ediante un decreto publicado en el Boletín Oficial, el Gobierno anunció la reglamentación de la Ley 27.076 de 2015, que busca potenciar la producción bubalina nacional. En palabras de representantes del sector, que se fomenten este tipo de industrias es muy beneficioso para el campo argentino –constantemente vapuleado por las políticas públicas–, ya que permite abrir nuevos caminos que impulsen el desarrollo de las economías regionales.
Marco Zava, uno de los mayores conocedores del búfalo en el país, comentó que la noticia fue muy bien recibida por el rubro, aunque aclaró que todavía no tienen demasiado en claro cómo se implementará a futuro. En este sentido, remarcó que brindaría un marco institucional, oficial y nacional a una práctica que hasta el momento era bastante olvidada.
Hoy en día, la producción bubalina argentina cuenta con alrededor de 200.000 cabezas, de las cuales 169.000 se encuentran en el NEA. La actividad registra un crecimiento del 10% anual, con el que se prevé alcanzar las 300.000 cabezas en 2030.
Entre sus aspectos más destacados, con la normativa se estima crear en breve el Consejo Federal Bubalino (CFB), que deberá ser conformado por tres representantes del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, uno del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), otro del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), los ministerios productivos provinciales que se adhieran al programa y productores de cada una de dichas provincias.
En caso de funcionar, Zava expresó que tendrá una repercusión directa sobre pequeños productores y empresas familiares, ya que en campos de baja calidad de solo 200 hectáreas, el búfalo posee una eficiencia de conversión superior a la de los vacunos. Se trata de una especie con mejor fisiología nutricional, que incorpora todos los juncos y pastizales presentes en el suelo, accediendo a sitios donde la vaca no llega.
Zava, quien también integra el comité técnico de la Asociación Argentina de Criadores de Búfalos (AACB), consideró que la ley tendrá repercusión en medianas y grandes empresas, debido a que generará un crecimiento en la demanda por parte de los productores. Asimismo, subrayó que permitirá llevar adelante nuevas y mejores estrategias de desarrollo genético al estimular la elaboración de semen argentino.
El experto manifestó con seguridad que la producción bubalina es vital para el campo, ya que se complementa con otras industrias ganaderas a muy bajo costo. Con estas palabras, aseguró que las próximas generaciones encontrarán en el animal un excelente recurso para ganar rentabilidad y seguir impulsando su negocio.
Sin embargo, Zava planteó que es necesario que el público se adapte al sabor de la carne, que es un 40% más magra que la vacuna. En este aspecto, señaló que habría que fomentar su consumo con campañas informativas que den a conocer sus aportes nutricionales.