sto implica que no habrá resistencias europeas a los embarques originados a partir de la siembra de esta variedad, ya que en el viejo continente no se produce el cultivo. De todos modos, para la Argentina la novedad es poco importante ya que la Xtend quedó solo en una promesa.
La Intacta 2 Xtend es la tercera generación de soja transgénicas desarrolladas por la ex Mosanto, y que pasó a manos de Bayer en 2018. El evento Intacta le permite controlar varias plagas mientras que el evento Xtend añade a la tradicional resistencia al herbicida glifosato la tolerancia al dicamba. Por eso se considera una herramienta muy útil para el control de las malezas resistentes.
“Bayer se complace en informar que el 22 de enero de 2021, la Comisión Europea otorgó un certificado de seguridad para importar semillas de soja con tecnología Intacta 2 Xtend para uso y procesamiento en alimentos y piensos. La decisión se publicó en el Diario Oficial de la Unión Europea, tras la revisión científica de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) en relación con la biotecnología, concluida el 25 de septiembre de 2019”, decía el comunicado de la empresa multinacional.
La noticia hizo ruido en Brasil, donde la variedad está aprobada desde hace varios años, al igual que en los Estados Unidos, los dos más grandes países productores mundiales de soja. La Argentina, tercera en ese podio, no tiene demasiados motivos para celebrar, a pesar de que es la mayor proveedora de harina de soja a la Unión Europea. ¿Por qué? Porque es el único de los países sojeros que no incorporó la variedad Xtend, resistente a Dicamba. Solo hizo una excepción temporal en 2018, pero para permitir las importaciones de soja estadounidense que ingresaron ese año al país debido a la sequía.
Aquí la Xtend no se terminó de desregular (no sucedió así con la primera soja Intacta, cuya siembra está bastante difundida en el norte del país), por decisión de la propia ex Monsanto, que intentó presionar al gobierno con dicha decisión para que permita el avance de una nueva regulación sobre semillas, que permita a quienes desarrollan este tipo de avances cobrar las regalías que consideren convenientes. Esa actualización de la Ley de Semillas, a pesar del paso de diferentes gobiernos, nunca pudo concretarse.
El evento Xtend fue presentado oficialmente en Argentina en el ciclo 2016/17 por Monsanto, pero nunca pasó de ser una zanahoria para los productores locales. Quedó siempre en la gatera. Incluso la ex Monsanto llegó a destruir sus ensayos locales en septiembre de 2016.
En el medio, en otros países y aquí mismo comenzaron a aparecer nuevas malezas resistentes a las aplicaciones de glifosato y también de Dicamba, que ahora ponen en duda la eficacia de esa herramienta, tan promocionada cinco años atrás para enfrentar las malezas de hoja ancha resistentes al glifosato.
De todos modos, la noticia fría de que Europa aceptó también aceptará soja importada que incluya esta tecnología es una novedad positiva en el sentido que propicia la Argentina, que siempre bregó para que no se apliquen barreras al comercio con el argumento de la presencia de ciertas modificaciones genéticas en las semillas.
Bichos de Campo