Brasil, el gigante de la piscicultura continental Latinoamericana

El desarrollo de la actividad lo consolida como el país latinoamericano de mayor producción piscícola continental, con un incremento interanual promedio del 8% durante la última década

Brasil, el gigante de la piscicultura continental Latinoamericana
jueves 18 de junio de 2020
B

rasil es un país de dimensiones continentales que ocupa un área de 8.547.404 km.

Posee 12 por ciento de las reservas disponibles de agua dulce del planeta, con más de dos millones de hectáreas de pantanos y estuarios adecuados para acuicultura, y más de 25.000 ríos a lo largo y ancho de todo el país.

Además, posee una costa que se extiende por 8.500 kilómetros para la acuicultura marina (maricultura), con 15 de los 26 estados bordeando la costa Atlántica, pero además de su línea costera, cuenta con 4,2 millones de ha de embalses internos, muchos de los cuales vienen siendo utilizados para impulsar los parques acuícolas, principalmente para el cultivo de tilapia.

La acuicultura viene desarrollándose en Brasil desde comienzos del siglo XX. Durante los años 90 la producción total acuícola brasileña era de 30.000 toneladas, y para el año 1999 alcanzó las 140.657 toneladas, representando a nuestro juicio, el primer salto cuántico de la producción acuícola brasilera, con un incremento cercano al 500% en apenas 10 años.

Para inicio de los años 2000, la mandataria nacional (Dilma Rousseff), anunció una inversión de US$2.050 millones para estimular la producción pesquera a través del denominado “Plan Cosecha de Pesca y Acuicultura”, con el objetivo de fortalecer la actividad pesquera (pesca y acuicultura) transformándola en instrumento de crecimiento económico del país, al ofrecer ayuda técnica para el cultivo, manejo, modernización de equipamientos, inversión en investigación y fortalecer la estructura productiva, creando además, líneas de crédito para pequeños pescadores y acuicultores con préstamos a bajo costo y largo plazo.

La llegada de nuevas empresas, la profesionalización y la intensificación tecnológica, fueron algunos de los elementos que caracterizaron el desarrollo acuícola brasileño por los próximos años, periodo en el cual la actividad creció un 238%, pasando de 140.657 toneladas, a 364.607 toneladas (segundo salto cuántico).

Después de su implementación, durante el periodo 2012 – 2019, la producción acuícola brasilera siguió creciendo, y pasó de 364.607 a 758.008 toneladas, incremento que representa el 207% (tercer salto cuántico).

Sin embargo, aunque la acuicultura ha experimentado su mayor crecimiento en la última década (con un promedio de 8 por ciento anual) todavía está muy por detrás de la producción alcanzada por las industrias avícola, bovina y porcina, pero se plantea alcanzarlas.

Brasil tiene un mercado interno fuerte, cosechas abundantes de granos, una industria de alimentos animales bien establecida, clima tropical durante todo el año en la mayor parte del país, abundante agua dulce, amplias zonas aptas para estanques, tecnología de producción capaz, varias universidades y centros de investigación dedicados a la acuicultura, y condiciones que pueden ayudar a impulsar la acuicultura sostenible, junto con una mejor organización y la implementación de políticas gubernamentales más eficaces para el sector.

El país cuenta con una serie de programas de formación en acuicultura, tanto en pre y postgrado, que vienen destacando en el campo de investigación que sustenta el crecimiento de la actividad.

Brasil tiene todos los “ingredientes” para consolidarse como potencia mundial en acuicultura, en los próximos años; si continúa con sus políticas de promover el consumo de pescado y el desarrollo de la actividad, sustentandose en los esfuerzos que viene realizando la academia.

Por otra parte, el buen hacer y potencial de la acuicultura brasileña, ha despertado el interés de grandes instituciones financieras, que consideran al país un jugador importante dentro de la acuicultura mundial, colocándolo en un nivel similar al de los países con una importantísima tradición en la industria como Chile, Vietnam o Noruega.

Actualmente Brasil ocupa la decimocuarta posición entre los principales países productores del mundo.

 

Tilapia

La principal especie acuícola en Brasil, es la tilapia, con una producción de 432.149 toneladas, representando el 57% de la producción total de peces de cultivo para 2019, año en el cual Brasil se posiciona como el 4to mayor productor mundial, detrás de China, con 1,93 millones de toneladas, Indonesia con 1,35 millones de toneladas, y Egipto con 900.000 toneladas.

