Lo que ha sucedido en los últimos dos meses con las proyecciones de siembra de trigo es la muestra de cómo, con pequeños incentivos económicos, el productor reacciona positivamente.
Hasta mediados de abril, el panorama para el cereal era oscuro: lo único que acompañaba eran las buenas condiciones de humedad en los suelos tras las últimas lluvias del verano y las del inicio del otoño, pero los precios internacionales estaban deprimidos y los insumos muy caros.
Así, las proyecciones de siembra apenas indicaban un “empate” con la campaña pasada, en una cifra magra de como máximo 6 millones de toneladas.
Pero de repente comenzó a soplar un viento a favor del trigo que dio vuelta la historia en 180°: el precio mejoró en U$S 70 en apenas semanas y los fertilizantes y herbicidas cayeron rotundamente –ayudados por una medida del Gobierno–, de manera que la ecuación que daba un resultado negativo en el Excel de los productores, pasó a mostrar un signo verde.
¿El resultado? Ahora los cálculos indican un fuerte incremento en el área triguera que, de tener acompañamiento del clima en el resto de la campaña, podría derivar en una cosecha cercana al récord de 2021/22.
LOS NÚMEROS DEL TRIGO
En concreto, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) publicó en las últimas horas su informe mensual nacional, en el que incrementó 25% la intención de siembra de trigo con respecto al año pasado.
Su nueva estimación es de 6,92 millones de hectáreas, 1,4 millones más que las que se terminaron implantando en el ciclo 2023/24, uno de los peores de los que se tenga registro en las décadas recientes, producto del saldo negativo de tres años con La Niña.
“Perfiles cargados, buenos márgenes y la necesidad de mantener gramíneas en las rotaciones en el centro y norte del país, tras el impacto de la chicharrita, anima las intenciones trigueras y una siembra que puede ser un nuevo récord argentino”, resume el reporte de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la entidad rosarina.
AGUA FRESCA PARA EL TRIGO
Como se mencionó, el primer dato positivo es que la siembra comenzó esta campaña con los perfiles cargados en gran parte del área productiva argentina.
Por eso, el escenario se compara con 2021, que fue el año en que se logró llegar a 6,9 millones de hectáreas y alcanzar un récord productivo de 23 millones de toneladas.
“Considerando las últimas 15 campañas, se pasaría de la que fue la octava menor siembra de trigo en el 2023 a la que puede ser la campaña más importante”, comparó la GEA.
En este marco, la baja de precios en los insumos invita a pensar que los niveles de tecnología que se aplicarán serán altos y, si el clima no juega en contra, la cosecha tener un piso de 21 millones de toneladas, que sería la segunda más importante en la historia del cereal.
“El volumen estimado sale de tener en cuenta pérdidas de área en torno a 200.000 ha y un rinde promedio nacional de 31,5 qq/ha. Es muy importante destacar que se está observando una gran apuesta en fertilización este año, acorde al nivel de ventas de nitrogenados mayormente dirigidos a trigo, que es similar o incluso mayor que la del 2021 dada la relación actual trigo/urea”, puntualizó al respecto la GEA.
Y completó: “Como dicen técnicos y productores, se están poniendo todos los recursos para tener una gran campaña triguera. El clima tendrá la última palabra”.
OPORTUNIDADES Y AMENAZAS PARA EL TRIGO
Bajo este panorama, la GEA también realizó un importante análisis de cuáles son las oportunidades y amenazas para el trigo 2024/25:
Oportunidades
Las lluvias, que entorpecieron la cosecha gruesa durante marzo y abril, dejaron acumulados muy importantes tanto en el este como en el oeste de la zona agrícola argentina. Por lo tanto, el trigo parte con perfiles cargados a diferencia del año pasado.
Como se espera un año con mayores niveles de humedad relativa, los impactos de la heladas tardías deberían ser más moderados que en los recientes años de falta de agua.
Los márgenes trigueros que a principios de año mostraban malos números, mejoraron significativamente en los últimos meses. La urea ha bajado y la relación urea/trigo está en niveles similares al del ciclo 2021/22, ciclo de rindes récord y una fertilización inédita en Argentina.
Se está consiguiendo financiación adecuada para el cultivo.
Hay una necesidad muy importante para hacerse de fondos antes de fin de año, tras las tres “Niñas” y el impacto que ha tenido la chicharrita en cosecha maicera, sobre todo en el centro y norte del país. Pero también la chicharrita empuja la siembra del cereal, ya que el trigo resulta ser la manera más segura de mantener las gramíneas en las rotaciones.
Amenazas
El costo de los alquileres, teniendo en cuenta que el 70% de la producción se realiza bajo esta forma. En este ciclo, el peso de los arrendamientos es mayor que el que soportaba el trigo del ciclo 2021/22, ya que han ido en aumento a pesar de las malas cosechas por sequía.
Mayo y junio han sido meses muy secos y el agua empieza a escasear en la cama de siembra. Por ejemplo, en Chaco y Santiago del Estero, dónde se espera un aumento del área de trigo de un 40 a 50%, la falta de agua superficial obliga a buscar humedad sembrando a 7 centímetros de profundidad.
EL TRIGO EN PERSPECTIVA REGIONAL
Por último, la GEA cierra su estudio señalando cuáles serían las zonas donde el trigo tendría un mayor incremento de superficie.
“El 25% de aumento de área muestra que el trigo vuelve a conquistar hectáreas en el oeste del país, luego de la fuertísima sequía del año pasado, y en el centro y norte del país, sobre todo en las áreas más afectadas por la chicharrita”, menciona.
Para Buenos Aires se prevé un incremento de la intencionalidad del 18%, con una fuerte recuperación en los sectores del oeste.
Córdoba, en tanto, podría sumar 350.000 hectáreas en esta campaña, con lo que el incremento llevaría el área a poco más de un millón de hectáreas.
Por último, habría también un fuerte incremento interanual del 25% en Santa Fe, sumando 270.000 hectáreas.
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