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La Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 10 de febrero como Día Mundial de las Legumbres, a fin de reconocer el potencial de estos cultivos en el desarrollo sostenible en sus tres dimensiones: económica, social y ambiental. Desde INTA, se suman a estos festejos recordando sus características y ventajas diferenciales.
Las legumbres son componentes esenciales y de bajo costo para una dieta saludable y cumplen un rol importante en la sustentabilidad de los sistemas productivos. Requieren menos fertilizantes ya que son capaces de aprovechar el nitrógeno atmosférico a través de la fijación biológica, aportando fertilidad al suelo para el siguiente cultivo
Por otra parte, las legumbres ayudan a mitigar los efectos del cambio climático ya que su producción genera una baja huella de carbono y agua comparada con la producción de proteína animal.
Las legumbres son una valiosa fuente de proteínas, cuyo valor biológico se incrementa cuando se consumen junto a cereales, pueden ser aplicadas en muchas preparaciones ensaladas, pasteles, tartas, guisos, estofados. Aportan hidratos de carbono complejos o de bajo índice glucémico y fibra, su consumo está indicado para las personas con problemas de glucemia elevada, en síndromes metabólicos o de insulino-resistencia.
A nivel intestinal, la fibra evita la absorción de otros nutrientes nocivos como el colesterol, el exceso de otros azúcares de la mezcla alimentaria y modulan el progreso del contenido intestinal.
Son buena fuente de minerales como hierro, cinc, calcio entre otros, se recomienda acompañar con alimentos frescos, verduras y frutas fuentes de vitamina C.
Las vitaminas del grupo B y folatos que aportan son importantes para un buen metabolismo, contractibilidad muscular y en las primeras etapas del embarazo.
Son aptas para celíacos, solo se debe cuidar que la mezcla con cereales contemple sólo los permitidos.
INTA trabaja en Mejoramiento Genético de Legumbres Secas que constituyen cultivos de gran importancia a nivel regional (poroto común y pallar, garbanzo, arveja y lenteja), con un equipo interdisciplinario a nivel nacional a través del Proyecto PE I 132 Legumbres INTA - y en colaboración con otras instituciones públicas y privadas. Participan técnicos de las EEAs Yuto, Salta, Famaillá, Manfredi, Oliveros y sus AERS; IIACS, IPAVE, IRB Castelar, como así también otras agencias del resto del país y profesionales de instituciones públicas y privadas.
Cada Programa de Mejoramiento a través de cruzamientos artificiales busca incorporar al germoplasma “elite” (líneas avanzadas y variedades inscriptas) que poseen calidad comercial y adaptación a las diferentes zonas, caracteres deseables como resistencia a enfermedades y stress abiótico (sequía y altas temperaturas) con el objetivo de mejorar la respuesta de los cultivos a las limitantes ambientales, aumentando la producción.
Las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán y Catamarca, en el noroeste argentino, constituyen el límite sur del centro andino de domesticación del poroto y albergan un gran número de poblaciones primitivas y silvestres, que representan una proporción importante de la variabilidad genética de la especie. La importancia de conservar y disponer de este germoplasma radica en la variabilidad presente en estas poblaciones, la cual puede contener genes útiles para el mejoramiento del cultivo. La EEA Salta es sede del Banco de Germoplasma del Noroeste Argentino (BANOA), que mantiene una importante colección de poblaciones silvestres y primitivas de poroto colectadas en el NOA y ha incorporado recientemente una colección de trabajo de garbanzos introducidos. También es sede de la coordinación del Proyecto Legumbres INTA y del Programa de mejoramiento de poroto y garbanzo del INTA en los que participa también y el IIACS INTA (Leales, Tucumán).
INTA