Los principales grupos productores de tilapia se encuentran en el estado de Paraná (146.212 t), São Paulo (64.900 t), Santa Catarina (38.559 t), Minas Gerais (36.350 t) y Pernambuco (25.421 t).

 

Especies autóctonas

Especies de los géneros Colossoma y Piaractus ocupan el segundo lugar en lo que producción piscícola se refiere, con 287.930 t producidas en 2019, con un ligero aumento de la producción de apenas 20 toneladas con relación al año 2018, representando un 38% de la producción total nacional.

Los problemas sanitarios y estructurales, incluida la transformación y comercialización, así como las dificultades para obtener las licencias medioambientales, fueron responsables de la inestabilidad en la producción de las especies nativas durante el 2019.

El Tambaqui y sus híbridos con Pacú (conocidos como “Tambacu”) y con Pirapitinga (conocidos como “Tambatinga”) son los principales peces de este grupo que se expandió rápidamente, sobre todo en los estados de Rondônia, Mato Grosso, Maranhao, Pará y Amazonas.

 

Especies exóticas

El aporte de las especies exóticas cultivadas fue liderado por la carpa, la trucha y la panga, y se incrementó en un 8,72%, pasando de 34.370 a 37.927 toneladas. Su participación en la producción total aumentó del 4,6% al 5%, destacando los estados de Rio Grande Do Sul, Santa Catarina, Paraná, Piauí y Maranhao, son los principales estados cultivadores de estas especies.

 

Maricultura

La expansión de la acuicultura marina es una alternativa para el mediano y largo plazo para impulsar la producción piscícola en Brasil. Con 8.500 km de costa, Brasil debería estar produciendo mucho y muchos más peces marinos de lo que actualmente se producen. Aunque conocemos desarrollos de cobias, estos son muy incipientes.

El gobierno deberá abordar políticas y acciones efectivas para promover el desarrollo de la maricultura brasileña, facilitando el acceso a las tecnologías que ya se han desarrollado y aplicado comercialmente en el sudeste asiático, Chile, Europa y otros lugares.

 

Otras especies acuícolas

Estas incluyen carpas, bagres, arapaima y trucha arcoíris que contribuyen a la producción piscícola total registrada.

 

Comercialización

En la actualidad, más del 95% de la producción acuícola se vende en el país.

Brasil es un país grande y multicultural con muchas peculiaridades de mercado. Los mercados en las regiones sur y sudeste generalmente demandan productos de alto valor añadido procesados (filetes y steaks de pescado frescos o congelados), mientras que, en el norte y noreste, se venden principalmente enteros, descabezados y eviscerados. La demanda de steaks, filetes y otros productos de valor añadido está creciendo rápidamente, especialmente en las grandes áreas metropolitanas.

Chile, China, Vietnam, Argentina y Noruega son los principales proveedores de productos pesqueros que ayudan a complementar el mercado nacional, destacando el salmón chileno y el Pangasius vietnamita entre ellos.

 

Exportaciones

En el 2019, Brasil exporta unos 12 millones de dólares en peces de cultivo, liderando la tilapia con un 8,6% en volumen y 26% en valor de dichas exportaciones que, aunque son todavía pequeñas, avanzan año tras año.

 

Restricciones

El licenciamiento (permisología) ambiental complejo, restrictivo, burocrático, lento y muy costoso destaca entre los principales obstáculos. Por esta razón, muchas granjas acuícolas operan sin licencia y seguramente no aparecen en las estadísticas.

El crédito es difícil de acceder y tiene un complicado proceso burocrático. Los bancos piden garantías altas y la falta de licencias ambientales vuelve a ser un inconveniente. La mala organización, la falta de adecuadas políticas gubernamentales para promover el sector, los altos costos de producción (alimentos y mano de obra), así como los insumos de producción sobre gravados por el gobierno también afectan. 

El abastecimiento de agua y los bajos niveles de agua en los embalses son las principales preocupaciones entre los productores de tilapia.

 

Conclusiones

Como se observa en la gráfica que acompaña a este artículo, con una producción piscícola que ha venido incorporando como promedio unas 100.000 toneladas cada tres años (29.000 t/año), Brasil se consolida como el país latinoamericano de mayor desarrollo piscícola continental de Latinoamérica.

Un monstruo en tamaño y en producción piscícola, con sus aciertos y desaciertos, pero digno de tomarse como ejemplo.

 

MundoAgropecuario



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