os mejores resultados en trigo se observan en el sur bonaerense, dado que las lluvias fueron regulares y el cultivo se encuentra en estado de floración con excelentes perspectivas de rinde.
Muy distinta es la historia del trigo sembrado en la localidad cordobesa de Marcos Juárez. Allí se esperan bajísimos rendimientos debido a la sequía que tuvo lugar en el otoño-invierno, además de por las heladas registradas en octubre. En tanto, para el oeste y el norte de La Pampa y Buenos Aires la situación es intermedia.
Para los trigos del norte, que se encuentran en un estado de grano pastoso y cambiando el color verde oscuro a verde amarillento, todavía falta mucho por recorrer y muchas preguntas por responder. La primera de ellas es cuál será el peso que alcancen los 1.000 granos en el actual contexto de escasez de humedad.
En este sentido, especialistas en la materia estiman una caída del 10% en el peso de 1.000 granos si el clima sigue normal, y mucho peor si viene un golpe de calor, algo que hasta ahora no se ha descartado.
En tanto, los cultivos de Santa Fe y Córdoba absorbieron todas las precipitaciones de los últimos días, lo que dejó el perfil seco y abre la posibilidad de dificultades para implantar temprano la soja de segunda.
Otro de los inconvenientes son las espiguitas tardías que generaron algunos cultivos afectados, que ya estaban por alcanzar la madurez fisiológica, lo que puede demorar la cosecha. Esto, en conjunto con posibles ataques de roya y de oruga desgranadora, podría completar un escenario difícil de olvidar para esta campaña.