Esta semana, el Gobierno alcanzó un “acuerdo” con los frigoríficos exportadores para abrir parcialmente el cepo a la exportación de carne bovina que rige desde mayo. Fuentes del sector, aseguraron que se trató de una decisión totalmente “unilateral”, que apenas incluyó a las autoridades oficiales, al igual que las medidas restrictivas. Sin embargo, expresaron que el escenario es “mucho mejor” al anterior.
Por el avance, se levantarían cerca del 65% de las restricciones a las exportaciones. Cabe remarcar, que el cierre actual es del 92%. De todas formas, los productores advirtieron que los nuevos cupos también podrían ser perjudiciales, de modo que no descartan volver a tomar medidas de fuerza en caso de no encontrar una solución superadora.
No obstante, todavía no se confirmó oficialmente el levantamiento del cepo que vence el domingo y la colocación de un cupo del 50% que aplicaría para junio y julio. En este marco, sería posible exportar cerca del 65% de la producción, ya que quedarían abiertas las cuotas con la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos, más la exportación de carne kosher a Israel. Así, el cierre a las ventas al exterior sería del 35%.
Según se sabe, la medida sería anunciada durante la presentación del nuevo “Plan Ganadero”, que busca beneficiar a pequeños productores con beneficios impositivos y crediticios.
David Miazzo, economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA), sostiene que “toda situación que permita exportar algo más de lo que se podía con el cierre actual, va a ser menos perjudicial”. No obstante, subraya que esta clase de cepos reducen las exportaciones y la demanda de carne y hacienda, provocando efectos negativos en los precios de venta al público.
“Cualquier tipo de Plan Ganadero que eventualmente se termine presentando tiene poco sentido. Si no están abiertos los mercados internacionales, no sirve”, agregó.
A poco menos de un mes del cierre de exportaciones, el impacto en los valores en góndola fue del 6,1%, de acuerdo a las cifras que maneja el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA). La misma entidad, también esbozó que se produjo una baja en el precio de las vacas que se exportan a China y no se consumen en el país del 20%.
En función de las estimaciones de FADA, si se toman las cuatro semanas de cierre que hubo y las seis que vendrán con exportaciones al 50%, el país perdería US$350 millones (110.000 toneladas menos). Por otra parte, el presidente de la Cámara de Industria y Comercio de la Carne (CICCRA), Miguel Schiariti, afirmó que a causa de este contexto, naufragarían cientos de puestos de trabajo.
“Seguramente muchos tengan que suspender contratos. Además, fábricas como Black Bamboo, de capitales chinos, que exporta el 70-80% de su producción, seguramente no vuelvan a abrir”, lamentó.
Ayer por la noche, la Mesa de Enlace mantuvo un encuentro con representantes del sector frigorífico exportador, para definir las acciones a tomar luego de conocer la decisión del Gobierno. El encuentro se desarrolló en la sede central de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (CONINAGRO) y contó con el presidente de dicha entidad, Carlos Iannizzotto, como moderador.
Si bien los dirigentes sostienen que todavía es necesario esperar a que se oficialicen las medidas, todos están en desacuerdo con que se defina un cupo a las exportaciones que perjudique a los productores.
“Fue un encuentro para escucharnos. Si el Gobierno no anuncia una solución lógica, los productores van a pedir medidas de fuerza”, señaló Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentina (CRA). En una misma línea, el productor autoconvocado Ariel Bianchi, confirmó que de oficializarse los cupos, se tomarán acciones que no solo afectarán al sector cárnico. “Podríamos convertir el cese de comercialización de carne en un cese de comercialización de granos”, sugirió.