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l presente informe es el reflejo de años de organización y trabajo mancomunado entre el INTA Agencia de Extensión Rural Frías y las organizaciones que conforman la Economía Social y Solidaria de la región Oeste de la provincia de Santiago del Estero.
Se intenta compartir aquí, algunos apuntes en torno al proceso de organización y construcción social que hay detrás de la Feria de la Economía Social, en donde uno de sus formatos más salientes es su característico vínculo directo “del Productor al Consumidor”.
La economía social y solidaria no es solo un concepto o una idea, no es una economía para pobres, ni una economía necesariamente marginal, o una alternativa precaria para que sobrevivan aquellos trabajadores que quedaron afuera del sistema. Es un amplio y heterogéneo movimiento con largas décadas de desarrollo a nivel mundial. Son todas aquellas experiencias de organización, trabajo, distribución y consumo que buscan una gestión democrática y que ponen de relieve una sociabilidad distinta, con un fuerte compromiso solidario.
La economía social y solidaria es, entonces, en su sentido más amplio, una propuesta política, social, cultural y económica que busca constituirse en una alternativa real al modelo tradicional vigente. Cooperación, asociativismo, solidaridad, respeto por el medio ambiente, consumo responsable, comercio justo, son algunas de las palabras claves que representan y marcan el rumbo hacia dónde se dirige esta “otra economía”.
La Feria de la Economía Social en Frías, es una iniciativa pensada desde el INTA AER Frías con la colaboración de la Municipalidad de Frías, la ADELFRI (Agencia de Desarrollo Local Frías), la Agencia de Desarrollo Regional dependiente del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Provincia y la CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular) de Frías. Surge a fines de 2018 como un espacio de organización de actores de la Economía Social, bajo la premisa de brindar oportunidades de comercialización a sectores que no tienen posibilidad de acceder a los mercados tradicionales, así como promover el contacto directo entre productores y consumidores. Al no existir intermediación, se apuesta a generar vínculos de confianza, de modo tal que cuando un vecino se acerca al puesto, es posible entablar un diálogo donde cada feriante puede contarle cómo y qué usó para elaborar su producto y así promover la valorización de la producción local y el consumo responsable.
La Feria nuclea a más de sesenta trabajadores de la Economía Social: productores de alimentos y artesanos del sector urbano y rural. En el transcurso del tiempo, se fue desarrollando un proceso de fortalecimiento grupal con la conformación de un conjunto de feriantes que, si bien ha ido cambiando a lo largo de los meses, sostienen este espacio que se construye dinámicamente en forma colectiva. A su vez esto generó un proceso de organización hacia adentro de las familias que participan a sabiendas que mensualmente deben trasladarse y permanecer fuera de sus hogares, haciendo rotativo este rol. Además, fortaleció en los productores – feriantes la vinculación con el INTA, sintiéndose parte del proceso, ya que toman decisiones en las fechas de realización de la Feria, en la definición de los cupos por grupos, y además comprenden las limitaciones u obstáculos que se puedan presentar y aportan propuestas al respecto.
Por otra parte, es importante mencionar lo fructífero de la articulación interinstitucional considerando la importancia de lograr la conjunción de recursos humanos, financieros, materiales para el mantenimiento del espacio, que al inicio implicó múltiples reuniones de acuerdo y en el transcurso, el manejo de aportes financieros, atravesados además por crisis presupuestarias en las instituciones participantes, logrando superarlas exitosamente.
La Feria, en el marco de la economía social y solidaria, es una herramienta de carácter colectivo que surge como respuesta a la problemática de la comercialización y la visibilidad de los productos y servicios.
Históricamente en la región, los espacios de venta para el sector de la agricultura familiar han sido muy limitados: participación en la Expo anual Productiva de Frías, festivales y ferias locales que se realizan en diferentes festividades. La Feria de la Economía Social, tiene la intención de cubrir esa necesidad económica subyacente, y en este sentido se pensó en las estrategias para lograr su éxito, tales como la ubicación física de la misma y la fecha del mes.
La decisión de realizarla en la plaza principal y frente a la zona bancaria, fue clave no solo para la visibilidad del espacio, sino para garantizar la participación de potenciales compradores, que buscan productos, naturales y artesanales, como verduras, conservas, panificados, dulces y licores, artesanías varias, tejidos, accesorios, indumentaria, marroquinería, cosmética natural, plantas aromáticas y medicinales, entre otros.
En el transcurso del tiempo y como resultado de las reuniones organizativas, se pensó en la importancia de incluir otros productos y actividades, es por ello que se fueron desarrollando instancias de capacitación con temáticas afines, tales como elaboración de dulces, de conservas, jabones medicinales, entre otros, que fueron realizados por los mismos productores que poseen estos saberes, a partir de las capacitaciones brindadas por el INTA.
Por otra parte, se consideró fundamental poner en valor la cultura y el arte popular local, incluyendo a personas y grupos que realizan propuestas artísticas y culturales, en tanto son trabajadores autogestionados e independientes, constructores de la otra economía. Es por ello que se coordinaron actividades conjuntas con otras organizaciones tales como el Centro Cultural “Pocha Ramos”, la Escuela Especial “Hacia la vida”, el Instituto Integral Terapéutico “Crecer”, la Iglesia Inmaculada Concepción, y a muchos artistas locales.
