Dando un contexto de lo que sucede en la agricultura actual, Martín Zamora (INTA) dijo que tendemos a simplificar los sistemas productivos, cuando en realidad son esquemas complejos, con interrelaciones y externalidades que no estamos teniendo en cuenta.
“Cada vez usamos más insumos, que se traducen en mayores costos e impactos negativos en el ambiente. Para pasar de sistemas simples a más complejos, y manejarlos, se requiere conocimiento”. Luego agregó, “Pensando en resolver los problemas, en la Chacra Experimental Barrow de INTA, comenzamos a trabajar desarrollando sistemas con una mirada agroecológica”.
Cambiando de paradigmas, Zamora explicó que el Módulo agroecológico demostrativo Barrow contempla principios básicos de cooperación, reciclaje y regeneración. Con una mirada sistémica, aumentaron la biodiversidad genética y funcional vía rotación de cultivos, incorporando policultivos, consociando trigo con tréboles, avena con vicia, sorgo con vicia, etc. También integraron la agricultura con la ganadería y determinaron corredores biológicos.
Un aspecto importante en esta concepción, es la protección del suelo mediante los rastrojos por implementación de siembra directa, ello mejora los niveles de materia orgánica, la actividad biológica, entre otros beneficios. Con el manejo, se busca un equilibrio de la población de artrópodos y una eliminación progresiva de agroquímicos.
Compartiendo algunos resultados, el Ingeniero del INTA subrayó “Llevamos 10 años sin utilizar productos químicos. Potenciamos la fijación biológica de nitrógeno y la menor fertilización incrementó el nivel de enzimas que solubilizan el fósforo. Los cultivos de servicio redujeron a cero el uso de herbicidas. Incrementamos los niveles de Nan de 36 a78 y la biomasa total supera el 28 %”. Para cerrar disparó “Sin reducir rendimiento, y mejorando los indicadores físicos, químicos y biológicos, la rentabilidad que percibe el productor aumenta en un 50% por menores costos de insumos”.
Pasando a otro caso concreto de producción agroecológica Margarita Lais Tourn (Argelanda) comentó su experiencia en 300 has en la zona de Claromecó (Pcia de Bs As). “Hace tiempo que venimos implementando un sistema distinto de producción, y ahora sabemos que se llama agroecología. Comenzamos en el año 93 con siembra directa para reducir los problemas de erosión eólica del suelo. Luego buscamos encarar el problema de malezas resistentes”, indicó.
Arraigados a su tierra y con una fuerte convicción familiar, Lais Tourn explicó que cambiaron el manejo apuntando a las rotaciones, eligiendo las especies de manera anticipada y, como un Sudoku, determinan la mejor combinación de cultivos que potencie los resultados. Sumamos pasturas perennes en todo el establecimiento, incorporamos cultivos de cosecha asociados con leguminosas (vicia), sustituimos cultivos de cosecha de verano por verdeos estivales y diferidos, y dejamos corredores biológicos. “Según la evaluación de FAO para el desempeño agroecológico, calificó a Argelanda en un 82%. Actualmente el desafío es reducir el laboreo para bajar el uso de combustibles y comprar menos insumos”, reforzó.
Con el objetivo de agregar valor y diversificarse, la productora agropecuaria comentó que comenzaron a moler harina, obteniendo un producto agroecológico para un nicho de mercado.
Derribando el mito que los sistemas agroecológicos son posibles en menores superficies, César Belloso (Aapresid) planteó lo que vienen haciendo en 1000 has en la zona de Salto (Prov. Bs As) “Me siento un productor agroecológico, incluso utilizando transgénicos. El desafío es innovar”, dijo Belloso.
Explicó que debemos pensar en una agricultura sin labranzas, con alta diversidad e intensidad en las rotaciones. Este manejo que posibilita regenerar el suelo, sus propiedades físicas, químicas y biológicas. “Actualmente, los indicadores biológicos nos permiten, no solo decir que hacemos las cosas bien, sino que lo podemos demostrar”, argumentó. Con esa misma lógica, comentó que su establecimiento está certificado bajo el estándar de Aapresid Certificaciones.
Sumando diversificación a su empresa, el Ex Presidente de Aapresid comentó “Comenzamos a producir Pecan para incrementar las actividades en los propios campos, para retener gente y que vivan en el campo”. Para cerrar disparó “Todo los que estamos haciendo tiene un mismo sentido, imitar a la naturaleza que es el mejor sistema”.
Del lado de la academia y la ecología, Diego Ferraro (FAUBA) compartió lo planteado por Zamora al inicio y expresó “Los sistemas agrícolas se simplifican porque tiene una ventaja, son más fáciles de manejar. No estamos contemplando que manejamos sistemas biológicos complejos que cambian constantemente, con plantas, animales y personas que viven en él. La sustentabilidad no es inmutable, es dinámica”. En ese sentido, manifestó que no se puede replicar un modelo productivo de un sitio a otro, dado que las características y dinámicas de cada lote o región agroecológica son particulares.
Ferraro advirtió que el cambio de paradigma a sistemas agrícolas más complejos presenta desafíos o limitantes en la adopción, y el primero es el conocimiento. “La agronomía va a tener que recuperar lo que conocemos en cuanto al ciclo de las malezas, insectos, etc. para manejarlos de manera más eficiente”.
Aapresid