El kiwi es una planta trepadora que tiene una fruta del tipo baya. En el país, alrededor del 50 % de la producción proviene del sudeste de la provincia de Buenos Aires, que es la principal área de cultivo. Sin embargo, en los últimos años, en la región del Río Uruguay comenzaron algunos emprendimientos comerciales de frutales no tradicionales, entre ellos el kiwi. Por esto, desde el INTA Concordia –Entre Ríos– impulsan el cultivo del kiwi como fruta primicia.
“La región posee la ventaja de tener experiencia en la producción de frutales, con una fuerte tradición en cítricos, y más recientemente de arándanos y kiwis”, detalló María Fernanda Rivadeneira, investigadora en ecofisiología de frutales del INTA Concordia –Entre Ríos–.
La cosecha del kiwi se realiza cuando la baya está firme y se puede conservar por un tiempo prolongado, es una fruta ampliamente conocida y valorada por el consumidor debido a su alto valor nutritivo y su sabor agradable.
La región puede aportar a la producción nacional con fruta primicia y obtener mejores precios ya que coincide con momentos del año en los cuales no hay disponibilidad. “En general, la fruta primicia tiene un tiempo corto entre floración y cosecha”, explicó Rivadeneira quien señaló que el cultivo no presenta problemas con hongos y plagas, por lo que no se realizan aplicaciones de fungicidas ni de insecticidas.
En Entre Ríos hay interés creciente en la producción comercial de kiwi, si bien la superficie es aún incipiente. Por esto, el INTA Concordia acompaña y asesora a los primeros productores de la zona sobre prácticas de manejo para una correcta polinización, momento óptimo de cosecha y adaptación de las plantas en quintas comerciales.
Desde 2010, el INTA cuenta con un lote demostrativo con protección de malla antigranizo y un sistema de fertirriego por el cual se administran todos los fertilizantes. Las tareas del lote son comunes a las realizadas en otros frutales, como ejemplo desmalezado, poda invernal para formación de cargadores y eliminación de material, riego y fertirriego.
Las actividades están enmarcadas en el proyecto de Diversificación productiva y agregado de valor en el noreste de Entre Ríos. “Se realiza el seguimiento de los estadios fenológicos y se han realizado experiencias relacionadas al uso de reguladores de crecimiento para mejorar floración y brotación, para evaluar el efecto en el crecimiento del fruto”, agregó la investigadora.
Para su crecimiento y producción, el kiwi necesita acumular 700 horas de frío durante el invierno. En el noreste entrerriano la floración se observa en el mes de octubre y, en años con baja acumulación de horas de frío, estas etapas pueden verse retrasadas. El fruto, una vez formado, crece y alcanza su madurez a finales de marzo.
INTA