Gustavo Idígoras: “El maíz duplicó su producción luego de la eliminación de los derechos de exportación”

Por Agroempresario.com 

En una entrevista exclusiva para Agroempresario.com, el presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera y Centro de Exportadores de Cereales, Gustavo Idígoras se refirió a la profunda crisis económica y social que estamos atravesando, la cual cree que puede tener consecuencias estructurales tanto para la economía como para la sociedad argentina. 

Considera que las expresiones electorales en las PASO indicaron el malestar social por esta enorme crisis y, en ese sentido, cree que la única salida es  promover políticas a favor del empleo en el sector privado y que se den las garantías y condiciones mínimas e indispensables para la inversión. “Es una condición sine qua non que venimos propiciando desde el Consejo Agroindustrial con un proyecto de ley dedicado a crear nuevas inversiones en el agro y agroindustria, con visión exportadora, sustentable y federal ya que se encuentran todas las economías regionales del país”, indicó y remarcó que “en conjunto, significamos el 17% del PBI y se  podría generar hasta 700.000 puestos de empleo con esta propuesta”.

Con respecto a las retenciones, considera que es un impuesto distorsivo que debería eliminarse ya que penaliza las exportaciones; sin embargo, comprende la necesidad imperiosa por parte del Estado que el agro sea el gran aportante para mantener la política social y sanitaria del país.  

Desde el Consejo, buscan un programa que se base en tres pilares: a)  eliminar los derechos de exportación de las economías regionales que, si bien son bajos, impactan bastante; b) acordar un cronograma de reducción progresiva tendiente a su eliminación; y c) privilegiar a los productos que tengan alto valor agregado en cuanto a su procesamiento, para que los productos terminados tampoco estén castigados de manera impositiva. 

Idígoras está convencido que eliminando las retenciones se generaría un círculo virtuoso en la economía productiva, ya que está demostrado en estudios empíricos a nivel mundial el fuerte crecimiento que se logra. “En Argentina, en el caso del maíz se duplicó su producción en dos campañas luego de la eliminación de los derechos de exportación, generando mayor  producción de carne aviar, de lácteos, de carne vacuna y de carne de cerdo”. Argentina es el segundo exportador mundial de maíz y, a su vez, está en crecimiento el consumo y exportación de proteínas animales que trae aparejado beneficios para la economía y para el fisco. “Este ejemplo demuestra que se puede modificar la estructura distorsiva por una más sana logrando mayores ingresos fiscales por pago de impuestos a las ganancias e ingresos brutos, entre otros”.

Al referirse al impacto de la Pandemia, el presidente de CIARA-CEC contó que afectó al sector aceitero de manera similar que al resto de la economía argentina generando enormes restricciones y reducción de personal en las plantas, pero que por suerte se pudo maniobrar. El tema logístico fue complejo por las dificultades marítimas en los ingresos y egresos de barcos a terceros mercados por temas sanitarios.

La industria aceitera tiene un posicionamiento internacional muy fuerte. Argentina es el primer exportador de aceite de soja, ocupando más del 55% del mercado de soja mundial; en segundlo lugar están Estados Unidos y Brasil.  El mercado interno se mantiene bastante estable, sin ninguna caída a pesar de esta crisis económica. “Creamos un fideicomiso aceitero que cuesta 190 millones de dólares por año  para que el consumidor tenga un aceite subsidiado. Por otro lado, tenemos una capacidad ociosa para procesar casi 70 millones de toneladas por año de soja y hoy estamos procesando menos de 50. Es evidente que hace falta un plan de trabajo para hacer crecer la producción de manera sustentable”, sostuvo Idígoras.

Con respecto a la hidrovía o la red troncal fluvial, explicó que es el único canal de comunicación que tiene la Argentina con  el mundo exterior ya que se encuentra lejos de los mercados compradores. “La mejor forma es a través de una hidrovía que sea competitiva, tenga una buen calado, esté mantenida, con balizado diario, donde se pague un peaje llamado tarifa por cada barco que ingresa y egresa”, afirmó.  Explicó, a su vez, que “las empresas privadas especializadas en el tema vienen trabajando desde hace 25 años y Argentina pasó de exportar 20 millones de toneladas a 100”. 

En su opinión, la estatización de la Hidrovía presenta más desventajas que ventajas. “Sólo pedimos que el Estado tenga un mecanismo de control sobre el dragador. Hasta ahora, ha sido bueno pero nadie lo controló; es muy importante que cumpla su rol de control y supervisión”.  

“El Estado presenta muchas limitaciones burocráticas, legales, de recursos humanos, con  bajo presupuesto, pero esperemos que lo pueda manejar bien ya que, si comete un error, Argentina se queda desconectada del mundo, no solo en materia de exportación sino en todos los productos que importamos que llegan por vía marítima”, agregó. 

Otro de los factores adversos que encuentra Idígoras es el crédito que el Estado debería pedir para comprar la maquinaria correspondiente: “Se tendría que tener 20 dragas importadas; para ello se debe pedir un crédito millonario, teniendo en cuenta  que nadie nos prestaría por ser defaulteadores crónicos donde nos cobrarían carísimo, debiéndolo pagar todos los contribuyentes que nada tienen que ver con la hidrovía”, cerró.