Alfredo Baroni: “Hay varias herramientas que tratan de sostener y apalancar la cartera de desarrollo agrícola de Mendoza”

Por Agroempresario.com 

En una entrevista exclusiva, Agroempresario.com conversó con el Coordinador Técnico del Instituto de Desarrollo Rural de Mendoza sobre los principales desafíos y las metas del IDR para este año.

¿Cuáles son los ejes principales del Instituto de Desarrollo Rural de la provincia?

El Instituto de Desarrollo Rural es una fundación donde el Estado -a través del Ministerio de Economía de la provincia- tiene una participación muy importante porque financia el ingreso del presupuesto. 

Se trata de una institución pequeña de 40 personas que trabajan en una sede central. Contamos con tres delegaciones territoriales en el este, sur y otra en el Valle de Uco; dentro de esa estructura, el IDR tiene dos grandes áreas: toda la gestión y generación de información (estadísticas de producción, censos, relevamientos), y otra abocada a la gestión de los proyectos en concreto. 

Mendoza cuenta con un sistema de estimaciones de cosecha muy bueno para producciones frutales y hortícolas. Todo esto, más información económica que tiene que ver con sistema de seguimiento de precio del mercado, análisis de costo e infraestructura de rentabilidad se trabaja del lado del sector de información.

Por otro lado, desde el área de gestión de proyectos se trabaja con la implementación de programas específicos de desarrollo como el Programa Mendoza Activa, un programa de apoyo del Gobierno provincial destinado a la inversión. Para la parte agrícola también se manejan algunos fondos de créditos específicos o microcréditos. Hay varias herramientas que tratan de sostener y apalancar la cartera de desarrollo agrícola. 

¿Qué otros ejes trabajan? 

Tenemos un tercer componente más transversal que tiene que ver con el trabajo a nivel sectorial. En esta línea, articulamos muy bien con todos los sectores de producción para todo lo que tiene que ver con la ejecución de programas, como el programa de fruticultura de precisión. Para la industria del durazno estamos trabajando con la  FEPEDI (Federación de Plan Estratégico de Durazno Industria) constituyendo una red muy amplia de empresas que están instalando estaciones meteorológicas, sensores de medición e infraestructura muy importante.

Junto a la cadena del del ajo trabajamos en una iniciativa parecida, y con la cereza y el olivo estamos diseñando proyectos de inversión. Mendoza es una provincia diversa en producciones intensivas, con abanico muy grande. No es fácil hacer foco en una sola herramienta sino que uno tiene que tratar de trabajar con la realidad de los productores. Hay que hacer acciones para poder llegar y atender todos los frentes. 

¿Cuál es la situación actual de la ruralidad en la provincia?

En Mendoza, lo que limita no es la tierra sino el agua y aumentar la superficie es casi imposible. Estamos muy contentos de mantenernos y poder aumentar la producción dentro de esa superficie. Por otro lado, Mendoza no escapa a la realidad de cualquier producción y provincia del país donde lo que condiciona son las condiciones macroeconómicas que escapan a la realidad local: tipo de cambio, si hay o no políticas que promuevan las exportación o las restringen, tarifas energéticas, son todas variables macro que impactan negativamente. 

La producción agrícola en Mendoza no se vio tan alterada como otros sectores con la pandemia, lo que permitió un crecimiento. Hoy hay un clima interesante dentro del sector donde actividades como el ajo, aceite de oliva, frutos secos están empezando a tener posibilidades de inversión, desarrollo e incorporación de tecnología.

¿Qué herramientas brindan para ayudar a las familias rurales?

Nosotros trabajamos en el ámbito rural. Lo agrícola es el principal componente de lo rural pero no se queda ahí sino que es más abarcativo. 

Mendoza posee muchos minifundios con historia familiar que fueron haciendo crecer al entramado productivo de la provincia y en ese sentido se trata de apoyar con diversas herramientas para tecnificar el agro con agricultura de precisión y esperamos que se extienda a otros sectores también.

Por otra parte, tratar de agregar valor es un factor fundamental. En esta línea, articulamos con instituciones como la Facultad de Ciencias Agrarias, la Universidad de Cuyo, INTA, INTI, entre otras. Trabajamos para lograr la Indicación Geográfica para el aceite de oliva en Mendoza, esto va a permitir al sector tener otra mirada y oportunidades en el comercio exterior. Esto implica agregado de valor, imagen y generación de oportunidades sin la necesidad de tener mayores plantaciones.

También se trata de apoyar a todo lo que tiene que ver con innovación y emprendedurismo, donde funciona una incubadora dentro del IDR y se dictan capacitaciones. Por ejemplo, se trabaja en el programa Escuela de Negocios, con una serie de herramientas al servicio de las familias rurales para mejorar su producción, situación económica y al mismo tiempo estándar de vida con caminos e infraestructura. 

¿Qué planes y proyecciones tiene el Instituto a corto y mediano plazo?

En el corto plazo, hay dos proyectos muy importante que estamos a la espera que salgan; uno es vinculado al origen del aceite de oliva con un programa de promoción comercial para insertarlo comercialmente, tema concurso, publicidad, desarrollo de marca y demás. Esta acción llevó a que otros productos que vieron esta estrategia quieran sumarse y diferenciarse como en el caso del ajo y el orégano. 

Por otro lado, la incorporación de tecnología. Hoy  tenemos 12 estaciones meteorológicas instaladas y transmitiendo y queremos llegar a 27 antes de fin de año. En el 2023 esperamos incorporar a otros sectores de la producción, puntualmente a los frutos secos y cerezas. 

A largo plazo queremos incursionar con otras herramientas que no son de mayor impacto pero que creemos que en el futuro sí son estratégicas como la  huella de carbono, huella hídrica y ciclo del producto. También empezamos a trabajar con el blockchain y otras certificaciones de agregado de valor que en Mendoza no están tan distinguidas. Por último, evaluamos para el largo plazo un par de proyectos que tienen que ver con nuevas estrategias productivas.