El trigo parece que definitivamente va a terminar trayendo un pan bajo el brazo y va a ser el primer brote verde del agro para la economía argentina en la era Javier Milei.
Sucede que, a medida que avanzan las cosechadoras, los rendimientos que están apareciendo siguen sorprendiendo y fortalecen pronósticos productivos cada vez más alentadores.
Cabe recordar que, transcurrida gran parte de la campaña, la tardanza de las lluvias hizo que las proyecciones fueran cayendo a medida que pasaban los meses.
Luego, durante el transcurso de noviembre comenzaron a aparecer las precipitaciones y, si bien el trigo no logrará alcanzar una cosecha importante debido a que en muchas zonas fue verdaderamente tardío el aporte de agua, finalmente terminará con una cosecha mejor que la que se esperaba hasta mediados de la primavera.
En concreto, este jueves la Bolsa de Cereales de Buenos Aires publicó su Panorama Agrícola Semanal (PAS), en el que elevó su estimación de producción triguera de 14,7 millones de toneladas a 15,1 millones.
Según la entidad porteña, la cosecha ya avanzó sobre el 83,7 % del área apta y las labores, que venían retrasadas, pisaron el acelerador, aprovechando que no hubo grandes lluvias.
“No obstante, se mantiene una demora respecto al año pasado y al promedio de las últimas cinco campañas de -15,8 y -14 puntos porcentuales, respectivamente”, mencionó el PAS.
Lo importante es que la mitad de lo que resta por cosechar, que son en total unas 890.000 hectáreas, se encuentra en el sudeste bonaerense, donde los rindes están verdaderamente explotando.
“Se ha recolectado el 49 % del área apta, con rindes de hasta un máximo de 75 quintales por hectárea”, reveló la Bolsa.
Y fue optimista en relación a la posibilidad de seguir incrementando las proyecciones: “Por lo tanto, la proyección de producción asciende a 15,1 millones de toneladas, pero de sostenerse esta tendencia creciente en los rendimientos, podría resultar en un cierre de cosecha por encima de dicho valor”.
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