Una buena estrategia de manejo de nutrientes es la base de cualquier cultivo. En el caso del trigo, la fertilización es clave para obtener granos de calidad.
Compartimos los elementos más importantes para lograr excelentes producciones sin dejar de lado la calidad.
En aquellos ambientes en los que se ha producido una pérdida importante de materia orgánica en suelo, las probabilidades de respuesta a este nutriente aumentan considerablemente. El azufre se debe aplicar junto con el fósforo.
- Recomendación: revisar las dosis en aportes consistentes con aplicaciones de al menos 10 kg/ha.
El fósforo es estratégico al momento de la siembra de trigo, ya que es uno de los cultivos que mejor responde a su aporte. Si los niveles de este nutriente en suelo son inferiores a 18-20 ppm, las probabilidades de respuesta a la fertilización se incrementan.
- Recomendación: ajustar las dosis frecuentes para obtener mayores rendimientos.
Un correcto ajuste de la fertilización nitrogenada permite alcanzar altos niveles de rendimiento y obtener una buena calidad, determinando también el valor comercial. La aplicación a la siembra se puede realizar al voleo sobre la superficie, o incorporar en líneas variables con máquinas específicas para esta labor. Vale destacar que con la incorporación de nitrógeno se obtiene entre un 7% y un 10% más de rinde.
- Recomendación: ajustar las dosis según la expectativa de cosecha para mejorar la eficiencia.