La actividad productiva en el valle bonaerense del río Colorado depende del agua disponible cada campaña riego y ésta, a su vez, de la cantidad de nieve que se acumule en la cordillera argentina. Lo que, en los últimos años, representó un gran problema, debido a que –producto del impacto del cambio climático y la variabilidad climática– la precipitación nívea se redujo y el escurrimiento medio del río fue un 40 % menos, en comparación con un año normal. Esta situación afectó la disponibilidad y la calidad del agua de riego que se utiliza para el desarrollo de los sistemas productivos. En el marco del Día Mundial del Agua, que se celebra el 22 de marzo con el objetivo de poner el foco en la importancia de la gestión sostenible del agua dulce, te contamos la experiencia de este grupo de productores que, gracias a la transformación tecnológica, pudo ampliar las actividades productivas.
Así, con apoyo de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, un equipo de especialistas del INTA Hilario Ascasubi –Buenos Aires–, de la Corporación de Fomento (CORFO) Río Colorado, de asociaciones del sudoeste bonaerense junto con nueve productores hortícolas se reunieron para resolver el problema –creciente– de la disponibilidad del agua para el riego de los cultivos. La solución: construir reservorios para almacenar el agua que reciben dentro de su turno de riego y tenerla disponible para el riego presurizado, durante todo el año, en los partidos de Villarino y Patagones.
Marcos Bongiovanni, especialista en tecnologías de manejo del agua de riego del INTA Hilario Ascasubi, expresó que “los reservorios de agua son una tecnología para dar solución a la disponibilidad y a la gestión del agua dentro de los predios de los productores hortícolas”.
Los establecimientos pequeños del Valle del Río Colorado que tienen poca concesión del agua, generalmente tienen turnos de riego, por lo que disponen de agua solo algunos días de la semana. “Con esta tecnología, los productores no sólo pudieron ampliar sus actividades productivas con riego por goteo –sumaron producción a campo y bajo cubierta–, sino que pueden producir durante todo el año y no solo durante unos meses”, describió Bongiovanni.
En este sentido, Juan Carlos Vara –productor hortícola de la localidad de Pedro Luro– señaló que “el principal problema que tenían era que el turno de agua era de 6 horas y con ese tiempo a veces no llegamos a regar. Ahora con la incorporación de este sistema de reserva podemos ampliar más los cultivos y tener agua disponible durante todo el invierno, que antes era impensado”. Y agregó: “Antes con el riego por turnos, solo nos alcanzaba para regar los invernaderos. Ahora pudimos ampliar la cantidad de invernaderos y, además, agregar cultivos afuera”.
En el valle, históricamente de mayo a julio se realizaban tareas de limpieza y mantenimiento anual de la red de riego, por lo que se suspende la entrega de agua del río. Hoy en día debido a la escasez hídrica este periodo se extendió casi al doble. Para abastecerse de agua durante ese período, los productores deben regar sus cultivos con agua de perforación, generalmente con el doble de salinidad que la del río.
Este trabajo participativo dio lugar a numerosas transformaciones tecnológicas, que contribuyeron a la innovación en las herramientas de gestión del agua, desde la construcción colectiva del conocimiento y sobre la base de experiencias locales. De esta manera, el proyecto apoya a la experiencia aportando las geomembranas para la impermeabilización de los reservorios y el instrumental para su diseño, así como los equipos de riego por goteo.
“Con un adecuado mantenimiento, estas estructuras de almacenamiento de agua revestidas con mantas de geomembranas no deberían presentar inconvenientes por roturas o daños por varios años”, detalló Bongiovanni quien agregó que su vida útil y costo dependerá especialmente del espesor de geomembrana que se utilice en el revestimiento.
Por esto, con el objetivo de facilitar el acceso a la tecnología para los pequeños y medianos productores, INTA, CORFO Río Colorado, el Consorcio Hidráulico del valle bonaerense del río Colorado y el proyecto de la Secretaría de Ambiente de la Nación crearon un Fondo Rotatorio para la adquisición de geomembranas para que los productores puedan adquirir el material para impermeabilizar a valor producto en cuotas junto con el canon de riego al cabo de tres años. “Gracias a esto, en la actualidad, más de 15 productores hortícolas del valle cuentan con su reservorio de agua para riego por goteo”, aseguró Bongiovanni.
La celebración del Día Mundial del Agua busca centrar la atención en la importancia del agua dulce y abogar por la gestión sostenible de los recursos de agua dulce.
Frente a una población mundial que crece, la actividad agropecuaria –por ejemplo– necesita cada vez más agua para producir alimentos. El cambio climático global y la variabilidad climática, por su parte, hacen que los patrones de disponibilidad de agua sean más irregulares, por lo que la situación se vuelve muy compleja.
En este sentido, el Programa Nacional de Recursos Naturales del INTA avanza hacia una visión integral del agua, con el objetivo de contribuir a mejorar la sostenibilidad de los territorios y los sistemas agrobioindustriales de la Argentina, tendientes a la inocuidad alimentaria, al resguardo de los recursos naturales y a la mitigación y adaptación al cambio global.
Por esto, el INTA cuenta con una Red de Acceso, Uso y Gestión del Agua que “busca fortalecer espacios colaborativos y redes socio-técnicas e interinstitucionales de capacidades en los temas relacionados con el acceso y la gestión del agua, promoviendo la integración de equipos técnicos, conocimientos, la mejora en los procesos de gobernanza y el apoyo a la gestión del financiamiento de proyectos de investigación, gestión y mejora de infraestructura hídrica y tecnológica”, expresó Maira Guiñazu, coordinadora de la Red.
“En el día mundial del agua renovamos compromisos asumidos en el Objetivo de Desarrollo Sustentable 6 de Naciones Unidas “Agua limpia y Saneamiento”, con las metas de mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación, aumentar el uso eficiente de los recursos hídricos, asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce, implementar la gestión integrada de los recursos hídricos y proteger los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, los humedales, los pastizales y los distintos sistemas de cultivo”, señaló Guiñazu.
En este contexto, se intenta observar y anticiparse a las necesidades futuras a nivel global para llevar innovación a los territorios. Así, mediante la consolidación de redes, el INTA facilita el diálogo con actores del territorio para aportar a la gestión ambiental, la planificación territorial y a la construcción de políticas públicas para el desarrollo sostenible.
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