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La compañía, que es la mayor empresa de Nueva Zelanda y responsable del 30% de las exportaciones de lácteos en el mundo y que es propiedad de más de 10.500 agricultores, es el mayor emisor de gases de efecto invernadero de Nueva Zelanda, donde el 90% de sus emisiones provienen de la actividad tranqueras adentro. En los últimos 40 años, el plantel de vacas en el país se ha más que duplicado y la actividad pecuaria ha sido señalada por contaminar suelos, acuíferos y vías fluviales.
Bajo la gestión Miles Hurrell, que asumió funciones como director ejecutivo en 2018, la sostenibilidad se ha convertido en un enfoque clave para Fonterra, modificando en 180° el rumbo de la estrategia de la compañía, basada en la expansión global para concentrarse en la producción en Nueva Zelanda. Se desprendió de la mitad de su participación en la empresa europea DFE Pharma, cerró su fábrica de Dennington en Australia, se desprendió de sus granjas en China, de su participación con el fabricante chino de leche de fórmulas infantiles Beingmate y su joint-venture en Brasil con Nestlé, además de la icónica compañía de helados local Tip Top, que prácticamente no demandaba leche.
Hurell puso a Mark Piper como director de investigación y desarrollo para que se concentre en temas ambientales. “La producción láctea depende de la tierra, así que si no nos ocupamos de eso, no tenemos futuro”, dijo el ejecutivo. «Nueva Zelanda lleva produciendo leche desde hace 150 años y queremos continuar con la actividad por 150 años más. Solo podemos hacerlo si cuidamos la tierra, los animales y las personas”, destacó.
«No vemos ninguna solución ‘mágica’ para esto», dijo Piper. “Estamos analizando prácticamente todo lo que está surgiendo en el mundo en este momento. Es un problema global a resolver”.
El ejecutivo dijo que Fonterra está en la búsqueda de nuevas soluciones a nivel mundial y local y tiene un conjunto de criterios que deben respetarse:
Los proyectos más avanzados incluyen una colaboración con la empresa holandesa Royal DSM en torno al aditivo alimentario Bovaer, que reduce las emisiones de metano de las vacas. La evaluación se ha trasladado del laboratorio a ensayos con vacas a pequeña escala y, si tiene éxito, avanzará a ensayos con vacas a mayor escala.
También existe una colaboración con la empresa australiana Sea Forest en un alimento suplementario de extracto de algas rojas para vacas que podría ayudar a reducir las emisiones de metano. Se está llevando a cabo un ensayo en Tasmania.
La cooperativa se asoció con AgResearch y el Consorcio de Investigación Pastoral de Gases de Efecto Invernadero para crear nuevos procesos de fermentaciones, a las que llama Kowbucha, que podrían inhibir los metanógenos que crean metano en las vacas. Las primeras pruebas de laboratorio son bastante prometedoras, pero aún no se han trasladado a las pruebas con vacas.
También se ha asociado con su cliente Nestlé y la organización industrial DairyNZ en el uso de plátano en la dieta de las vacas para reducir la concentración de nitrógeno en la orina, que puede filtrarse al agua subterránea y ayudar a mitigar las emisiones de óxido nitroso. Cincuenta granjas en Tararua han estado cultivando hierbas de hojas como parte del ensayo.
Fonterra tiene su oído en el suelo a nivel local a través de su apoyo a la incubadora de empresas emergentes Sprout agtech y foodtech , donde unas 200 personas cada año presentan ideas innovadoras para el desarrollo. Además de eso, Fonterra está trabajando con las compañías de genética ganadera LIC y CRV para desarrollar animales que conviertan el alimento en leche de # una manera más efectiva, reduciendo los gases de efecto invernadero y con una menor producción de nitrógeno.
La compañía neozelandesa también está implementando herramientas de evaluación para sus 10.000 proveedores agrícolas. Al final de este año financiero, la mitad de sus agricultores tendrán su propio plan de gestión ambiental, intensificando las mediciones y calificaciones de las fincas en relación con las buenas prácticas agrícolas: cómo vienen con la implementación, dónde podrían mejorar y dónde están sus fuertes.
El plan es parte de un paquete de informes de la granja que se entrega a los agricultores en noviembre, evaluando el contenido de nitrógeno en la orina, sus emisiones y clasificándolos frente a sus pares. Armados con conocimientos, los agricultores pueden actuar.
«Saber cuál es tu número es el gran primer paso para poder administrarlo», dijo el director de Farm Source de Fonterra, Richard Allen, en una entrevista para Stuff. «A continuación, puedes tomar medidas para implementar algunas de las diferentes herramientas y tecnologías de mitigación».
«No veo una ‘fórmula milagrosa’ que sirva para resolver todos los problemas», destacó Allen. “Será una combinación de buenas prácticas agrícolas, la ciencia correcta, la genética correcta y cómo se pueden combinar de la mejor manera será una receta bastante individualizada para cada granja”, agregó.
Para el ejecutivo todos los problemas son importantes. “No se pueden separar las emisiones sin hablar de los nitratos y sin hablar de las prácticas agrícolas generales porque la granja es un sistema biológico interconectado y es necesario tener la misma ponderación y comprensión de todos ellos”.
Desde el inicio de la nueva temporada lechera, comenzada en junio, Fonterra recompensará a sus proveedores agrícolas que cumplan con las medidas de sostenibilidad y calidad de la leche, con 10 centavos de dólar adicionales en el pago por leche.
“La forma en que cultivamos seguirá evolucionando”, reflexionó Allen. “En realidad, no veo un destino. Seguiremos necesitando adaptarnos y cambiar». Los agricultores han recorrido un largo camino, pero todavía hay «muchísimo más por hacer», destacó. «Hay un camino a seguir para reconstruir el orgullo por la agricultura».
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