Crece el ingreso de hacienda a feedlots pese al consumo doméstico deprimido

Por Agroempresario.com

A pesar de que el consumo doméstico de carne vacuna está deprimido, el ingreso de hacienda a los feedlots creció un 20% en mayo. El número proviene de un informe realizado por Rosgan, que indica que el mes pasado hubo una entrada de 541.707 animales, según los DTes emitidos por el Senasa a esos destinos, unos 100.000 animales más que los registrados en abril.

De acuerdo con los últimos datos reportados por el organismo sanitario al 1 de este mes, el stock de animales en feedlots se ubica en 1,962 millones de cabezas, un 12% superior a los 1,750 millones informados un mes atrás y muy próximo a los máximos registrados en junio y julio del año pasado, cuando se superaron los dos millones de animales en stock. El informe también señala que, medido sobre los cerca de 14,7 millones de terneros y terneras registrados en stock al 31 de diciembre de 2023, la salida de mayo refleja una tasa del 10,4%, una de las tasas más elevadas para ese mes de los últimos años.

Sin embargo, Juan Eiras, director de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), opina que, más allá de los datos momentáneos, es importante considerar una perspectiva más amplia, especialmente dado que los dos meses anteriores mostraron un amesetamiento significativo en las entradas de vacunos.

Eiras considera preocupante el fuerte deterioro del valor de la hacienda contra la inflación. Aunque el aumento en mayo es significativo, se diluye cuando se observa el comportamiento de marzo y abril, meses que mostraron una notable planura. Por ello, estos tres meses aún quedan por debajo de la ocupación del año anterior. Además, solo el 55% del ingreso es de terneros y terneras, mientras que el 45% restante corresponde a novillitos, vaquillonas, vacas, novillos y hasta toros, lo que diversifica los tipos de ingresos.

Según Rosgan, los mayores ingresos de animales suelen producirse entre marzo y junio, coincidiendo con el pico estacional de zafra de terneros. Sin embargo, el año pasado, la falta de pasto por la sequía adelantó la salida de animales y, consecuentemente, el pico de ingreso a los feedlots, alcanzando en marzo los 582.000 animales ingresados.

En 2024, con un panorama más benigno, esta curva de ingresos se ha retrasado, ya que hasta el mes pasado los ingresos se mantenían amesetados en torno a las 430.000 a 450.000 cabezas mensuales. En mayo se registró el primer incremento significativo de la campaña.

Este aumento en el encierre actual de animales sugiere un buen nivel de oferta de animales terminados que debería comenzar a salir, en promedio, en los próximos dos a tres meses, según Rosgan.

Eiras atribuye el incremento de la entrada a los corrales al achicamiento de los campos, la aparición de la helada, la finalización del pastoreo de rastrojo previo a la siembra de trigo, la prolongación de los plazos de la invernada y el abaratamiento del dinero (tasas). Aunque las tasas continúan altas, no son comparables a las de hace 60 días, lo que ha impulsado la búsqueda de corrales. Además, la finalización del ciclo de pasto de otoño y del pastoreo de rastrojos justifica gran parte de los ingresos.

En este contexto, Eiras insistió en analizar las categorías que conforman los corrales, destacando que solo el 55% pertenece a terneros/as, mientras que el 45% corresponde a categorías recriadas, con muchas vacas destinadas a China y novillos en feedlot para exportación, que está desabastecida.

Eiras también comentó sobre el consumo doméstico deprimido, señalando que, en un Mercado Agroganadero (MAG) actual de 13.000 cabezas, el precio del novillo y de la vaquillona está por debajo de $2000. A pesar de que la gente tiene menos dinero y hay mucha carne entre 6000 y 8500 pesos, los precios en el mostrador parecen estabilizarse, lo que no sugiere una mayor debilidad en el consumo. Además, no se prevé un aumento en el valor del ganado en pie, con una vaquillona a $1800 o $1900 resultando en carne muy barata.

El consumo no seguirá un proceso de deterioro debido a la actualización de las paritarias y al valor de la carne actual, que quedará rezagado respecto a la inflación y otros productos. Los productores de carne no pueden fijar precios mensualmente, ya que operan en un mercado global de oferta y demanda sin posición dominante, similar a la exportación, que también muestra poca capacidad de reacción debido a la falta de novillos.