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En este artículo queremos contártelo todo del apio nabo y sus propiedades medicinales, además de cómo puedes prepararlo en la cocina, para que aproveches su sabor, su textura y sus nutrientes y virtudes. Cuando sepas todo lo que puede aportarte, le cogerás cariño. Te lo aseguramos.
Lo primero que debes saber es cómo reconocer al apio nabo. No te costará trabajo hacerlo en cuanto veas una foto y, de hecho, seguro que ahora recuerdas haberlo visto así de pasada en la despensa del supermercado alguna vez, pero haber pasado de largo porque su apariencia era bastante extraña y hasta desagradable. Seguramente hayas pensado: ¡¿Qué demonios es eso?! Y dieras por válida la conclusión de que se trataba de algún injerto moderno de vegetal rechazando la más mínima posibilidad de probarlo.
Tal vez el apio nabo no sea uno de los vegetales más bonitos de la huerta, pero créenos que por dentro vale oro.
Se le conoce también como raíz de apio y apio de raíz de nabo. Es, en definitiva, un apio, pero con la diferencia de que este apio es de raíz y no de tallo como el apio común al que estamos acostumbrados. Tampoco te extrañe si le encuentras calificado como apio rábano, si bien, no está picante como aquel, sino, al contrario, bastante suave y hasta con un toque dulzón.
Le reconocerás por su forma de globo, muy enraizada, lleno de raíces que le dan una textura áspera y rugosa y esa apariencia monstruosa. De color entre nata y marrón, no provoca llevarlo a la boca, cierto, pero la cosa cambia cuando entran en acción tus dotes culinarias (que tampoco hace falta ser un Masterchef, ojo), y elaboras un plato rico y super sano.
Para irnos acercando poco al apio nabo y animarnos a probarlo es bueno conocer algunos detalles, como el lugar de dónde procede, por ejemplo. Se desconoce a ciencia cierta cuál es el origen de este vegetal, aunque se piensa que puede ser en Alemania. Hay teorías que plantean que sus primeros cultivos surgieron en el siglo XVIII y, lo cierto es que con rapidez se extendió por otros países de Europa como Francia, Inglaterra, Europa del Este y hasta llegó a los EE.UU. Otras corrientes consideran que ya en la Edad Media se cultivaba y que Carlomagno era un defensor de su cultivo.
La realidad es que en otros países se consume mucho y es una de las hortalizas preferidas del otoño. Y en España quizás todavía le falte un trecho para conquistarnos y que su cultivo se extienda también aquí, porque tan solo se producen unos pocos en regiones como Logroño, Baleares y Cataluña. Y la mayoría de los apionabos frescos que encontramos vienen de fuera.
El apionabo es un alimento ligero, porque su mayor contenido es agua. Aporta unas 42 calorías por cada 100 gramos, lo cual lo convierte en un alimento perfecto para adelgazar sin arriesgar la salud, porque es una fuente de nutrientes esenciales. Solo un 5% es carbohidrato y apenas tiene proteínas.
Por el contrario, este tubérculo aporta grandes cantidades de vitaminas y minerales. Entre ellas, vitamina K, B6, vitamina C. Y minerales como el fósforo, el potasio y el manganeso.
No hay que olvidar el aporte de fibra, que nos ayuda a regular el tránsito intestinal y a depurarnos por dentro.
La dieta ayurvédica ve con buenos ojos consumir apionabo, porque es digestivo si se consume cocinado, bajo en calorías, rico en fibra y, además, hay que destacar sus propiedades medicinales porque:
Es diurético.
Depurativo.
Ayuda a reducir los niveles de colesterol total y LDL.
Su alto contenido en antioxidantes y flavonoides contribuyen a prevenir el cáncer.
Su consumo nos previene de contraer enfermedades víricas e infecciones.
Gracias a la vitamina K, ayuda al organismo a absorber mejor el calcio para reforzar los huesos.
Es bueno para regular la tensión arterial.
Buen sustituto de la patata en la dieta de personas diabéticas, porque es bajo en carbohidratos y almidón.
Depurativo para el hígado, por su contenido en vitaminas B6 y C.
Por su contenido en potasio, libera de la retención de líquidos.
Cómo cocinar el apio nabo para aprovechar sus propiedades
El apio nabo se puede comer en crudo, aunque aquí no resulta tan digestivo, así que si tienes tendencia a las flatulencias o eres de digestiones pesadas, mejor evítalo en crudo y cómelo cocinado.
Su sabor es rico, porque es suave, con un toque dulce y levemente picante, pero muy leve, que un poco nos recuerda al sabor del perejil. Un tubérculo ideal para preparar en cremas, sopas e incluso hervido o en salteados con aceite y ajo, para tortillas, etc.
Si después de leer este artículo te estás planteando cultivar apio nabo, tienes que conocer cuáles son sus necesidades:
El suelo, mejor suelto y rico en materia orgánica. Bien oxigenado y bien arado a buena profundidad.
Cuidado con el riego y la humedad. Es preferible riego por goteo o aspersión porque es fundamental evitar que el agua pudra sus raíces o aparezcan hongos.
No soporta el exceso de sol, por eso la época ideal para plantarlo es a finales del invierno para recogerlo en otoño.
¿Qué enfermedades y plagas afectan al apio nabo?
Evitando el exceso de humedad evitaremos la presencia de hongos. Por otro lado, estos cultivos están expuestos a la acción de orugas y gusanos, además de a los pulgones y a las moscas de la col.
En cuanto a las enfermedades, las más habituales son el Mildiu, el hongo del suelo y la roya blanca.
Conociendo qué propiedades tiene el apio nabo, ¿estás dispuesto a incluirlo en tu vida? Si buscas recetas por Internet y pruebas alguna, quizás te conquiste su sabor, porque virtudes no le faltan a esta hortaliza.
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