WS puede utilizarse cuando el cultivo tiene un bajo NDVI y hay presencia de malezas de mayor tamaño o densidad, mientras que WI lo puede realizar en algunos casos puntuales por volumen de la maleza cuando el cultivo es pequeño.
En cuanto a la instalación del sistema, se debe tener en cuenta la estabilidad del botalón del pulverizador. También es necesario adaptar un mecanismo de ruedas que ayude a que no pegue contra el suelo si el terreno es irregular, y determinar qué defensas se deben colocar para proteger el equipo de las cañas de maíz u otras similares. Es importante realizar una calibración del equipo antes de ponerlo en marcha, a fin de corroborar que todo esté bien.