En el marco de A Todo Trigo, la cadena del valor del cultivo analizó los desafíos y oportunidades que el cereal afronta de cara a la campaña 2024/25.
Cabe recordar que el escenario para el trigo comenzó a mostrar signos favorables en las últimas semanas, a partir de una serie de variables que podrían impulsar la siembra.
Al factor climático y los perfiles mejor cargados, se suma un repunte en los precios internacionales y la baja en aranceles de insumos sensibles como los fertilizantes.
Las primeras reacciones en esa dirección comenzaron a verse. En el evento, por ejemplo, el secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, anticipó que la superficie triguera crecerá en unas 200.000 hectáreas y pasarán de 5,9 millones de hectáreas a 6,11 millones.
Diego Cifarelli (FAIM) participó del bloque “Oportunidades y amenazas para la próxima campaña de trigo”.Esto nos contaba tras el encuentro con otros eslabones de la cadena de valor en la primera tarde de #ATodoTrigo pic.twitter.com/NtT01oiu2w
— Acopiadores (@acopiadores) May 10, 2024
EL TRIGO Y LAS RETENCIONES
Pero más allá de estas señales favorables, la cadena de valor insiste en un pedido que por el momento no tiene eco: la eliminación de los derechos de exportación. Este fue uno de los temas en donde coincideron los integrantes del panel que analizó las oportunidades y desafíos del cultivo para la próxima campaña.
En esa disertación estuvieron representados todos los eslabones, desde la producción hasta los exportadores y contó con la presencia de Fernando Rivara, titular de la Federación de Acopiadores; Marcos Hermansson, presidente del Centro de Corredores); Diego Cifarelli presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) y Elbio Laucirica, presidente de Coninagro.
Más allá de coincidencias en puntos como el de las retenciones y el pedido de previsibilidad y reglas claras, las mayores diferencias en el marco de ese panel se vieron entre acopiadores, molineros y exportadores.
Mientras Rivara menciónó las distorsiones que genera el uso del “dólar exportador” en el negocio granario -un tema que causo rispideces con los exportadores-, Idígoras señaló que si bien todos los actores del sector pregonan que el Gobierno no intervenga, ante el primer problema hacia el interior de la cadena, “tocan el timbre del Estado”.
LA MIRADA DE LOS PRODUCTORES Y EL ROL DE BRASIL
Laucirica remarcó que “una primera necesidad que tenemos es la previsibilidad, muchas veces nos toca sembrar con unas condiciones y a la hora de cosechar nos corrieron el arco. Es importante sembrar y cosechar en igualdad”.
Además, consideró como una oportunidad que “esté instalado en la sociedad y en la política el perjuicio que generan los derechos de exportación”.
Como se recordará, durante la jornada las señales no fueron favorables para los productores en ese sentido.
Si bien Vilella reconoció que apuntan a bajar los derechos de exportación para el trigo, el secretario de Planeamiento y Gestión para el Desarrollo Productivo y de la Bioeconomía de la Nación, Juan Pazo, sostuvo en se analizará esta cuestión recién cuando se logre estabilizar fiscalmente al país.
El presidente de la Federación de Acopiadores repitió su pedido de “reglas y condiciones claras” para toda la cadena y mencionó un tema que preocupa al sector: la dependencia del mercado brasileño. En este punto, sostuvo que se deben abrir nuevos destinos de exportación.
En representación de los molinos, en tanto, Cifarelli redobló la apuesta y sostuvo que no solo se debe exportar granos, sino que se deben diversificar los envíos.
“Venimos trabajando para ver si podemos equilibrar la cancha con el resto de la cadena, tenemos los mejores exportadores del mundo y nos tenemos que conformar con solo despachar granos”, se quejó.
Y agregó: “Que nos dejen rienda suelta para exportar, después nos sorprendemos si ingresa al país un panificado brasileño”.
Por su parte, Hermansson también menciónó a Brasil, pero se enfocó en la política y consideró que los legisladores argentinos deberían replicar el esquema de “agrodiputados” que se implementa en el vecino país.
UNIFICACIÓN Y FIN DEL CEPO
A su turno, Idígoras destacó que si bien es valorable que el Gobierno haya eliminado cupos de exportación y fideicomisos, todavía quedan asignaturas pendientes.
“Para cuando se levante la avena, la cebada y la colza tendría que haber unificación del tipo de cambio, no haber cepo ni tampoco restricciones de financiamiento al productor o prohibiciones de financiamiento al exportador. Me parece que es un anhelo que todos podemos compartir pero hay que ayudar al gobierno a realizarlo”, afirmó.
Más allá de las diferencias con los acopiadores, el directivo de CIARA-CEC también coincidió con Rivara en que Brasil está dejando de ser un comprador “a ciegas” del trigo argentino.
Asimismo, advirtió que se deberá trabajar para recuperar el sudeste asiático y si bien consideró como una buena noticia la posibilidad de vender cereal a China, se trata de un mercado por demás exigente en sus fronteras al momento de los controles
InfoCAmpo