La sequía tuvo un gran impacto en la ganadería argentina. Se generó un mayor aumento de faena y menor peso final.
Ante este escenario, el mercado de Rosgan destacó la importancia de recuperar la producción de animales pesados. De esta manera, se espera revertir la situación y superar el impacto de la sequía.
“La severa pérdida de forrajes ocasionada por la sequía será un gran condicionante de la oferta ganadera a partir del presente ciclo, sumado al faltante esperado de terneros debido al impacto registrado sobre las tasas de procreo propiamente dichas. De los 14,5 millones de animales enviados a faena en el año, casi 1 millón más que en 2022, 2,95 millones fueron hembras adultas que salieron de producción nivel nunca antes visto desde la última gran seca de 2009 cuando se faenaron 3,17 millones de vacas”, destacó el informe.
Durante los años de sequía se observa una interrupción de las recrías con invernadas saliendo más livianas de los campos y una aceleración de los tiempos de engorde a corral debido a los elevados costos que suponen dietas más energéticas. “Esto deriva en un incremento de la tasa de extracción de categorías más jóvenes que no logran ser retenidos en engorde, limitando la producción de animales pesados”, comentó el documento.
Para salir de esta situación, el mercado ganadero debe producir animales más pesados. “Mayores pesos de faena, implican mayor productividad del stock, mayor aprovechamiento de los recursos, y una paulatina convergencia de los estándares de producción demandados por el consumo y la exportación”, planteó Rosgan como solución.
En este sentido, manifestó que la aceleración de faena animales livianos que se dio producto de la imposibilidad de continuar las recrías pastoriles sumado a un costo de engorde a corral sumamente elevado, llevó a “comerse” parte de la oferta futura. Por último, remarcó que esta tendencia se acrecentó durante el último año, no deja de ser un comportamiento presente en los últimos ciclos que debiera corregirse de modo inminente.
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