Buscando una alternativa a los plásticos, la bióloga argentina Ayelén Malgraf fundó Fungipor, un emprendimiento salteño que fabrica materiales biodegradables y compostables a base de hongos.
Con expertise en hongos comestibles, Ayelén Malgraf creó Fungipor, un emprendimiento dedicado a la realización de biomateriales que no dañan el medio ambiente. Se trata de una alternativa al poliestireno expandido y los plásticos de un solo uso, que se puede cultivar en cualquier tamaño y forma, y es totalmente compostable.
Para el proceso de fabricación del embalaje se utiliza el micelio (estructura reticular del hongo) combinado con rastrojos agrícolas como la paja de poroto. Cuando los descartes agroindustriales se mezclan con el micelio se consigue un material ignífugo y aislante térmico. Como resultado, se reemplazan 10.000 piezas de poliestireno expandido, reduciendo unas 8,92 toneladas de dióxido de carbono (Co2) por cada tonelada de Fungipor.
Ayelén fue condecorada con la mención “Emprendedora del Año 2019”. En el mismo año, el proyecto ganó el concurso “Emprendé Conciencia”, un programa que potencia el uso de la ciencia y la tecnología como herramienta para la transformación social.