El Instituto Brasileño de Estadística informó que el Producto Bruto Interno (PBI) del gigante sudamericano registró una retracción del 0,1% entre abril y junio. Según el informe, las mayores caídas se observaron en el sector agrícola (-2,8%) y en la industria (-0,2%).
La escasez de precipitaciones en el país vecino, que atraviesa la peor sequía en lo que va del siglo, afectó los cultivos de maíz, caña de azúcar, café y naranja. Dicha sequía generó un incremento en el costo de la energía durante el segundo trimestre. Por este motivo, el gobierno brasileño introdujo una barrera tarifaria por la falta de lluvias que subirá el costo en un 6,8% hasta abril del año que viene.
En este contexto, el ministro de Minas y Energía de Brasil, Bento Albuquerque, advirtió que la crisis se agravó, aunque no dijo nada respecto a un racionamiento en el consumo, algo que no suena descabellado dada las bajas reservas en las usinas hidroeléctricas.
El peor escenario se espera para el mes de noviembre, el último de la estación seca. Actualmente, los reservorios del sudeste y centro-oeste del gigante sudamericano, donde se halla la mayor concentración responsable de la generación de energía, poseen una capacidad de agua del 21,3% en promedio.