El pecán se suma al abanico de posibilidades de la agroindustria argentina

El pecan, Carya illinoinensis, es una especie de la familia Juglandaceae, al igual que la nuez europea. Se origina en el sur de los EE. UU. y norte de México, siendo el árbol emblema de Texas. Se la encuentra silvestre en los deltas del Mississippi, cursos de ríos, La Florida, siempre en ambientes templados con alta disponibilidad de agua. Forma parte de la dieta histórica de los pueblos originarios de esas zonas. En EE. UU. hace 120 años hay cultivos activos, un American Pecan Council y universidades que trabajan en la mejora de este, con una destacada actuación de la de Georgia.

Su calidad nutricional, en algunos aspectos superior a la nuez europea, la posiciona muy bien en los nuevos hábitos alimentarios globales donde los frutos secos juegan un rol relevante. Las nueces de pescado son ricas en ácidos grasos saludables y ácidos grasos monoinsaturados, pudiendo bajar el colesterol alto (en especial el colesterol LDL). Aportan vitamina E y B1, son ricas en magnesio, cobre, fósforo, zinc y selenio y debido a su delicado sabor, son utilizadas tanto en platos dulces como salados. Una anécdota interesante es que los astronautas de las misiones Apolo consumían estas nueces como uno de los pocos alimentos no elaborados.

La producción y exportación mundial es en más del 70 % proveniente de EE. UU. y México, en el hemisferio sur Argentina tiene agroecológicamente el mayor territorio potencial, aunque Brasil hoy tiene una superficie semejante y Sudáfrica es un competidor importante.

Sarmiento en el siglo XIX con su vocación de introducir nuevos cultivos en el Delta del Paraná, introduce al pecán junto al mimbre. Pero debieron pasar muchos años para llegar a su cultivo en escala comercial. Hoy según Pablo Barone (presidente de la Cámara Argentina de Productores de Pecan, CAPPECAN) hay 500 productores que este año cosecharon 2000 tn y que con un crecimiento del 30 al 50% anual llegarán a 10.000 tn en 5 años, con un consumo nacional de unas 1 a 2000 toneladas se plantea la necesidad de organizar muy bien la exportación.

Gustavo Simonutti, vicepresidente de CAPPECAN, precisa una senda actual y futura de las exportaciones, siendo relevante la presentación de estas ya que los mercados quieren la nuez pelada en mariposa, salvo el gigante chino aún no habilitado para Argentina que compra entera. En 2015 se exportó un solo contenedor con fruto entero, en 2018 ya fueron 8 contenedores y este año fueron 15 con nuez entera en envases de 20 kilos y 13 con peladas en mariposa en cajas refrigeradas de 10 kilos cada una, no ha quedado stock sin vender. Es importante destacar cómo esta Cámara organiza exportaciones grupales que permiten acceder a los mercados internacionales a los productores más pequeños, con una calidad uniforme a la altura de los consumidores más exigentes.

Según el ex Vicepresidente de la Cámara Pablo Nardone, productor de Punta Indio en Pcia. de Buenos Aires, es una actividad que atrajo, como él, a profesionales que no siendo del sector agropecuario encontraban una actividad atractiva a largo plazo que funcionan como un fondo de retiro, ese esquema se ha enriquecido en los últimos años con empresarios que viene del mundo agro. Estos tiempos han ayudado a ajustar escalas, variedades, densidades, estrategias comerciales y asociaciones de diversa naturaleza.

Frente a los desafíos mencionados se ha generado una estrategia que unió a las dos asociaciones nacionales la mencionada CAPPECAN y la otra CLUSTER de la Nuez Pecán presidida por Joaquín Torassa de Faro Capital. Ambas asociaciones generaron con el apoyo institucional nacional y el BID el Fondo de Promoción del Pecan Argentino, inspirado en otros fondos similares en EEUU y México. Este se constituye con el aporte de los productores y los exportadores con el fin de promover el consumo local y las exportaciones con diversas estrategias que van desde la generación de marca, marketing, logos, página web, folletería y capacitación. El pecan es un cultivo interesante que se suma a las posibilidades bio económicas nacionales asociadas a los cambios y tendencias alimenticias globales cuyos productores están generando una estrategia inteligente de inserción en mercados, que quizás otras cadenas deberían mirar e imitar.