Empecemos por lo primordial: la tierra ¿Cómo ha de ser la tierra de tu huerto urbano? Tanto si cultivas directamente en suelo como si lo haces en una mesa de cultivo, la tierra debe ser fértil y con un buen drenaje, sin olvidar sus nutrientes.
Cultivar en macetas o mesas de cultivo provoca un mayor agotamiento de la tierra, es por ello que se recomienda utilizar abono orgánico vegetal (compost, humus de gusanos) o abono de estiércol de ganado (evitar fertilizantes químicos).
Tierra arenosa: definición que reciben las tierras con un alto % de arena. Este tipo de tierras se caracterizan por una mala retención del agua pero una alta oxigenación de raíces gracias a su buen drenaje.
Tierra arcillosa: se caracterizan por una alta retención de agua pero su punto débil es el drenaje de agua, lo que trae como consecuencia una mala oxigenación de las raíces.
¿Cómo tiene que ser la tierra de cultivo perfecta? Debemos apostar por una tierra poco arcillosa pero capaz de retener el agua para aportar los nutrientes necesarios para el desarrollo de cualquier cultivo.
Es el sustrato ideal para macetas porque tienen un buen drenaje de agua. Por lo general, la tierra preparada es la utilizada para un mejor crecimiento de las plantas ornamentales que colocas en las macetas, jardineras, macizos y jardines.
La tierra preparada es la recomendada para el momento de sembrar una nueva planta en una maceta, de esta forma puedes contar con la seguridad de que su proceso de crecimiento será el óptimo desde sus inicios.
Este tipo de tierra comercial cuenta con un conjunto de componentes comunes, entre los más destacados están la arena lavada, compost, musgo y la cascarilla de arroz.
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