n el último tiempo, se ha incrementada la elaboración de productos lácteos de origen bubalino en el NEA argentino. La cría de búfalos se presenta como una gran oportunidad de aumentar la rentabilidad en la producción lechera elaborando quesos codiciados por el mercado gourmet.
La Argentina cuenta con casi 10.000 búfalos localizados en las provincias del NEA, ya que se adaptan a campos con pastizales de bajo valor nutritivo y a climas de altas temperaturas.
Si bien la crianza del búfalo en el país tiene como objetivo principal la producción de carne, la producción de lechera posee un futuro promisorio. Los productos elaborados en el NEA como quesos de pasta semidura criollo y mozzarella fresca, se comercializan en esa región. Mientras que, en la provincia de Buenos Aires, se producen quesos de pasta dura y semidura, hilados yogurt. Según representantes del sector, el objetivo inmediato es el de aumentar la demanda de los productos con leche búfala. “Los productos lácteos de origen bubalino son reconocidos como diferenciales respecto a los de origen bovino. Sin embargo, todavía no son conocidos de forma masiva por la sociedad”, expresó Angelo Citro, profesor de Tecnología Láctea de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Nápoles.
En la Argentina existen búfalas de las razas Murrah, Mediterránea, Jafrabadi y cruzas de éstas, cuyas lactancias pueden duran entre 240 y 270 días, dependiendo de la raza, la sanidad y la alimentación. En este sentido, dependiendo de la región, la dieta se elabora en base a pasturas. Las búfalas presentan baja incidencia de mastitis y mayor resistencia a enfermedades que el bovino, alcanzando a producir aproximadamente ocho litros de leche diarios.
La leche de búfala cuenta con cerca de 8,5% de materia grasa y de 4,8% a 5% de proteína, y su color es más blanco que el de la leche de vaca. La producción de este tipo de productos cuenta con otras ventajas, como bajos costos de producción, recursos humanos capacitados, asociaciones de productores bubalinos, nichos de mercado provisorios y todavía sin explorar para estos productos. “El sector cuenta con un potencial promisorio que, con la difusión adecuada, puede afianzarse y generar una cultura de consumo de este tipo de quesos”, concluyó Citro.