Esta semana, el Gobierno debería dar a conocer su definición acerca del cierre de las exportaciones de carne. En vísperas al anuncio, desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) alertaron que el sector podría volver a tomar medidas de fuerza en caso de que las autoridades decidan no levantar el cepo.
En cuanto entró en vigencia la normativa que el presidente, Alberto Fernández, fijó el 20 de mayo, se produjo un derrumbe en el precio de hacienda del 5%, que no se tradujo en los valores de venta al público: según un informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA), de ese día a la fecha, los cortes aumentaron en un 6,1%.
Por otra parte, la medida provocó la paralización de las faenas de empresas vinculadas a la exportación, sobre todo a China, que en total se lleva cerca del 75% de nuestra carne. En caso de que el Gobierno decida seguir en una línea similar, el presidente de la CRA, Jorge Chemes, afirmó que al sector no le temblará el pulso a la hora de iniciar sus protestas.
Desde la Federación Agraria Argentina (FAA), en tanto, manifestaron que esperan encontrar una solución rápida, debido a que el malestar generado a partir de la normativa “es muy grande”. Las autoridades de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (CONINAGRO), por su parte, expresaron que aún no saben que harán en caso de que persista el cepo.
Vale remarcar que en las últimas semanas, el flamante presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, mantuvo dos encuentros protocolares con los ministros de Desarrollo Productivo y Agricultura, Ganadería y Pesca, Matías Kulfas y Luis Basterra, respectivamente, donde planteó la preocupación del sector en el marco del cierre de las exportaciones.
Por otra parte, la semana pasada la Mesa de Enlace de Santa Fe desarrolló una reunión virtual con el ministro de Producción de la provincia, Daniel Costamagna, y su par de Agricultura cordobés, Sergio Busso. A lo largo del encuentro, ambas autoridades sellaron su compromiso, en miras a hallar a una solución rápida que beneficie a todos.
De acuerdo a lo trascendido, la reunión sirvió de base para que las Mesas de Enlace de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos pusieran sobre el tapete la necesidad de pautar nuevos encuentros, con la expectativa de armar un frente fuerte entre las tres provincias para detener el avance del cepo.
A su vez, desde la industria frigorífica señalaron que “están a la espera de la respuesta del Gobierno”, y se mostraron dispuestos a ampliar el volumen de carne a precios populares con el fin de liberar las exportaciones. En este marco, desde la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), comenzaron una ronda de consultas adheridas para estimar los próximos pasos a seguir.
“Vamos a comunicarnos con todas las rurales para definir qué estrategias y medidas adoptar en caso de que no se levanten las restricciones o se apliquen otras normativas que compliquen la situación de los productores”, indicó Horacio Salaverri, presidente de la entidad.
Al respecto, subrayó que hay preocupación en relación al impacto del cepo entre los productores y el empleo en la industria. “Tenemos información sobre la pérdida de puestos de trabajo en La Pampa, Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires y Córdoba”, concluyó.
En un encuentro virtual con el Colegio de Abogados de La Plata, la embajadora de Israel en la Argentina, Galit Ronen, expresó que si la Argentina no es capaz de venderle carne a su país de manera regular, tendrán que buscar otros proveedores.
En este sentido, la diplomática recordó que Israel es el segundo comprador más importante de carne de origen nacional, después de China, aunque ahora, en el marco del cepo, no se están concretando las respectivas entregas.
En base al índice “Ag Barometer Austral” del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, el cepo a las exportaciones provocó una fuerte caída en la confianza de los productores que, sin embargo, mantienen la intensión de seguir invirtiendo en nuevas tecnologías para la próxima campaña.
Desde el informe se advirtió que el cierre de ventas al exterior fue el “detonante” en el cambio de ánimo entre los productores, frenando el optimismo que generan los buenos resultados de la campaña de granos 2020/21. A esto hay que sumarle la incertidumbre política, los impuestos, las retenciones y la inestabilidad macroeconómica.