Desde que hace unos años se decidió establecer al 3 de julio como el “Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico”, la meta fue clara: reducir el uso de estos contenedores para fomentar un consumo más responsable.
En la actualidad, las bolsas de plástico representan un objeto de uso cotidiano altamente perjudicial para el medioambiente. Por este motivo, en algunos países como Francia e Italia se prohibió su producción. En otros lugares, como Reino Unido, Portugal y Suecia, se optó por aplicar impuestos en su consumo, mientras que en Finlandia y Alemania algunos establecimientos los retiraron por completo de sus propuestas de packaging.
Según expertos, las bolsas de plástico son altamente dañinas para el entorno, ya que tardan más de 500 años en descomponerse. En este sentido, se estima que cada persona consume en promedio unas 230 al año. La cifra mundial asciende a 500 billones.
También se calcula que anualmente llegan al océano casi 12 millones de toneladas de plásticos, que suponen una gran amenaza para las especies marinas que habitan en él. Además, uno de cada seis peces que se venden en las pescaderías hoy en día, contiene microplásticos en sus estómagos, de modo que el consumo de bolsas no reciclables implica un riesgo -incluso- para la salud humana.
De acuerdo a datos de Greenpeace, la producción mundial de plásticos en 2020 fue de 500 millones de toneladas. No obstante, en los últimos años se avanzó mucho en estrategias vinculadas a la reducción del uso de bolsas.
A lo largo de todo el mundo, varios supermercados las suprimieron de su catálogo, sustituyéndolas por envoltorios de cartón o bolsas de tela que pueden volver a utilizarse. En la Argentina, particularmente, hace rato que se empezó a cobrar por ellas para disminuir su consumo. Hasta hace unos pocos años, se ofrecían gratis en las tiendas. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer.
Liberar al planeta de las bolsas de plástico requiere de la acción de todos. El esfuerzo vale la pena porque implica beneficios para cada uno de nosotros, evitando la contaminación de mares y océanos, la pérdida de recursos naturales y la desaparición de valiosos ecosistemas.
Para empezar a reducir el consumo de bolsas de plástico desde casa, te recomendamos:
- Salir con una bolsa de tela plegable: no ocupa nada de lugar y se puede comprimir dentro de la cartera. Nunca se sabe cuándo la necesitaremos para cargar las compras de una visita imprevista por el super.
- Si te ofrecen una en una tienda, pensá si realmente la necesitás. Quizás eso que compraste te entre en el bolso y no requiera de una bolsa de plástico extra.
- Reutilizá las bolsas que tengas en casa. Podés usarlas como saco de residuos o para guardar determinados artículos.
- En caso de tener que tirarlas, arrojalas a un cesto especialmente destinado a plásticos.