Todo este cúmulo de actividades y propuestas generó un impacto positivo en la sociedad, que es manifiesto a través de los medios de comunicación radiales y gráficos, pero principalmente a través de la afluencia de personas que aprovechan la ocasión no solo para comprar productos que no son comunes en el mercado tradicional, sino que utilizan este espacio como punto de encuentro social. En los productores-feriantes, además de beneficios económicos, generó la necesidad de mejoras en la calidad de los productos y estrategias de ventas, lo que implica una evolución en el proceso productivo.
“La Feria es un espacio muy importante para nosotros porque aparte de comercializar, conocemos otra gente, compartimos experiencias y por eso es que la considero importante y necesaria. Yo le llamo la feria fuerte, porque nosotros nos preparamos con buena cantidad de productos porque gracias a Dios se vende. Y la ventaja de esta feria es que tenemos el traslado, tenemos el refrigerio (que lo aportan las instituciones), o sea que no gastamos nada prácticamente de la venta. Sí gastamos cosas de los otros productores que vemos que nos hace falta, porque siempre traemos productos de los compañeros, que por ahí no nos juntamos y es lindo también compartir nuestros productos. Como siempre digo, los otros tienen lo que nosotros no tenemos” (Marina Díaz, emprendimiento “Los Gansos”, productos derivados de la leche de cabra, Villa Guasayán).
“En la Feria participó desde la primera fecha que me invitaron y realmente con mucho éxito cada encuentro. Siempre me preparo por lo menos una semana antes realizando tejidos, llevando hilados, accesorios y siempre gracias a Dios la gente compra, a veces un poco más a veces un poco menos. Siempre pensando que es lo que les puede gustar, asesorandome con otras tejedoras de otros lugares que van a ferias, pensando que puedo hacer para que sea productivo y tratando de generar productos que pueden llamar la atención, lo cual siempre fue con éxito” (Martha Herrera, emprendimiento “Marthi”, tejidos artesanales, Frías).
“Los encuentros en la Feria son hermosos porque una nos permiten conocer lo que hace el otro, las necesidades que tiene. Como grupo, hemos ido priorizando de a poquito, a veces como una mesa, un mantel, una silla, pero son necesidades y que a la hora de estar allí son muy importantes, inclusive el traslado. Considero la Feria en la plaza como un espacio de la economía social, donde sabemos que ahí es nuestro espacio de trabajo y también de encuentro del grupo, que eso es lo más enriquecedor” (Mabel Bustamante, tejedora, representante del grupo de Artesanos y Emprendedores de Frías)
El análisis de la experiencia de la Feria de la Economía Social y su trayectoria organizativa muestra aspectos de organización social, de construcción de capital simbólico y de articulación entre instituciones y entidades públicas y privadas. Estos logros se dan después de un proceso de más de tres décadas de construcción y afianzamiento institucional, del INTA Agencia de Extensión Rural Frías en el territorio. Esto demuestra no solo que “otra economía” es posible, sino que otros y nuevos horizontes son posibles, cuando los esfuerzos son compartidos.
El aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado el 20 de marzo de 2020, para disminuir las consecuencias sanitarias que conlleva la pandemia de la COVID-19, generó un fuerte golpe económico en todo el país, sobre todo en el sector de los trabajadores de la Economía Social. Estas medidas de alguna manera obligaron a buscar nuestras estrategias que permitieran afrontar esta crisis.
En nuestra región podemos identificar dos sectores, el rural y urbano. En el sector rural, la zona de Guasayán ha sido fuertemente afectada por la clausura del turismo, ya que los productores abastecen principalmente a los turistas que visitan la ciudad de Termas de Rio Hondo. No obstante, la participación de los productores en las ferias, ha permitido un notable reconocimiento sobre las actividades que desarrollan, potenciando la comercialización local, ya que los propios vecinos son ahora sus principales clientes.
Diferente es la situación en la zona de Choya, ya que, al no ser una actividad constante, mayormente los feriantes solo producen para el día de la feria. Salvo casos puntuales de productores que cuentan con medios de movilidad propio y pudieron ingresar a la ciudad de Frías de forma periódica y previa visita acordada con los clientes para hacer efectiva la entrega de los productos. Es importante destacar el rol que juegan las redes de comunicación. Por ejemplo, en la zona rural el estado de WhatsApp es fundamental porque es el medio que utilizan para dar a conocer los productos en stock y de esta manera los vecinos que tienen como contacto, puede solicitar y concretar la venta.
Por otra parte, en el sector urbano las estrategias se han focalizado fuertemente a través de la venta virtual, publicando a través de las diferentes redes sociales. El grupo de emprendedores y artesanos de Frías creó una página de Facebook “Emprearte Frías” a modo de vidriera, donde pueden mostrarse todos sus productos. Utilizando este recurso, además llevaron a cabo una feria virtual, la cual tuvo mucho éxito.
Aún se encuentra en análisis una propuesta que crearon y elevaron al Municipio para poder retomar el lugar de ventas en la plaza, con un cupo mínimo de cuatro feriantes que comercialicen los productos de todo el grupo, cumpliendo con los protocolos sanitarios correspondientes.
Frente a esta situación, la palabra clave parece ser “reinvención”. Potenciar capacidades, adaptarse a los nuevos medios comunicacionales digitales, que en muchos casos era algo totalmente desconocido. Aprovechar las herramientas disponibles y conocimientos adquiridos para mantenerse y afrontar esta crisis, que puede ser también una oportunidad para pensar en nuevas soluciones innovadoras que contribuyan al desarrollo de los emprendimientos.
Inta Santiago del Estero
