L
Al momento de picar un cultivo se plantea un desafío importante: hay que lograr la medida justa. Las partículas deben ser pequeñas para que se puedan compactar, pero lo suficientemente grandes para proveer al animal de la fibra que se necesita.
Los ingenieros Rubén Gregoret y Miriam Gallardo (INTA Rafaela) señalan que el picado del forraje ha evolucionado del picado grueso (mayor de 10 cm) al fino (menor de 10 cm). Recientemente, se impulsó el “doble picado de precisión”, con un tamaño teórico de corte de 1 cm. Esta medida guarda relación con la regulación del equipo de picado y no con el de las partículas resultantes.
Lo importante es que el tamaño final va a estar afectado tanto por esa regulación como por el contenido de humedad de la planta a ensilar. Además, es importante diferenciar que el “partido” de los granos en el cultivo de maíz o sorgo se realice con el procesador (craker) y no achicando el picado.
Gregoret y Gallardo elaboraron una serie de recomendaciones para conversar con el contratista forrajero y tener muy en cuenta al momento de “picar”.
— Para una buena digestión y utilización de los silajes de maíz o sorgo —con altos rindes de granos— deben estar bien procesados (partidos, aplastados). En la evaluación con el separador de partículas, deben componer al menos un 40% del material de la bandeja inferior (partículas más pequeñas).
— Si el cultivo se ha cosechado en estado óptimo de humedad, los granos que se encuentran en estado pastoso y están blandos se “procesan” naturalmente en el momento del picado. Cuando, por razones operativas, se tienen que picar cultivos pasados, con granos secos y duros, no hay otra opción que utilizar el craker.
— En los casos de forrajes sobre-maduros y muy secos la disminución del tamaño del picado por el uso del craker tiene la ventaja de propiciar luego una buena compactación.
— Si el forraje está muy pasado, se recomienda además cosechar el material a una mayor altura, cortando a 40 cm por encima del suelo. Esto evitará llevar al silo abundante cantidad de fibra indigerible.
— Si el forraje está muy húmedo (inmaduro) serán necesarias unas horas previas de oreo con mucho control de duración para no “pasarse de materia seca”.
Con estas recomendaciones, y los rindes históricos que están logrando los lotes, si la logística no complica, los productores tienen la mesa servida para guardarse e ir racionando una muy buena picada.
Los contratistas y productores también anticipan una muy buena campaña de sorgo granífero y forrajero. La cosecha debería comenzar a partir de la segunda semana de febrero. En Santa Clara de Buena Vista, Boretto cuenta que se duplicó el área sembrada y que el cultivo está evolucionando bien.
Con la alfalfa, el escenario es diferente. Esta pastura no “aguanta” bien los excesos hídricos. Por eso se perdieron los lotes que se “encharcaron”. “Incluso en los casos que pudimos hacer rollos no quedaron de buena calidad”, reconoce Trucco.
Es un problema relevante, porque en los tambos de la cuenca lechera santafesina esta pastura ocupa el rol protagónico en la dieta de los rodeos lecheros. ¿Cuántos lotes se perdieron? En San Jerónimo Norte, Franck y las Tunas, cerca de la mitad. Trucco asegura que lo mismo pasó en los campos cercanos a Colonia Aldao. Y Bilbao tiene un diagnóstico parecido para los campos al oeste de Rafaela.
El Litoral