Para 1981, el matrimonio de Jorge López Candioti y Minerva Avataneo, quienes habían trabajado durante muchos años en la administración de campos y estancias, se hizo cargo de 220 hectáreas heredadas en la localidad entrerriana de Espinillo. Allí fundaron el establecimiento La Rosalía, un tambo que en 2018 generó $38 millones y que planea cerrar este año con una facturación de $70 millones.
“Mis padres decidieron darles un enfoque productivo a las hectáreas y el objetivo siempre fue producir leche. Luego, fueron comprando campos, llegando a las 611 hectáreas. La primera inversión fue vender las vacas de carne que tenían en las hectáreas heredadas para, con esa plata, comprar vacas de ordeñe; con la venta de 150 vacas de carne compraron 80 vacas lecheras”, recordó Laurentino López Candioti, director general de la compañía que produce 370.000 litros al mes y cuenta con una media de 500 vacas.
En sus inicios, la familia tenía una producción menos intensificada y la principal limitante era la alimentación del rodeo para explorar producciones altas. “Los bajos precios de la leche no permitían comprar mucha comida, limitando lo que se podía producir en el campo. Las tecnologías disponibles no nos permitían crecer en cantidad de vacas porque no podíamos garantizarles la comida suficiente”, mencionó.
Con el paso del tiempo y la incorporación de las tecnologías, como la siembra directa, la familia pudo aumentar la producción de forraje y granos.
Esto logró que, actualmente, la compañía exporte leche a la Unión Europea (UE) y otros países desde 2013. “Somos el primer tambo del país que tiene la certificación para llegar a la UE; esto quiere decir que cualquier empresa láctea que quiera exportar a esos mercados necesita de nuestra leche certificada. A través de nuestro cliente principal, que es San Ignacio, que produce dulce de leche con nuestro insumo, llegamos a 19 países en cuatro continentes, incluyendo el queso azul a Rusia”, resaltó López Candioti.
La producción de La Rosalía llega a mercados como Brasil, Chile, Paraguay, Bolivia, Perú, México, Estados Unidos, Canadá, España, Italia, Reino Unido, Alemania, Suiza, Israel, Kuwait, Bahrein, Filipinas, Japón y Nueva Zelanda. Además, adelantó que uno de los proyectos que tienen en la mira es “vender helados de Freddo con nuestra leche en Panamá, donde tienen normas estrictas”.
En lo que resta del año, la empresa busca ampliar la exportación a otros países que exigen la misma certificación con la que ya cuentan. “El objetivo es también incrementar la producción de leche para el mercado interno, donde hoy destinamos el 40% de lo que se produce. Creemos que el valor de nuestro producto, por la calidad del mismo, tiene que tener un precio diferencial y en eso estamos. Aspiramos a producir unos 15.000 litros de leche por día, aumentando las vacas pero, principalmente, la producción individual a partir de un mayor confort animal. Hoy producimos 12.000 litros diarios”, detalló, al tiempo que indicó que están a la búsqueda de otras certificaciones, como la de producción de leche orgánica.
Por otro lado, este año la firma inauguró paneles solares y, gracias a ello, se convirtió en el primer tambo de energía eléctrica autosustentable de toda la provincia. Esto demandó una inversión de más de $5 millones para la compra e instalación, dentro de un estimado de $30 millones que destinarán este año. Además, se colocaran cámaras online real time para transparentar procesos.